La Comisión Judicial procede al levantamiento del cadáver para su traslado al Instituto Vasco de Medicina Legal en Donostia. Félix Morquecho

La Ertzaintza investiga como un posible homicidio la muerte de un varón en Legazpi

La familia denunció su desaparición el miércoles pero la víctima, de mediana edad, llevaría ya varios días fallecida en el interior de un local donde al parecer residía

Oskar Ortiz de Guinea

San Sebastián

Sábado, 16 de agosto 2025, 00:00

La Ertzaintza investiga como un posible homicidio la muerte de un hombre de mediana edad cuyo cuerpo fue localizado a primera hora de la ... mañana de ayer este viernes un local de Legazpi, donde al parecer residía la víctima. Una familiar denunció su desaparición el pasado miércoles, al llevar un tiempo sin tener noticias del varón. Sin embargo, el fallecimiento habría tenido lugar hace ya días, incluso semanas, ya que el cadáver se encontraba en avanzado estado de descomposición, según ha podido saber este periódico.

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La autopsia determinará las causas de la muerte, aunque por el momento la Ertzaintza no descarta ninguna hipótesis. Fuentes policiales precisan que hay un detalle que ha llevado a los investigadores a tratar el caso como un posible delito de homicidio: el local donde fue hallado el cuerpo, que está situado en un bajo de un lateral del gaztetxe de Legazpi, se encontraba cerrado con un candado desde fuera.

Según informó ayer el departamento vasco de Seguridad, el cuerpo sin vida fue hallado poco antes de las siete de la mañana, momento en el que la Ertzaintza fue informada del hallazgo. Hasta el lugar, ubicado en el número 17 de la plaza Bikuña Enea de Legazpi, se desplazaron varias patrullas en funciones de protección ciudadana de la ertzain-etxea de Deba Urola y personal médico, que confirmó que la persona encontrada estaba muerta.

Indicio

El trastero donde se halló el cuerpo estaba candado por fuera, y la Ertzaintza ha abierto una investigación

A continuación fue movilizada la Policía Científica, que analizó el lugar en busca de posibles huellas y evidencias tanto el interior como el exterior del trastero donde el hombre vivía, según aseguran vecinos de Legazpi.

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Bajo un sol de justicia, los investigadores alternaron este local con un garaje contiguo donde podían refugiarse del fuerte calor que reinaba en esta localidad de Alto Urola, donde para las 12 del mediodía se superaban ya los 35 grados. Sobre las 13.20 horas, la juez de la Comisión Judicial ordenó el levantamiento del cadáver, que fue trasladado al Instituto Vasco de Medicina Legal para proceder a la necropsia, que será clave para esclarecer las circunstancias de esta muerte.

«Con un palo y una mochila»

Tal como sucede en muchas localidades del interior de Gipuzkoa, buena parte de la población de Gipuzkoa se encuentra veraneando fuera del municipio. Sobre el mediodía, no había muchas personas en las terrazas hosteleras, y muchas de ellas no tenían idea alguna del hallazgo de un cuerpo a unas decenas de metros de donde disfrutaban de una consumición.

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Un vecino de Legazpi explicó que el fallecido, de nombre Mariano, «no es del pueblo, pero sí es bastante conocido por aquí. Es de esos que si te lo cruzas enseguida te das cuenta de que no ha tenido una vida fácil. Era habitual verle paseando por la calle, siempre con un palo y una mochila. Se ve que vivía en el local donde han encontrado su cuerpo. Más de una vez le vi entrar en ese cuarto».

La misma impresión transmitía un grupo de jóvenes, que en más de una ocasión habían llegado a intercambiar palabras con él, con 'Mariano el pequeño', como al parecer era reconocido. «Era alguien que no pasaba desapercibido, siempre iba con una mochila y un palo. A veces se tomaba sus cervezas, un porrito o algún cognac, y si se sentaba en la mesa de al lado hablábamos algo con él. Te daba conversación».

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Conocido

La víctima «solía ir siempre con una mochila y un palo» y hacía «más de un mes» que no le veían en el pueblo

Aunque el hombre vivía en un trastero en los bajos del gaztetxe de Legazpi, en el edificio del antiguo matadero, «no estaba solo en la vida. Nos decía que tenía familia» en una localidad de Donostialdea. Precisamente, una hermana fue quien denunció la desaparición el pasado miércoles, al llevar tiempo sin saber de él. El mismo grupo de amigos indica que, «casualidad, hace tres o cuatro días comentamos que hacía tiempo que no veíamos a Mariano, y era raro porque siempre andaba por aquí». Según calculan, hace «más de un mes o mes y medio» que no le veían por Legazpi.

El hombre solía pasear a menudo por la vera del Urola, y en el camino iba recogiendo palos con los que luego trabajaba la madera. «Se solía sentar sobre un cubo de plástico fuera del local, y se ponía con una navaja a pelar la corteza de los palos y hacía grabados o figuras de madera. Se ve que no había tenido buena vida, pero no era un mal tipo. No se solía meter en problemas».

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Por este motivo, les parece «raro» que el hombre hubiera sufrido una muerte violenta. «No era alguien que vieras que manejaba dinero», añaden. Otro legazpiarra asegura que «alguna vez me dijo que trabajó en alguna sidrería y también había ido a vendimiar en Francia. De algún sitio sacaría algo para ir tirando, pero era buena gente».

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