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IRUN

Diana de Villarrobledo

1910A las 06.00 de la mañana del día de San Marcial, en la plaza de San Juan, frente al Ayuntamiento, la Banda de Música del Alarde de San Marcial está preparada para interpretar esta Diana. La primera campanada será la primera nota musical para que el Director dé comienzo a esta preciosa composición.Gloria Varela es la más antigua cantinera de la unidad. Desfiló en 1931 y ayer se acercó desde Pamplona a respirar el ambiente festivo

I.M.

Sábado, 21 de junio 2008, 04:17

Desde hace muchos años ha existido interés por averiguar el origen de esta obra musical, la cual escuchamos durante el concierto del día de San Pedro que interpreta la Banda de Música en los arkupes del Ayuntamiento y en la madrugada del día de San Marcial.

En el Archivo Municipal de Irun, como en el propio archivo de la Banda de Música Ciudad de Irun, no se encuentra documento alguno que dé alguna pista del origen o autor de esta diana. Tampoco había constancia en los archivos musicales de Eresbil en Rentería, al menos hasta el año 2004, fecha en que encontré una partitura con título diferente

Otro trabajo realizado por el compositor irunés D. José Silguero, que no puedo relatar por falta de espacio, dice que esta diana es originaria de la localidad albaceteña de Villarrobledo. Dentro de las acciones armadas de la primera guerra Carlista, hubo una contienda entre las tropas mandadas por el general Carlista Gómez y las fuerzas Realistas, a cuyo frente se encontraba Isidro de Alaix. Batalla ganada por este último, cuya victoria le supuso el titulo de Vizconde de Villarrobledo.

En el archivo Municipal de Irun, en el programa de fiestas de 1882 y 1883 dice: «A las 5 de la mañana la música marcial tocará diana en los puntos que la costumbre ha establecido ya». Hasta el año 1887, en el programa de fiestas no se hace referencia al nombre que recibe esta diana; «A las 5 de la mañana se tocara por la Banda la magnífica diana de Villarrobledo a fin de excitar la animación del vecindario». No dice más y por lo tanto tampoco explica que sea una diana nueva o diferente, lo cual nos hace pensar que todos sabían cuál y cómo era la música de la diana.

Para terminar con una anécdota, sólo quiero relatar el acta municipal del año 1902, A-1-103 folio 195 Vto. y 196. Al parecer este año la diana se interpretó con alguna alteración y dice D. Eugenio Pedrós: «[. ] y entiendo que esa modificación implicaba como un despojo artístico puesto que alteraba la obra del autor, pedía que se retirara de la cartera de la música la diana modificada, poniendo en su lugar la que desde tiempo inmemorial ha venido ejecutándose».

En 1970, se estropeó el reloj de la Casa Consistorial, así que difícilmente podía sonar la campana y con ella el comienzo de la diana. Eushebito Ochoa y su amigo Cándido Gil, entraron a la caseta donde esta instalada la maquinaria del reloj. Eushebito con su reloj de muñeca y Cándido con un monumental martillo, a la señal del primero le zumbo los seis martillazos reglamentarios, dando comienzo la diana. La gente sabía que estaba roto el reloj. Lo mejor ya fue que el día San Marcial faltaba toda la esfera; entonces ¿cómo diablos sonaron las seis campanadas?

DV. Tiene 92 años y es la cantinera más veterana que queda en Artillería. Desfiló en 1931, por lo que, como ella misma dice, Gloria Varela es «cantinera de la República».

Hace ya muchos años «que no veo el Alarde del día 30, pero «nunca me olvido. Me pego unas lloreras tremendas cada 30 de junio». En cualquier caso, no vive desconectada de su ciudad ni de sus fiestas. «Estos últimos años, siempre ha venido a visitarme a Pamplona gente de la compañía, porque estaba delicada y no me podía mover de allí. Este año estaba mejor y les dije que venía yo, que tenía ganas». Esas visitas a la capital navarra las suele organizar Joserra Otaegi, ex capitán y actual artillero raso. Comparte con Gloria la anterior visita que ella hizo a su ciudad. «Fue en 2000. Organizamos una cena de la compañía con todas la cantineras, con todo el mundo», comenta Joserra. «Yo me lo pasé en grande», recuerda ella. «Me hicieron desfilar y allí salí con el abanico arriba y abajo, saludando a unas aceras y unos balcones imaginarios». Ayer, no estaban todos, pero sí parte de la compañía y muchas compañeras de años posteriores.

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