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Ya solo quedan siete días para que la bajada del txantxiku.Los 'txantxikis' nacidos desde las pasadas fiestas recibieron su pañuelito de bienvenida a la comunidad oñatiarra en el salón de plenos del Ayuntamiento y luego no faltó la fotografía para el recuerdo en la plaza.

Oñati

Tambores, pañuelitos y gigantes abren la cuenta atrás

Tras una calurosa matinal, la previsión de tormentas vespertinas hizo que la tamborrada infantil adelantase su salida con éxito

Sábado, 20 de septiembre 2025

La cuenta atrás ha comenzado. Ya solo quedan siete días para que la bajada del txantxiku descorche definitivamente los sanmigeles, pero en la calles ya se palpita la fiesta, y txikis y gaztetxos fueron ayer excelentes embajadores de lo que se avecina. El anual redoble de ilusiones infantiles y la imposición del pañuelo festivo a los bebés nacidos desde los pasados sanmigeles convirtieron a los más txikis en grandes protagonistas de un despegue gigante, literalmente, gracias al desfile de comparsas que protagonizaron una animada y calurosa matinal.

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La jornada arrancó con 'Atsolorra', el rito vasco de bienvenida a la madre y su bebé después del parto. Estaban invitados 90 «txantxikis» y las y los protagonistas se portaron fenomenal, tanto en la imposición de los baberos-pañuelitos como en la posterior foto de familia.

Con 3 y 5 días respectivamente, los primos Gari y Xuhare fueron los más jóvenes en recibir el simbólico ongi-etorri. Un acto en el que la corporación oñatiarra les dio la bienvenida a la comunidad y les mostró su compromiso a ofrecerles un entorno en el que crezcan felices.

Entre sonrisas, llantos y caras de asombro la 'quintada' más joven abrió la cuenta atrás de las fiestas cediendo luego el protagonismo a otros colosos festivos, los gigantes y cabezudos.

Las comparsas de Oñati estuvieron acompañadas de las de Villabona y Tafalla haciendo disfrutar con sus giros y danzas a txikis y mayores al son de los dulzaineros de Arrasate.

Por la tarde, los tambores elevaban el tono festivo con un cambio del guión de última hora. El temor a que las tormentas les aguasen la fiesta hizo que el desfile se adelantase media hora. «Más vale prevenir que lamentar. Lo importante es que puedan salir por las calles, tocar en el polideportivo no es igual» señalaban varias familias que esperaban el inicio del rataplán mirando al cielo. Y sí, la tamborrada salió, y además completó todo su recorrido. Más de un centenar de escolares pasearon garbo y desparpajo a golpe de palillo en compañía de una golosa carroza pitufa. Tras un despegue «gigante» la cuenta atrás continúa hoy entre pinceles, perros, bolos y flechas.

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