No fue para tanto
EMECÉ
Lunes, 2 de noviembre 2009, 02:22
Se dice que, a veces, de tanto anunciar una cosa luego el resultado de la realidad no es para tanto. Precisamente eso es lo que le ha pasado a La Fura dels Baus, en la persona de su factotum Carles Padrissa, con esta nueva producción de la ópera de Hector Berlioz (libreto del mismo compositor sobre textos de de Virgilio), con la que anteayer se abrió la temporada lírica de coloso valenciano. Hace Padrissa el tratamiento alegórico de un troyano informático, cual virus, que se introduce en nuestra sociedad y la contamina. Para ello utiliza los ya muy conocidos elementos escénicos de La Fura a base de acrobacias circenses de figurantes sujetos por arneses suspendidos del peine del escenario y módulos escénicos con aromas de Kubrick de .
Fue respetuoso con la música pero se pasó de la raya en determinados momentos como el del precioso dúo de Dido y Eneas del acto IV, haciendo cantar a Gould y a Barcellona suspendidos en el espacio metidos en una especie de cajetines. Poco asimilable ver al dios Mercurio dentro de un satélite artificial, gritando por tres veces . Fue protestado por una gran parte del público.
El gran éxito de la velada estuvo en manos de Gergiev, ya que con su dirección perfecta, emotiva y grandiosa, recordaba al vuelo de dos palomas haciendo nido sobre una magnífica orquesta ofreciendo en plenitud la poderosa orquestación de Berlioz. Un potente y reforzado coro fue otro mimbre de bondad.
La terrible partitura que Berlioz escribe para la voz del tenor no tuvo en Gould a su mejor intérprete, con claros desajustes y quiebras en los ataques. Barcellona estuvo sólida, poderosa, aunque del registro medio para abajo la voz no fue de la rotundidad y peso necesarios. Cumplieron los demás cantantes, así como el complejo equipo escénico de figuración.