«La fidelidad del público ha sido impresionante»
La Quincena cierra su 69 edición con récord de recaudación y mira a Biarritz para el próximo año
MARÍA JOSÉ CANO
Domingo, 7 de septiembre 2008, 14:10
La Quincena de 2009 recorrerá el puente cultural existente entre San Sebastián y Biarritz desde 1900 hasta 1936, una época de renacimiento cultural en este ámbito geográfico. Los años de vanguardia y modernidad de la Belle Epoque harán viajar a la Quincena a varias localidades francesas. Pero de momento, al cierre de la 69 edición, el director del festival destaca el éxito de público -55.700 espectadores en 101 conciertos- y el récord de recaudación respecto a otros años.
- Antes de que comenzara la Quincena usted tenía cierto miedo a la reacción del público por la crisis. ¿Cómo ve ahora la situación?
- Un año más y aunque parezca un disco rayado, tengo que decir que me ha sorprendido muy gratamente la reacción del público prácticamente en todos los ciclos. La ocupación del Victoria Eugenia ha rondado entre un 90% y un 91% y el Kursaal no ha llegado al cien por cien por los dos últimos conciertos de la Orquesta de Baden-Baden.
- ¿El caso de la orquesta alemana ha supuesto de alguna forma un cierto fracaso?
- Tenemos que reconocer que hemos pinchado en esos dos conciertos. Algunos dicen que es porque se han celebrado en septiembre, pero ha habido otros este mes y han ido bien. Yo creo que ha sido por el programa, por Messiaen, que todavía da cierto respeto al público.
- Entonces, ¿podemos hablar deuna buena respuesta de público?
- Sí. Ha sido muy buena. Se han agotado las entradas para los ciclos de Chillida-Leku y de Música Antigua, y también en el Ciclo de Jóvenes Intérpretes.
- ¿Ha habido algún concierto que esperaba que tuviera más tirón?
- Me sorprendió en negativo el segundo programa de la Orquesta Nacional de España, no sé si porque la gente leía Messiaen en el programa y ya no veía el nombre de Mahler. Y eso que cantaba el tenor Ben Heppner, que ha hecho de Wagner dirigido por Simon Rattle. Por el contrario, me sorprendió muy satisfactoriamente el lleno en la Orquesta de Euskadi, con una respuesta de público superior a la orquesta de Toulouse y Baden-Baden.
- Para usted, ¿cuál ha sido el concierto más mágico y el más decepcionante en cuanto a público?
- Fue mágico el de Getaria con la Colombina, que llenó la iglesia. Los más decepcionantes han sido los conciertos de la Orquesta de Baden-Baden. Es increíble que la gente siga sin tener curiosidad por escuchar música de Messiaen.
- ¿Y en cuanto a calidad?
- Yo destacaría los de intérpretes entre 25 y 35 años, de una gran calidad y absoluta entrega. Directores como Pablo González o Tugan Sokhiev, cantantes como Jaroussky o Brueggergosman, pianistas como Jauregi, Schlimè, Chamayou o Perianes, los acordeonistas Aizpiolea y Alberdi, el violoncellista Bohórquez...
- Mójese. Sus tres perlas de la 69 edición.
- El concierto del organista José Manuel Azcue por muchas razones, el del trío formado por Frank Peter Zimmermann, Christian Zacharias y Heinrich Schiff y la entrega y pasión de la Joven Orquesta Gustav Mahler.
- Sin duda, la Quincena ha tenido mejores resultados que otros festivales. ¿A qué cree que se debe?
- La fidelidad del público ha sido impresionante. Creo que ha influido la política de precios, más prudente que la de festivales como Peralada o Santander, y también la programación.
- ¿Se han cumplido las expectativas en cuanto a presupuestos?
- Hemos batido el récord de recaudación respecto a otros años, superando lo previsto, y hemos logrado 1.200.000 euros de ingresos. Hay una comparativa clara: en 1998 en el Victoria Eugenia hicimos catorce conciertos y en 2008, la programación que hemos ofrecido entre Victoria Eugenia y Kursaal equivale a cuarenta teatros Victoria Eugenia. Ha sido un salto vertiginoso en diez años. Y además, en los 24 conciertos que hemos dado entre los dos espacios hemos tenido una ocupación de un 95%.
- En todas las ediciones, la Quincena conquista a algún gran músico que queda embrujado por la ciudad y vuelve. ¿Este año ha habido alguno?
- Sí. Sokhiev es uno de ellos y a Honeck le gustaría volver con la Pittsburg Symphony en 2010. A todos les fascina la atención del público y la acústica del Kursaal.
- ¿Cuáles son las claves de la próxima edición?
- Se centrará en el puente cultural que hubo entre San Sebastián y Biarritz entre 1900 y 1936, que representó la vanguardia y la modernidad, también en la música. Albéniz murió en Cambo-les- Bains, Ravel nació en Ciboure, Stravinsky vivió esos años en Biarritz, Sergei Diaghilev recaló en Donostia con sus ballets rusos... fue una época muy rica que rememoraremos. Así, Plasson dirigirá a la Orquesta Nacional de Lyon dos conciertos con repertorio francés, tendremos la zarzuela de Usandizaga, de Falla, contaremos con las hermanas Labèque y la OSE ofrecerá la ópera de Escudero en versión concierto. Además, como el año que viene coinciden varios aniversarios de compositores, nos centraremos en Haendel y Purcell y haremos algunas óperas barrocas en el Victoria Eugenia, así como una interpretación muy particular de con La Fura dels Baus y el Orfeón.
- Este año la Quincena ha durado más de un mes. ¿La próxima edición será también así de larga?
- Es verdad que es un periodo muy largo, pero la ópera tiene que ser a mediados de agosto y las grandes orquestas no salen de gira hasta finales de agosto o septiembre, lo que nos obliga un poco. El año que viene será parecida y durará del 5 de agosto al 5 de septiembre.