Urgente Largas colas en la AP-8 y la GI-636 en dirección a la muga
La Ermita de San Juan de Cárcamo, rodeada de andamios. E. C.

La Diputación ultima la reforma en la joya románica de Cárcamo

La cubierta del ábside, renovada con material idéntico al de la nave principal, pone fin a las humedades que dañaban el templo medieval

Sergio Carracedo

VITORIA.

Martes, 3 de diciembre 2019, 00:17

La joya románica que atesora Cárcamo está a punto de lucir renovada. La deteriorada cubierta del ábside, reformada en los años 80 del pasado siglo con tela asfáltica y lajas de piedra, ya no impedía el paso del agua al interior del edificio, por lo que la diputación decidió intervenir en este pequeño templo catalogado del siglo XIII.

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Esta pequeña localidad de Valdegovía, de menos de 30 habitantes, asiste estos días al remate final de las obras que han afectado a la ermita, que es de titularidad foral.

La intervención se debe a que la Diputación tuvo conocimiento en febrero, tras la inspección de la técnicos de patrimonio, que «se habían desprendido varias lajas de piedra que cubrían el ábside» por lo que consideraron «urgente la necesidad de fijar el material de la cubierta».

La empresa contratada para la ejecución de las obras, con la supervisión e impulso del Servicio de Patrimonio de la Diputación, inició la reparación del tejado que ahora está a punto de concluir.

A diferencia del resto del templo, cubierto con teja, el ábside contaba con unas deterioradas losas de piedra sobre tela asfáltica que han sido sustituidas por material similar al del resto de la cubierta.

La reparación, inicialmente, iba a consistir en recolocar las lajas de piedras sueltas del tejado y mejorar el remate de la cornisa, ya que faltaban algunas piezas que no impedían que el agua bajase por el muro del templo ennegreciendo los sillares.

Sin embargo, una vez que los técnicos accedieron al tejado, comprobaron el «deficiente» estado de conservación de las losas de piedra. «Se encontraban sueltas, movidas, descompuestas, con fisuras y exfoliaciones que permitían la entrada de agua a través de las juntas», comentaron los técnicos.

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Además, observaron que bajo la cobertura de piedra existía tela asfáltica con «zonas agrietadas, perforadas y sin el correspondiente remate de cornisa que protegiera las ricas decoraciones del templo románico», detallaron.

Ello producía «acumulación de humedad entre la lámina asfáltica y la piedra y falta de transpiración». Por ello, y a tenor de que la nave principal cuenta con teja cerámica curva, se optó por el mismo material «para dar un aspecto unitario y homogéneo al conjunto formado por ambas partes».

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Además, se instaló una tela «impermeable y transpirable» bajo las tejas y se colocó sobre la cornisa «el necesario remate de protección» de las decoraciones ornamentales del templo románico, «ejecutado en plomo sobre pletina de cobre», solución habitual utilizada en los trabajos de conservación de la Catedral Santa María, explicaron las fuentes.

Con ello se ha logrado la «homogeneidad y aspecto unitario» del templo, la «estanqueidad y transpiración adecuada para la conservación» de este bien del patrimonio alavés que es uno de los ejemplos provinciales más evidentes del románico, caracterizado, en este caso, por una acusada sobriedad.

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