Piden rehabilitar el caserío Munto

DV. La alarma saltó hace poco más de un mes, cuando en una reunión mantenida con responsables del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de San Sebastián, los vecinos de Aiete fueron informados de que el caserío Munto se encuentra a punto de perder su condición de edificio catalogado en Grado II, el que permite actuar en su interior, pero impide modificar su fachada. La lista elaborada recientemente ya no lo contempla y, si la corporación municipal la aprueba, el citado caserío podría incluso ser derribado.

La noticia ha caído como un jarro de agua fría en un barrio que ve cómo sus inmuebles más emblemáticos van desapareciendo y con ellos, también parte de su historia. Decididos a impedir que los peores presagios se vean cumplidos, los aietearras Esteban Goikoetxea, Ernesto Gurrutzaga y José Mari Razkin han redactado un escrito que, bajo el título «¡Salvemos Munto!», exige al Ayuntamiento que «apueste urgentemente por rehabilitar este edificio, por su valor histórico y como elemento cultural de la vida donostiarra».

Protegido

En el texto, los firmantes recuerdan que son varias las construcciones protegidas con idéntico grado, «por considerarse de interés arquitectónico, histórico y cultural». Desde Tabacalera a las Torres de Arbide, pasando por la Iglesia de Zorroaga o la Casa de Cultura Larrotxene. «¿Entenderíamos que alguno de estos edificios fuera descatalogado y derribado?», se preguntan. «¿Si Munto fue catalogado con el Grado II en su momento, qué argumentos hay en la actualidad para descatalogarlo? ¿Que está ruinoso? ¡Rehabilítenlo!», proponen.

Los autores del escrito califican de «agresión al patrimonio de la ciudad» que no se continúe apostando por su preservación, al tiempo que instan a las diferentes instituciones públicas, partidos políticos y otras entidades competentes a pronunciarse al respecto.

«Es uno de los edificios más antiguos de la ciudad, con fachada de piedra, una estructura interior de madera interesante y el tolare. Con las técnicas actuales se podría rehabilitar y lograr un edificio muy digno que podría tener usos públicos», señalan.

«¿Por qué tirarlo?»

La expresada por Goikoetxea, Gurrutzaga y Razkin es una opinión compartida por buen número de habitantes del barrio de Aiete que se niegan a que Munto desaparezca de su paisaje cotidiano. «Sería una pena que uno de los caseríos más antiguos de toda San Sebastián se perdiera», comenta uno de los residentes en este barrio.

«¿Por qué tirarlo? En Aiete necesitamos una guardería pública y otros servicios sociales que perfectamente podrían instalarse en su interior», indica otro vecino de la zona, mientras un tercero declara que «los caseríos son las construcciones más antiguas del País Vasco, más incluso que Santa María y San Vicente», por lo que asegura no entender que «no se impida que se pierdan».