Limpieza a fondo del estanque de Olakua como paso previo a su intervención

Es una obviedad que el estanque de Olakua ya no es lo que era. Los más txikis ni saben que hubo cisnes y patos, y que además de símbolo, era el orgullo del barrio. De eso hace ya mucho tiempo, demasiado para algunos. Los palmípedos se fueron 'de vacaciones' en 2016 para poder llevar a cabo una limpieza y saneamiento a fondo del espacio, y ya no volvieron. Y desde entonces el deterioro y degradación del entorno ha sido una constante y motivado un sinfín de quejas vecinales. El foso se ha convertido en hábitat de roedores, y las aguas sucias y estancadas no ayudan a eliminarlos, así que la operación de limpieza que concluyó ayer, ha devuelto a la actualidad el antaño popular estanque.

«Da pena ver cómo está» comentaban dos jubiladas mientras operarios limpiaban la piedra del puente. «Que se recupere en condiciones o se elimine, porque tal y como está es un foco de porquería. Es un espacio muy céntrico y simbólico para el barrio, así que sería bonito que recuperase su esencia. ¿Te acuerdas del Belén que siempre se montaba en Navidad?» rememoraba una de ellas.

En dar una solución definitiva al estanque está precisamente trabajando el gobierno municipal, según confirmó ayer el concejal de servicios, Xabi Igartua. «Hacia falta un limpieza general, quitar la maleza, el lodo, el musgo y la suciedad, y eso es lo que ha estado haciendo estos días la brigada municipal. El siguiente paso es abordar con la comunidad de vecinos de San Andrés, qué hacer con el estanque, y para eso hemos contemplado una partida de 16.000 euros en los presupuestos de 2023. Tenemos, el proyecto que el paisajista Iñigo Segurola esbozó en el marco del plan de revalorización 'Olaran' y queremos compartirlo y adecuarlo con la vecindad para dar solución a la problemática existente. Hay soluciones sencillas, intermedias y más ambiciosas, y nuestro objetivo es definir cuál llevar a cabo atendiendo a las necesidades actuales del barrio» explicó.

Cuidada vegetación, plantas acuáticas y arbustos, nuevas zonas de reposo y un vaso mucho más amplio fue la propuesta del conocido paisajista para dar un toque más natural al corazón del populoso barrio residencial. La zona verde y la acuática se unían en un solo espacio con una extensa lamina de agua, manteniendo el puente para el acceso peatonal al área deportiva. Una actuación presupuestada en su día en 176.959 euros, que algunos consideraron exagerada y otros estupenda. En 2023 el proyecto volverá a la palestra, como punto de partida a la hora de abordar el futuro del simbólico estanque.

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