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ÓPERA 'LEONORE' EN EL TEATRO REAL

Pudo ser mejor

EMECE

Lunes, 15 de octubre 2007, 10:36

No es frecuente que en las programaciones de las temporadas líricas de los principales teatros se incluya la primera versión de la ópera Fidelio, Op. 72, del genio de Bonn, estrenada en el vienés Theater an der Wien, el 20 de diciembre de 1805, bajo el título de Leonore, oder Der Triumph der ehelichen Liebe (Leonora, o el triunfo del amor conyugal, con la obertura Leonore II).

El caso es que nuestro Teatro Real, en el décimo aniversario de su reinauguración, ha programado este título, solo en dos funciones y versión concierto. Si buena fue la idea, el acierto se quedó en que la función que aquí se comenta pudo haber sido mucho mejor, si la batuta hubiere estado a la altura de las circunstancias, si el coro se hubiese entregado en la debida forma, si la orquestra hubiese estado más atenta a la partitura y si las voces solistas hubieren alcanzado el deseado nivel. No fue así, aunque tampoco un desastre. Vayamos por partes.

La dirección musical de Ivor Bolton, debutante en el teatro madrileño, no fue un dechado de aciertos que digamos. Tuvo serias imprecisiones en los tiempos, marcando, incluso, antes de lo debido, lo que dio como resultado que alguno de los maestros, más atentos a la voluble batuta que a la métrica establecida en el pentagrama, se equivocara ostentosamente.

Por esta razón, principalmente, la Nacional de España no estuvo a la altura de las circunstancias, sin riqueza tímbrica y dejando que la grandeza beethoveniana pasara bastante desapercibida. Por su parte el coro estuvo, durante los dos primeros actos, en un letargo participativo ostentoso, ni tan siquiera en el famoso coro de prisioneros tuvo su sitio, con dudas en las entradas y poca expresividad. Ya al completo, en el tercer acto, la cosa cambió para bien, dando sería consistencia al poder requerido por Beethoven en la ultima escena.

Las voces de los solistas adolecieron, del mismo modo, de una sólida dirección concertante, pues marcar a las voces caso de espaldas comporta riesgos innecesarios. La soprano sueca Emma Vetter fue una Leonore a la que solo se le vio su buena textura en el último acto, principalmente en el dúo concertante con el tenor. Stephen Gould fue un Florestan de alto nivel, estando siempre convincente, en su tesitura de tenor dramático, cual fue el caso del recitativo y aria Gott!! Welch Dunkel hier!

Estupenda la labor de la soprano valenciana Isabel Monar haciendo una Marzelline muy cuajada desde su inicial aria Owär'ich mit dir vereint. Flojeó el bajo Alfred Reiter en Rocco, con una linea de canto desigual. Limpia y luminosa voz la de Norman Reinhardt como Jaquino. Poderosa, por su parte, la del barítono francés Laurent Naouri, como el malvado Pizarro, y bien empastada la del bajo Robert Pomakov como Don Fernando.

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