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AINGERU MUNGUÍA
Viernes, 11 de septiembre 2015, 13:22
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Subir hasta allí arriba produce respeto, pero comprobar con las propias manos el estado de la cúpula del Bellas Artes genera escalofrío. Las armaduras se presentan roñosas y al aire, y el hormigón se deshace entre los dedos. Una visita por la parte alta ...
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