Este Carnaval vale por dos

El año pasado no hubo desfile de Carnaval y el de este año estuvo en entredicho, alterando el pulso de las 15 comparsas irundarras que, finalmente, ayer pudieron lucir el resultado de meses de trabajo, aunque fuera con mascarillas. Para compensar la angustia que la incertidumbre pudo crear, disfrutaron de un estupendo día primaveral que hoy promete repetirse.

Animados por ese buen tiempo y seguramente con más ganas porque no pudieron disfrutar la fiesta el pasado año, muchísimos irundarras arroparon a los comparseros desde las aceras de todo el recorrido, desde la avenida de Letxunborro hasta la plaza Urdanibia. Abrió el desfile la figura del Zanpantzar, muy querido personaje que cada año se caracteriza para ayudar, denunciar o servir de chivo expiatorio, pero siempre con la facultad de sacarnos una sonrisa. Esta vez, con su voluntad de ser guía en estos momentos de incertidumbre, marcaba el camino de la diversión.

Entre las comparsas, la primera fue la propuesta hippie y como siempre inclusiva de Aurreratu, que en su quinto año en el desfile ostentó esta privilegiada posición por acuerdo del resto de grupos participantes. Eso facilita el disfrute de los participantes de Aurreratu, ejemplo de que la fiesta es un espacio donde cabemos todos.

Llegaba detrás el colectivo de superhéroes convocado por Pauso-K, con mucha Wonder Woman, Batman y Batwoman y alguna elevando el listón friki. Romeo y Julieta, en la versión siempre estilosa de la Escuela de Danza de Carlos Zapirain, hicieron la transición hacia el mundo Disney de Raya y el Dragón representado con cariño y acierto por la AMPA San Juan Arri de Irungo La Salle.

Detrás de esta comparsa, una de las más clásicas del desfile irundarra, se presentaba la novedad de este año, Trikuharri Elkartea, que para su estreno en el desfile eligió como tema el Medievo y la Inquisición. La ambientación asiática de manos de Jazzarte (colorida, variada y precisa en sus movimientos) precedió al Lilo&Stich (incluidas un par de olas y surfistas con su tabla) de Santiagoko Deabruak, al que siguieron las Katrinas de Elatzeta, con muy vistosos trajes. Desde México hasta el Egipto de los faraones viajó el desfile gracias a San Vicente de Paúl y, más allá, al País de las Maravillas, lo llevó la A VV Belaskoenea de la mano del Sombrerero Loco. Los coloridos mimos de la AMPA El Pilar precedieron a la jungla de El Rey León recreada por Gazte Landetxa. Su Hakuna Matata, literalmente 'No hay problema', se entendió como un deseo compartido. A Los Picapiedra de My Dance Studio siguió la legión de fantasmas y Cazafantasmas de Academia de Danza Ainhoa. Para cerrar el desfile el sorteo designó a 22 Academy y su safari animales, así que fueron los animados aventureros los que ofrecieron los últimos bailes de ayer.