Irimo estuvo concurrido, pero mucho menos

Se ha notado en todos los ambientes aunque como esto va por barrios, no ha dejado de haber animación en las calles y terrazas, eso sí, nada que ver con unas navidades al uso.

Tiempos de estadísticas y aluvión de datos que retraen mucho a la gente a salir así como así a las calles para festejar otra cosa que es tiempo de disfrutar de familiares y amigos.

Las pocas actividades que se habían programado, algunas de ellas se fueron cayendo, como ocurrió con la San Silvestre que Urola Garaia Triatloia había propuesto, animados por la gran profusión de atletas de todo nivel que se registra en la comarca cada año que pasa. La prueba ya tenía el dato de participación en 121 parejas (hombre-mujer) de la última edición. Finalmente surgió la divergencia de opiniones y se decidió dejarlo para otra ocasión que bien puede ser en otro mes del año.

Por su parte la sección de montaña de Goieri K.E. a primeros de mes tomó la decisión de no organizar este año la recepción en la cima con caldo, pintxo y vino para evitar el efecto llamada en momentos delicados de la trasmisión de la pandemia. No obstante varios centenares de personas aprovecharon por su cuenta la esplendida mañana para ascender a Irimo. Sensaciones raras como un aparcamiento con sitio para aparcar, una fuente de Lizarriturri a medio camino, solitaria y un refugio con pocas personas al pie de la cruz.

Nuestras instantáneas están sacadas sobre las diez de la mañana y aunque parecía que el público iría a mas, no fue así. Lo cual por otra parte fue bien acogido por los medizales habituales.