José Luis Pérez Sarasketa era un virtuoso del txistu y promovió la agrupación de danzas Amalur, al tiempo que fue organizador de grandes festejos. SANTI SANTAMARIA

Eibar

Adiós al alma de la cultura vasca en Eibar

Fallece José Luis Pérez Sarasketa, promotor incansable del txistu, de la euskal dantza dejando su huella a muchas generaciones

Jueves, 24 de julio 2025, 21:58

Hablar de la cultura vasca en Eibar es hablar inevitablemente de José Luis Pérez Sarasketa. Eibarrés comprometido, promotor incansable del txistu, de la euskal ... dantza y de la convivencia, Sarasketa dejó una huella profunda en varias generaciones que crecieron a la sombra del local de Amalur, en el edificio Beistegi, convertido en símbolo y semillero del compromiso cultural de la ciudad. Desde su implicación temprana en la vida asociativa local, fue uno de los impulsores de Amalur, un espacio que más allá de su nombre evocador de la madre tierra, funcionó como centro de difusión del folklore vasco, donde se enseñaba a tocar el txistu y a bailar danzas tradicionales.

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En ese mismo lugar ensayaron históricamente los txistularis de Usartza, grupo del que él mismo formó parte, y que hoy sigue siendo referente en la vida festiva eibarresa. A partir de 2004, tras la adquisición del local por parte del Ayuntamiento de Eibar, también la Banda de Música comenzó a ensayar allí, y desde 2008 lo hace también la agrupación Ustekabe, consolidando el local como auténtico epicentro musical de la ciudad.

Sarasketa fue mucho más que un músico o un activista cultural. Fue también un promotor de la convivencia, impulsando manifiestos e iniciativas que buscaban tejer puentes en los tiempos más convulsos.

Su defensa del euskera y de las expresiones culturales propias del país no se limitó al ámbito popular: llevó esa visión a la política institucional como concejal de Cultura, Fiestas y Euskera por el EAJ-PNV, durante las dos primeras legislaturas democráticas, bajo las alcaldías de Mikel Larrañaga y Jesús Mari Agirre. «José Luis tenía un compromiso honesto y profundo con su pueblo y su cultura. Su labor fue imprescindible para poner los cimientos de una Eibar más euskaldun, más cohesionada, más alegre», recuerdan miembros del grupo Amalur. Por su parte, el exalcalde, Mikel Larrañaga que conocía desde niño a José Luis, compartió con él aquellos primeros años de reconstrucción institucional. «Siempre creímos que la cultura podía unirnos, y él fue de los que lo demostraron con hechos, no con discursos. Le conocía desde los 5 años y con 15 ya tocaba el txistu. Felicitaba con el instrumento a muchos eibarreses. Después como concejal llevaba todos los festejos»

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Otro excalcalde Jesús Mari Agirre, por su parte, también lo recuerda como un referente humano y político. «Tenía una sensibilidad especial. No era solo el que organizaba, sino el que escuchaba, el que mediaba, el que buscaba siempre el consenso sin renunciar a sus convicciones. Imponía paz. Gran txistulari. Hemos perdido un gran valor cultural de Eibar». Hasta que sus problemas de movilidad se lo impidieron, participó activamente en la organización de la tamborrada, uno de los momentos más simbólicos de su calendario personal y de Eibar. Era habitual que en la tamborrada se le viera siempre con el chiflo colgado del cuello, pendiente de cada ensayo, cada ritmo y cada detalle, con ese compromiso discreto pero firme que lo caracterizaba. Hoy, su legado sigue vivo en los sonidos del txistu que resuenan en las calles, en cada dantzari que pisa el suelo con fuerza y en cada nota que sale del local de Amalur.

José Luis Pérez Sarasketa fue y seguirá siendo un referente indiscutible de la cultura vasca en Eibar, un nombre que se pronuncia con respeto, cariño y admiración.

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