Se cumplen 450 años del fallecimiento de Miguel López de Legazpi

«En lejanas tierras bañadas por el Pacífico, el 20 de agosto de 1572 se extingue la vida de un zumarragarra que ha entrado en la historia como prudente, generoso y valiente en la conquista y colonización de Filipinas. Según testimonios históricos, la capilla ardiente se instala en el salón principal del Palacio de Manila, figurando el pendón de Castilla en la cabecera del ataúd escoltado por una guardia de honor. Es enterrado a los pies del altar mayor de la iglesia del convento de San Agustín asistiendo autoridades del archipiélago y numerosos indígenas. En la tumba figura una placa con la inscripción: 'Al Adelantado Miguel López de Legazpi. Fundador de la Ciudad de Manila. 20 de Agosto 1572'», explica José Angel Igarzabal. El zumarragarra ha querido recordar a Legazpi con motivo de cumplirse hoy el 450 aniversario de su fallecimiento.

«En nuestro pueblo el recuerdo de este luctuoso acontecimiento últimamente ha quedado patente en agosto de 1972 al cumplirse su cuarto centenario. Hace cincuenta años a los pies de la estatua de Legazpi tiene lugar una ofrenda floral por parte de la Embajada de Filipinas, Instituto de Cultura Hispánica, Diputación de Gipuzkoa y Ayuntamiento de la Villa interviniendo además un grupo folklórico integrado por 17 universitarios filipinos residentes en Madrid. En la casa-torre, Jose Ignacio Tellechea, presenta la reedición de 'Legazpi', señalando que para su autor, José Arteche, la obra magna de Legazpi fue convertir un archipiélago de miles de islas habitadas por tribus dispares y hasta hostiles en un pueblo con plena conciencia de su unidad y el ganar para el cristianismo aquellas perlas de Oriente», continúa Igarzabal.

El zumarragarra también recuerda que hace cincuenta años «el Casino acogió una conferencia de Antonio M. de Molina, vicerrector de la Universidad Santo Tomás de Manila que versó sobre 'Filipinas por Legazpi'. Poniendo de relieve, entre otros aspectos, que Miguel López de Legazpi es tan nuestro como vuestro y si antaño él juntó su sangre con la de nuestros antepasados justo es que ahora unamos nuestras lágrimas con las vuestras al recordar su tránsito y acoplemos nuestras voces a las nuestras para cantar su gloria inmortal».

«El conferenciante se refiere al pacto de sangre entre el reyezuelo Sicatuna y Legazpi. Ambos sangráronse del brazo derecho siendo mezclada la sangre con agua en dos copas bebiendo cada cual la sangre del otro. Ignacio de Belaustegui en su 'Noticia histórica de la villa de Zumarraga' detalla que repugnábale como era natural a Legazpi aquella prueba, pero se prestó a ella de buen agrado. Nada significan unas gotas de sangre, les decía a los tripulantes, que he jurado derramar por mi patria y en defensa de mi rey, si con ellas he de conquistar nuevos súbditos a éste y se ensancha el territorio de aquella». Igarzabal indica que «en el 450 aniversario de su fallecimiento hemos evocado la figura de Legazpi del que el herriko-seme y notable escritor Jose Maria Busca Isusi escribió: Prototipo de conquistador humano es uno de los poquísimos conquistadores donde le honran en el lugar de sus conquistas y donde se respeta el monumento erigido en su memoria».

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