El Museo Oiasso recupera 7.000 visitantes pese a las restricciones

El Museo Oiasso no ha tardado en poner negro sobre blanco los números del ejercio 2021. Las restricciones, cambiantes y de todo tipo, que han marcado el desarrollo del año recién cerrado han condicionado sobremanera la actividad regular de la instalación, a pesar de lo cual, la cifra de personas que la han visitado, 18.876, supone 7.000 visitantes más que en 2020, el año en el que se declaró la pandemia y el museo se tuvo que mantener cerrado durante meses.

En 2021 las visitas al entorno de Irugurutzeta tuvieron un 207% de visitantes más; la necrópolis de Santa Elena, un 104%; los cursos y conferencias un 76% más y la exposición permanente, un 74%. El Dies Oiassonis pudo celebrarse, aunque tuviera que hacerlo en una versión de mínimos, limitada al teatro al aire libre y a la aportación de comercio y hostelería. «Esperamos poder recuperar lo antes posible el carácter y el formato de las últimas ediciones previas a la pandemia», apuntan desde el área de Cultura del Ayuntamiento.

En el consistorio están satisfechos con el trabajo realizado por el museo para sacar adelante un año tan complicado en el que «había que adaptar a la situación actual toda la actividad de Oiasso. La recuperación de algunas de las iniciativas más singulares y la vuelta de público y visitantes durante el año han sido noticias positivas que nos dan ilusión y esperanza para afrontar los próximos retos en el objetivo de seguir promocionando nuestro patrimonio histórico», valoraron.

En términos generales, 2021 se ha saldado con un crecimiento del 64% respecto a 2020. Un buen dato, sí, aunque los 18.876 usuarios muestran que aún hay mucho campo que recuperar hasta los 32.000 que se registraron en 2019, el año en el que Oiasso batió todos los récords de sus entonces casi 14 años de historia. «Esperamos poder acercarnos a números en la media habitual del museo tanto en este 2022 como en el 2023», auguraba el director de Oiasso, Juanjo Jiménez. Para pensar en superar los registros de 2019 es necesario un horizonte sin incertidumbres ni efectos derivados de la pandemia. Jiménez, con todas las cautelas, mira a 2024, también porque para ese año, toda vez que se han destinado al proyecto 2 millones de los fondos europeos Next, «creemos que van a poder abrirse las termas y eso lo cambiará todo».

El desarrollo le corresponde al Ayuntamiento y desde el Museo «lo que nos tocaba era sentar algunas bases como que los restos queden bien integrados y cercanos al visitante o que se incluyan ciertos contenidos digitales... Pero llevar adelante el proyecto le corresponde al Ayuntamiento».

Lo que no tiene duda es que cuando se produzca esa integración de los baños romanos, «para Oiasso va a ser como una reinauguración. El edificio actual está pensado para esa ampliación y cuando la tengamos podremos disfrutar del museo en su totalidad», señalaba Jiménez.

El futuro para Oiasso se vuelve más atractivo con esa incorporación de las termas que ahora ya apunta a realidad. «Cuando llegue ese momento, la gestión será un reto bonito. No hay en nuestra zona muchos yacimientos visitables en pleno centro de una ciudad, como tendremos aquí. Tenemos que saber aprovecharlo para atraer turismo y potenciar el resto de atractivos de la ciudad. Estamos a las puertas de un salto de calidad enorme. Que este proceso esté en marcha nos hace sentirnos muy optimistas respecto al futuro», valoró el director.