Final feliz para los ciervos de Irun

Agosto ha sido un mes de constantes llamadas, denuncias, consultas, idas y venidas todo para tratar de salvar a los dos únicos ciervos que sobrevivieron a una infección que segó la vida de otros veinte compañeros de viaje, según dicen por el mal estado del agua que bebían. El caso de los venados abandonados en un terreno privado del barrio irunés de Meaka había involucrado a una decena de personas que, además de acudir diariamente a la finca para proporcionar alimento a los animales, han removido tierra, mar y aire por salvarles la vida, y lo han conseguido.

A las tres de la tarde de ayer recibían una llamada de la Diputación Foral de Gipuzkoa con una noticia tan buena, como inesperada. Tras realizar los controles sanitarios pertinentes, el propietario del terreno había decidido donar la cierva y su cervatillo a la Fundación Basondo, situada en la comarca del Urdaibai. El próximo lunes comenzará a gestionarse el traslado de la madre y la cría a esta reserva natural encargada de la recuperación de fauna silvestre, y que actúa como centro de acogida de aquellos animales que no podrían sobrevivir en su hábitat natural.

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