Oñati
Las monjas de Belorado 'de escapada' y en busca de conventoContra viento y marea. Los aguaceros no pudieron con las ganas de fiesta y los disfraces volvieron a llenar las calles en una marchosa Bixamon de Rosario
Lunes, 7 de octubre 2024, 20:14
Las excomulgadas monjas de Belorado desembarcaron ayer en Oñati por obra y gracia de la Bixamon de Rosario. Dos cuadrillas que siempre destacan por su ... ingenio hicieron un guiño al 'culebrón cismático' que tanto ha dado que hablar este año en clave de parodia.
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Mención especial merece la carroza convento de clausura que recorrió las calles con proclamas de 'Belorado no se vende'. Las entregadas hermanas repartieron pastas, dulces y mistela capitaneadas por su singular obispo y no menos peculiar director espiritual. Como ya es habitual en estos artistas de la bixamon oñatiarra, cuidaron cada detalle: toque de campana para asistir a las oraciones, refectorio, confesionario, música religiosa, taca taca... No faltó ni la docena de trece huevos que suele llevarse a las clarisas para que haga buen tiempo. Aunque puede que porque las protagonistas hayan sido excomulgadas, no funcionó, y la lluvia y por momentos el viento fueron el disfraz menos aplaudido de la trepidante jornada.
Pese a todo las cuadrillas pusieron al mal tiempo buena cara y aprovecharon las treguas climatológicas para lucir vestimentas, coreografías y atrezzos. Y si el convento de clausura levantó expectación y elogios, la «urgente búsqueda de monasterio en Oñati» que proclamaba otro grupo de clarisas con delantales de stop desahucios y su polémico obispo bajo palio, también fue alabada.
Lo cierto es que la Bixamon de Rosario volvió a brillar pese a los aguaceros. «Es una faena, pero es lo que hay, luce menos pero hay muchas ganas de juerga y eso puede con todo» señalaban las cuadrillas.
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Fue una traca por todo lo alto, en la que hubo de todo. En la variedad está el gusto y mientras unos destacaban por la puesta en escena, otros lo hacían por el ambiente o la originalidad. Desde los protagonistas de la popular serie de televisión Peaky Blinder, a guiños a las olimpiadas de París, con variedad de deportistas, podio e incluso Torre Eiffel.
Llamaron la atención asimismo los calendarios marianos; niños de san ildefonso con un particularísimo bombo de premios; rocieros a pie, en carroza o con caseta; autos de choque; el sombrero loco y la reina de corazones; marcianos con una funcional nave paraguas; la morada del conde drácula; la familia Adams,; Mario Bros y compañía; la cofradía del apostolado; las clases de aerobic en vivo; punkys; payasos, la brigada de obras...
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La alegría y el color de cientos de disfraces, unida a las ganas de juerga de jóvenes y adultos, volvieron a convertir la cita en una de las preferidas de las fiestas. No faltó la música, ni la emoción de las populares sokamuturras. Tras el trepidante maratón festivo, hoy toca la bixamona de la bixamona.
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