Gipuzkoa registra de media un incendio en viviendas cada día

Aun cuando el arranque del año no ha sido precisamente muy favorables en cuanto al número de incendios, lo cierto es que la cifra de siniestros de esta índole se mantiene estable en los últimos ejercicios. De acuerdo a los datos proporcionados por la Diputación, el número descendió el año pasado: se contabilizaron 632 casos, treinta menos que en 2013.

Del conjunto de las actuaciones, las extinciones de fuegos en edificios de uso urbano, principalmente viviendas, son las más numerosas. En 2014 se desataron 217, mientras que el año anterior se produjeron 216. Si a esta cifra se suman los 127 incendios extinguidos en inmuebles el pasado año por los bomberos de Donostia, cada semana se producen de media en Gipuzkoa cerca de siete incendios en viviendas, uno al día.

Los meses que se enmarcan a finales del otoño o durante el invierno registran el mayor número de fuegos en edificios. Sólo entre enero, febrero, noviembre y diciembre se produjeron casi el 50% del total.

Los fuegos en los caseríos son asimismo elevados. En 2014 hubo 42 siniestros, siete más que en 2013. Este año, solo en enero se contabilizaron 6. A esta cifra hay que sumar la destrucción de otro caserío el viernes de la semana pasada en Elgoibar.

Los incendios forestales, por su parte, se mantienen en cifras idénticas a las de los dos últimos años. En 2014 hubo 63, por 68 en 2013.

Los fuegos en empresas tampoco han experimentado oscilaciones de relevancia. En 2014 se originaron 56, uno más que en 2013.

Tres a la semana en Donostia

El cuerpo de Bomberos de Donostia observa, por su parte, una reducción paulatina de los incendios a lo largo de los últimos años, «y ahora diría que se han estabilizado», afirma Javier Bayona, jefe de los bomberos de San Sebastián.

El pasado año, efectivos de este cuerpo, que presta servicio a las localidades de la comarca -Donostia, Pasai Antxo y San Pedro, Hernani, Urnieta, Usurbil, Lasarte-Oria y Astigarraga- fueron requeridos en 475 incendios, mientras que en 2103 acudieron a 433 intervenciones. «El crecimiento que se aprecia, sin embargo, no obedece a un aumento real de casos, sino que tiene su origen en las falsas alarmas que se suscitaron, que fueron 39», precisa Bayona.

Los bomberos donostiarras, asimismo, registraron el pasado año 127 incendios en viviendas, frente a 124 en 2013. «La media anual en Donostia es de tres incendios a la semana, aunque entre del 6 al 11 de este mes hemos tenido dos al día, algo que ha sido casual», precisa Bayona.

El invierno es una de las estaciones propicias para que se produzcan incendios en viviendas. Con temperaturas frías como las de días atrás, las calefacciones a tope y las ventanas cerradas, los niveles de ventilación en los domicilios desciende y se genera un ambiente superior de temperatura, por lo que baja el grado de humedad. Estos factores, unidos a otras circunstancias como la costumbre de disponer ropas en radiadores, favorecen esta clase de siniestros. «En invierno, lógicamente se dan más casos de chimeneas que cogen fuego o incendios provocados por estufas, pero otros siniestros no tienen por qué estar asociados a las épocas del año. El hecho de que una campana extractora prenda o se queme un electrodoméstico, no guarda relación con que se produzca en enero o agosto», indica Javier Bayona.

La estabilización en el número de incendios que se observa tanto en Donostia como en el resto de Gipuzkoa obedece en buena medida «a la cada vez mayor calidad de las edificaciones, las mejoras de en el mantenimiento, las exigencias en las instalaciones y a la aplicación de las normativas de seguridad», precisa el responsable donostiarra.

Correcto mantenimiento

No obstante, todavía queda aun mucho por recorrer en materia de prevención y en múltiples ocasiones es precisamente la falta de mantenimiento la causante de buena parte de los siniestros. «Dentro de las medidas preventivas es importante que los elementos que tenemos en nuestros domicilios se encuentren en buen estado de conservación y mantenimiento. El material que se va acumulando en una campana extractora o en una chimenea, por citar dos ejemplos, puede ser causante de un siniestro. Por ello, la limpieza en estos espacios es básica».

Pero no basta solo con el mantenimiento. «Cuando dejamos algo en el fuego, hemos de estar pendientes de ello. Y si tenemos una secadora en marcha, no hay que despreocuparse, hay que vigilar que funcione correctamente. Hemos de actuar con buenas prácticas preventivas como no sobrecargar las instalaciones, no dejar elementos de calor en contacto con otras prendas... No hay que bajar la guardia».

El material constructivo de los caseríos, con la madera como uno de los principales elementos, y lo apartados que se encuentran de los núcleos de población hacen que no pocas ocasiones los conatos prosperen más fácilmente. «Parte de los incendios en caseríos se suelen originar en las chimeneas, por lo que hay que insistir en el buen mantenimiento. Muchos de ellos, además, cuentan con elementos de madera y encima están lejos. Al final, estos factores penalizan. Pero es que, incluso, en ocasiones la detección del foco por parte de los residentes se produce más tarde».