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CULTURA

Un hecho «catastrófico» para Gipuzkoa

Agentes culturales del entorno opinan sobre la posibilidad de cierre de Chillida Leku. Todos coinciden en señalar al museo dedicado al escultor donostiarra como un emblema del territorio

ENRIQUE MINGO

Martes, 30 de noviembre 2010, 17:26

«Una catástrofe cultural», «una situación penosa», «hay que encontrar una solución como sea»... Son algunos de los comentarios que surgen desde diferentes ámbitos del panorama cultural gipuzcoano cuando se les pide que valoren la posibilidad de un cierre en Chillida Leku, con el que estos días se ha venido especulando, tras hacerse evidente que el museo se encuentra inmerso en una crítica situación económica. En todos estos puntos de vista sondeados existe un denominador común que otorga al museo dedicado a la figura del prestigioso escultor donostiarra el hecho de ser uno de los emblemas más importantes de nuestro territorio.

El escultor Koldobika Jauregi tiene claro que el cierre de Chillida Leku supondría una «catastrofe» cultural para Gipuzkoa y para el galerista Juan Ignacio Velilla el museo es uno de los «mayores atractivos» que suman a la hora de visitar nuestro territorio. El director de la Quincena Musical, Patrick Alfaya lo considera «un espacio necesario» y el responsable de contenidos culturales de la Candidatura Donostia 2016, Santi Eraso, lo enmarca dentro del «momento crítico» por el que pasa el sistema público cultural, que «debería ser revisado».

El artista de Alkiza desconoce a quién corresponde solucionar el problema ni la manera de hacerlo, tan sólo sabe que hay que solucionarlo porque Eduardo Chillida es un referente mundial en el mundo del arte «y si el único referente mundial que tienes lo cierras.... Esos miles de personas que podrían venir aquí rebotadas del Guggemheim, si no tienen Chillida Leku les quitas el mayor aliciente cultural que tienen en Donostia». Jauregi se cuestiona qué le queda a una ciudad como San Sebastián, «que aspira a ser Capital Cultural» si le quitas su mayor aliciente cultural.

Jauregi recuerda que Eduardo Chillida fue un artista «muy espléndido» que donó muchas de sus obras, pero opina con lástima que «tampoco ha sido profeta en su tierra» y se remonta a un intento, «hace 25 o 30 años», de llevar parte de su obra gráfica a la sala de 'los tocados' del Museo San Telmo como una exposición permanente, «pero no anduvieron muy vivos, como siempre suele pasar».

Jauregi tiene claro que Chillida Leku es el museo privado «más importante» de Euskadi y de los más importantes del Estado, pero «si yo tengo una tienda y no me da, pues supongo que la tendría que cerrar».

El de Alkiza es muy crítico con el modelo de museo en el que el propio edificio y el funcionariado con el que se llena «se comen» todos los recursos convirtiéndose en «espacios insostenibles». Por eso cree que se han convertido, en general, «en una cosa obsoleta, que funcionan bastante menos de lo que nos quieren hacer creer».

Emblema de la ciudad

Chillida Leku «es un emblema» de la ciudad, de la provincia, una de nuestras señas de identidad y, sin duda, uno de los atractivos más importantes de este territorio, asegura el director de la galería de arte donostiarra Altxerri, Juan Ignacio Velilla. Desde el Ayuntamiento o la Diputación «siempre se ondea», como un simbolo suyo, junto a la Concha o a los cocineros, aunque se trate de un espacio privado.

Esta ciudad «no depende sólo de los cocineros» en su proyección exterior y Chillida Leku quizá sea, culturalmente, «el espacio de mayor tirón que tenemos». Para Velilla, unos tienen el Thyssen y otros el Gugenheim, «nosotros no tenemos más museos para atraer y retener a la gente que Chillida Leku» por eso hace un llamamiento a las instituciones para que hagan un esfuerzo por evitar el cierre porque, además, «da un tono excelso de la ciudad».

Velilla está convencido de que a Chillida Leku lo querrían en muchas ciudades europeas, «así que no vamos a hacer el indio como ya se hizo con la feria DFoto o con la colección de Ordóñez-Falcón».

Conciertos con el aforo lleno

Cuando Patrick Alfaya, director de la Quincena Musikal, vivía en Barcelona y aquí era «un turista», Chillida Leku era un museo «que yo venía a visitar, al igual que el Guggenheim», confiesa lamentando su situación.

«Es un museo necesario», dice el director de la Quincena quien desconoce su situación económica, aunque imagina «lo costoso» que tiene que ser su mantenimiento, «pero es uno de esos museos que hace ciudad, territorio, y eso es importante». Alfaya comenta que los conciertos que la Quincena realiza allí, los domingos de agosto, «están muy consolidados, siempre con el aforo lleno», y si cierran el museo «lógicamente a nosotros nos afectará negativamente».

Alfaya, que alaba la relación que mantienen con la familia Chillida, que siempre «nos ha puesto facilidades, va a los conciertos y se nota su relación estrecha con la música clásica», asegura que es un espacio ideal para la música en directo: además del concierto «la gente va unas horas antes para dar un paseo maravilloso por ese espacio».

Revisión del sistema cultural

Para Santi Eraso, responsable de contenido culturales de Donostia 2016, la situación de Chillida Leku «es triste» y hay que inscribirla dentro de «una revisión muy seria» de lo que está pasando con el sistema público cultural, que en estos momentos está pasando un momento muy difícil, que «no creo que sea cuyuntural», comenta pesimista.

Eraso cree que Chillida Leku es un elemento del mapa cultural «importante», que tiene que ver con una figura fundamental en la historia del arte, y opina que para Donostia 2016 «sería grave que se cerrara», al igual que es grave la situación por la que pasa Tabakalera, o por la que atraviesa la red de casas de Cultura, que apenas tienen recursos para funcionar. «Vamos, que lo grave es lo que está pasando con el sistema cultural. Eso es lo que es grave para la Capitalidad, y en ese marco un lugar común es Chillida Leku al igual que muchos otros».

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