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Plan estratégico. Iñigo Urkullu, el pasado 28 de febrero, durante la presentación de la propuesta Ados! en el BEC de Barakaldo. :: TELEPRESS
POLÍTICA

El PNV rebaja el carácter político de Ados! para que no acabe como el plan Ibarretxe

Mantiene contactos con empresarios y grupos sociales para consensuar su propuesta. La iniciativa busca un nuevo marco político que actualice el autogobierno para afrontar mejor temas como la crisis económica

JORGE SAINZ jordisainz@diariovasco.com

Lunes, 14 de junio 2010, 10:06

Escaldado por la experiencia de lo ocurrido con el Nuevo Estatuto Político o plan Ibarretxe, que quedó finalmente varado tras años de enfrentamiento entre los partidos, el PNV busca que su nueva propuesta para reformar el marco vasco no tenga únicamente un matiz político. Para ello, antes que buscar el apoyo de las formaciones políticas, quiere compartir el diagnóstico con distintos ámbitos y colectivos sociales y económicos, algo en lo que su presidente, Iñigo Urkullu, ha venido insistiendo en las últimas semanas.

El nombre de la propuesta jeltzale, Ados!, significa en euskera 'de acuerdo' y el PNV quiere cumplir la literalidad de este título. Para ello, la formación jeltzale contempla celebrar encuentros discretos con representantes de los distintos ámbitos sociales y empresariales vascos para consensuar las bases para un nuevo marco político para Euskadi, que llevaría al Parlamento Vasco a principios de la próxima legislatura, en 2013, y con la esperanza de volver a liderar el Gobierno Vasco, explican fuentes de la formación jeltzale. De hecho, confirman que ya han comenzado los contactos con estos agentes económicos y sociales.

Esta hoja de ruta del plan Ados!, que está siendo abanderado por el propio Iñigo Urkullu, busca reformular el marco de autogobierno actual para profundizarlo y adecuarlo al siglo XXI, y dotarlo de «herramientas eficaces» para afrontar retos como la actual crisis económica.

Recuperar la centralidad

Pero la formación nacionalista pretende acometer este reto con el objetivo de recuperar, al mismo tiempo, la centralidad, sobre todo ante lo que consideran frente constitucionalista PSE-PP. Los nacionalistas se reunirán para socializar su propuesta con empresarios, encabezados por la patronal Confebask, sindicatos, cámaras de comercio, cajas de ahorro vascas, el mundo de la universidad, los cuerpos consulares, colegios profesionales, la Iglesia, y entidades de carácter cultural y científico como Eusko Ikaskuntza, Euskaltzaindia o Labayru, además de con líderes de opinión.

«No queremos supeditarla únicamente a la vía parlamentaria y política, sino quitarle un componente político que mata este tipo de propuestas», explican en el partido jeltzale.

El objetivo de estas reuniones, que tienen un carácter discreto, sería «blindar» un acuerdo entre todos en torno a unas bases mínimas. La formación que lidera Iñigo Urkullu se da un periodo de tres años, hasta 2013, para llevar al Parlamento Vasco esta iniciativa. El horizonte actual, con las elecciones municipales y forales en la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra a sólo un año vista, recomienda prudencia.

Una vez que el proyecto jeltzale esté enriquecido y completado con las aportaciones de los distintos ámbitos, el PNV emplazará a los partidos políticos al inicio de la legislatura a presentar sus propuestas de mejora del autogobierno para contrastarlos y trabajar en la búsqueda del consenso. Sería el Parlamento Vasco quien daría forma jurídica a un futuro acuerdo. En este punto es donde se abordarán las principales dificultades, que aparecen a la vista del rechazo rotundo expresado por los socialistas vascos

Pero la formación de Iñigo Urkullu se agarra al hecho de que los socialistas vascos han expresado en distintas ocasiones la posibilidad de introducir mejoras o reformas en el Estatuto de autonomía, que por otra parte, recuerdan desde Sabin Etxea, «sigue sin cumplirse en su integridad».

El PNV quiere que el PSE-EE adopte una actitud como la de sus compañeros catalanes y el president Montilla. «Aunque no levante tampoco mucho la voz, sí tiene más personalidad que los socialistas vascos, que están a las órdenes de Madrid», exponen los jeltzales. Y en el PP no hay tanta confianza, ya que los peneuvistas consideran que «llegará tarde» a la actualización del nuevo marco político vasco, «al igual que les ocurrió con el propio Estatuto de Gernika» en 1978.

Izquierda abertzale

Respecto a la izquierda abertzale, el PNV se aferra a los puntos de encuentro que se lograron en las conversaciones de Loyola, durante el fallido proceso de paz de 2006, como base para creer que puede ser posible el acercamiento, aunque en este caso todo está condicionado al desenlace de un eventual proceso de finalización de la violencia de ETA.

En este sentido, el PNV está dispuesto a poner el tema de Navarra sobre la mesa, «como ya se puso en 1978», aunque entiende que al final será la voluntad de los navarros la que determine cualquier paso.

En todo caso, el PNV sostiene que el futuro acuerdo debe incorporar unas bases políticas que reconozcan «la identidad nacional de nuestro pueblo» e introduzcan en el ordenamiento jurídico el derecho a decidir y un sistema de garantías bilaterales para evitar el bloqueo, lo que ha ocurrido con el Estatut de Cataluña, recurrido por el PP en el Tribunal Constitucional, argumentan los peneuvistas.

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