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Txomin Sagarzazu y Oihana Etxebarrieta, departiendo en la ermita de Guadalupe.

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Txomin Sagarzazu y Oihana Etxebarrieta, departiendo en la ermita de Guadalupe. fernando de la hera

Hondarribia vuelve a vivir otro 8 de septiembre descafeinado

Suspensión. Por segundo año consecutivo, y con la esperanza de que esta vez sí, sea el último, Hondarribia vivió su día grande sin Alarde con el cumplimiento del Voto a la Virgen de Guadalupe y los actos religiosos como únicos actos previstos durante toda la jornada.

eDu Prieto

Hondarribia

Miércoles, 8 de septiembre 2021, 13:55

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Tal día como hoy, hace un año, les emplazábamos en la crónica de este periódico a unas fiestas de 2021 únicas e inolvidables. Ese deseo albergaba la esperanza de que el dichoso Covid fuese a estas alturas un recuerdo más o menos olvidado, pero ya saben de sobra que seguimos lidiando con el virus. El día grande de la ciudad volvió este miércoles pero sin nada de lo que les prometimos hace 365 días. Lo hizo sin Alarde, ni cantineras, ni titibilitis ni casi nada que se pareciese a lo que ahora llamamos la antigua normalidad.

Fue otro 8 de septiembre atípico, a medio camino entre las ganas de juntarse a celebrar con los seres queridos y la prudencia por la situación sanitaria. Algunos empezaron el día tocando la Diana en la calle Mayor o participando en las improvisadas alboradas que recorrieron diferentes barrios. A primera hora también empezó a circular por Whatsapp la nueva Diana compuesta por Ernesto Villar para el centenario de Hondarribiko Tanborrada.

Los hubo, cómo no, que subieron a Guadalupe para asistir a las últimas Novenas, o los que tomaron algo en La Marina a la hora del aperitivo o al atardecer. Fue a esas horas cuando más afluencia de gente registraron las calles céntricas de la ciudad, en las que se vio a varios grupos de jóvenes crear desfiles de lo más espontáneos.

A medida que avanzó la jornada la sensación fue que una gran mayoría optó por celebrarlo en la intimidad, con la familia o con el círculo más cercano de amigos.

El Voto, a las 11.00

El único acto programado ayer por el Ayuntamiento fue el de la Misa Mayor, que se llevó a cabo a las 11.00 en un formato similar al de 2020, con mascarillas, gel hidroalcohólico y distanciamiento social. Además de la mayor parte de la corporación municipal, también acudieron al acto integrantes de la compañía Jaizkibel.

Como todos los años, los alrededores del santuario dibujaron una estampa algo extraña en la que se mezclaron los que asistían al ritual, los que hacían deporte o los pocos turistas que quedan por la ciudad, que se preguntaban que estaba sucediendo allí.

Al término de la ceremonia, Txomin Sagarzazu compartió unos minutos con los medios para señalar que «la pandemia este año nos ha permitido, en general, estar un poco más tranquilos. Aún así, tenemos que seguir alerta y hemos tomado las precauciones necesarias. El corazón nos pide que celebremos pero la cabeza, que tengamos cuidado».

El primer edil hizo referencia «las diferentes opciones» que hubo durante el día para renovar el Voto, incluida la de las 11.00. «La mayoría de la corporación ha estado presente, hemos traído la bandera de la ciudad a la ceremonia y hemos cumplido con nuestros antepasados».

Sagarzazu pudo descubrir ayer «un 8 de septiembre diferente. Nunca había podido subir a Guadalupe en familia a las siete de la mañana y en ese sentido estoy feliz».

Jaizkibel recordó los 25 años de su puesta en marcha

Concentración en apoyo a Jaizkibel en Marxtoak 8 plaza. EH Bildu

Jaizkibel y sus simpatizantes celebraron los 25 años del nacimiento de la compañía con un acto celebrado en Martxoak 8 plaza a mediodía. Acudieron vestidos de soldado y con los pañuelos característicos de la compañía y volvieron a reclamar la participación de la mujer en el Alarde como soldado por medio de pancartas y carteles.

Alarde Fundazioa cumplió con la renovación del Voto en Guadalupe a las 9.30 de la mañana.

«Ojalá que podamos celebrar el Alarde el año que viene»

La Junta de Mandos del Alarde y el Patronato de Alarde Fundazioa renovaron el voto en el santuario de Guadalupe alas 9.30 en un acto que contó con público y que pudo seguirse por las redes sociales de Hondarribiko Alardea. Desde la ciudad, a esas horas tranquila, se escuchó el repique de las campanas del santuario.

El burgomaestre, Iñaki Sagarzazu, reconoció a su término «encontrarse en un septiembre raro. No podemos celebrar con normalidad las fiestas pero no queda otra», asumía con resignación.

Calificó el cumplimiento del voto de «muy satisfactorio. El aforo estaba completo y para nosotros eso supone un respaldo a nuestro sentimiento, a la forma que tenemos de entender el Alarde».

Dentro de «la prudencia», el hondarribitarra se mostró «optimista para el 2022. Es un deseo en el que el corazón también juega. Este año estamos mejor que el anterior. Ojalá que esa progresión siga y que sea suficiente para celebrar el Alarde el año que viene».

Sagarzazu hizo un llamamiento «a evitar cualquier tipo de aglomeración» durante la jornada y admitió sentir «un poco de pena cuando ves que hay gente que se queda fuera de algunos actos por las restricciones. Son medidas que entendemos por la situación actual».

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