Un coche de la Ertzaintza entra en la Audiencia de Gipuzkoa. José Mari López

«Entraron en mi casa mientras me duchaba, pero no consiguieron llevarse nada»

La víctima de un intento de robo en una vivienda de Irun reconoció a los dos acusados al asomarse por la mirilla. La Fiscalía pide para ambos 8 meses de prisión

Iñigo Villamía

San Sebastián

Lunes, 8 de enero 2024, 12:47

«Mientras estaba duchándome empecé a escuchar ruidos extraños dentro de casa y cuando salí del baño vi cómo se cerraba la puerta de casa. ... Habían intentado robarme pero no consiguieron llevarse nada», ha asegurado la víctima de un robo con fuerza mientras se encontraba solo en su domicilio de Irun. «Por momentos pensé que podían ser mi madre o mi pareja entrando en casa, aunque por la hora que se trataba era prácticamente imposible que fueron ellas», ha añadido el hombre en su declaración sobre los hechos ocurridos el 15 de diciembre de 2021.

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Para las dos personas enjuiciadas, dos varones de entre 30 y 40 años, la Fiscalía solicita 8 meses de prisión por un delito de robo con fuerza en grado de tentativa. A uno de ellos, presente en la sala y en prisión preventiva por otra causa, se le ha aplicado la atenuante de drogadicción, si bien el segundo está desaparecido y no ha acudido a la vista oral del juicio celebrado este lunes en la Audiencia de Gipuzkoa.

El día de autos, sobre las 17.20 horas, la víctima se encontraba en la ducha cuando, al parecer, empezó a escuchar ruidos «extraños en su casa». En ese momento, sorprendido por la situación, decidió salir del baño y vio cómo la puerta de su casa se cerraba y escuchó el tintineo de las llaves, que estaban puestas en la cerradura. «Me quedé en shock, no entendía nada de lo que estaba pasando», ha relatado el varón, a quien el instinto le hizo acercarse a la puerta. «Por la mirilla vi a dos personas empezando a bajar las escaleras, aunque no llegué a verles las caras», ha explicado ante el juez.

Inmediatamente después se asomó por una de las ventanas de la vivienda y «presencié cómo salían del portal». Asimismo, teniendo en cuentra la trayectoria que tomaron los presuntos ladrones, «me dirigí a la otra punta de la casa y les volví a ver», en este caso por una calle colindante. Pese a estar atemorizado, hizo varias fotos desde la distancia para su reconocimiento, si bien «no se apreciaban bien».

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Tras unos minutos sin saber qué hacer, el hombre llamó a la comisaría de la Ertzaintza de Irun y una patrulla se personó en el domicilio, donde no había ningún rastro de los procesados ya que para abrir la puerta utilizaron, según el Ministerio público, la táctica del resbalón, una de las más habituales en viviendas. Tal y como suelen hacer los cerrajeros cuando nos dejamos las llaves dentro de casa, los cacos también pueden usar radiografías o utensilios para conseguir abrir la puerta. «Por lo que había podido observar en las diferentes escenas, a los agentes les dije que se trataba de dos hombres de entre 30-40 años. Uno llevaba puesta una cazadora azul; el otro, una a cuadros roja y negra muy característica».

Con esta información, la Ertzaintza fue en busca de los dos sospechosos, aunque sin éxito en un primer momento. «Cuando consigo calmarme, decido salir de casa y acercarme hacia una zona de Irun donde suele haber personas de esta nacionalidad. Una vez allí, hablando con una amiga que me encontré, vuelvo a verles y aviso nuevamente a la policía», reconoce la víctima, quien se quedó por el lugar hasta la llegada de los agentes. Eran las 19.25 horas. Les había visto «salir de un portal y entrar en otro». En esta ocasión, pese a que se reforzó el servicio, tampoco se consiguió dar con los acusados.

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Coordinación policial

Ante los dos intentos fallidos de dar con los presuntos ladrones, la víctima decidió regresar a su casa hasta que, «a eso de las nueve de la noche», recibió una llamada de la Ertzaintza. Habían logrado detenerles. «Vinieron a recogerme en un coche camuflado y me llevaron a la zona en la que estaban ellos para identificarles. Efectivamente, se trataba de las mismas dos personas que yo había visto por la mirilla y en los posteriores escenarios», ha explicado el hombre.

Según los ertzainas que intervinieron en el despliegue, cuando se localizó a los dos acusados se les procedió a darles el alto pero estos «empezaron a correr». Al primero se le detuvo en una conocida calle del centro de la ciudad fronteriza y al segundo en otra colindante un poco más adelante. «Uno de ellos mostró resistencia», han declarado los agentes.

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La Fiscalía solicitaba inicialmente penas de 2 años de prisión para uno de los acusados, en prisión preventiva por otra causa, y de 1 año y 6 meses para el segundo, que no ha participado en el juicio al encontrarse huido. Finalmente, el fiscal ha rebajado la pena a ambos y la fija en 8 meses de cárcel. Al presente en la sala, que ha reconocido los hechos, se le ha aplicado la atenuante de drogadicción teniendo en cuenta los informes elaborados tanto por Osakidetza como por un médico forense.

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