Primoz Roglic, seguido por David Gaudu, en la ascensión a Krabelin, poco antes del paso junto al santuario de Arrate. Karlis
Vuelta al País Vasco

22 kilómetros para volcar la Itzulia

La suerte de la presente edición se jugó entre el descenso de Gorla y la primera mitad de la ascensión a Krabelin

Joseba Lezeta

Arrate

Domingo, 11 de abril 2021, 07:32

Labor de equipo, estrategia, inteligencia sobre la bicicleta, visión de carrera, arrojo para bajar y fuerza para subir. Todos estos elementos se entremezclaron en el ... momento supremo de la última etapa, veintidós kilómetros de una intensidad fuera de lo común entre la cima del alto de Elosua, donde comienza el descenso de Gorla, y la ascensión a Krabelin, descubierta para una contrarreloj en 2016 y trasladada con éxito a una prueba en línea.

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Km. 43,7

Aranburu toma la cabeza del pelotón y se lanza hacia abajo

Distintos equipos han movido sus piezas en las subidas a Azurki y Elosua. La posibilidad de que alguien importante llegue desde atrás sobrevuela la carrera. Astana, sin embargo, sorprende. Alex Aranburu toma la cabeza del grupo perseguidor unos metros antes de coronar Elosua, en Itsumendi, con su compañero Ion Izagirre a rueda y se lanza en el descenso a toda velocidad. Toma las curvas a velocidad de vértigo. No va a ser fácil seguirles.

Km. 40,7

McNulty pierde el contacto y Pogacar se queda a su lado

Primeras consecuencias de la maniobra de los dos goierritarras. Antes de llegar a la altura del merendero de Ugarrixa, ya hay cortes en el pelotón. Valverde, pegado desde el primer instante a los Astana, está presente. También Mikel Landa. Y Roglic, a pesar de que no tiene fama de ser habilidos sobre la bici. Sin embargo, el líder McNulty no forma parte de esa avanzadilla. Tampoco Pogacar, que se queda a su lado para arroparle. Ceden ya una decena de segundos. Momento complicado para el UAE.

Km. 52,5

Jumbo, Movistar, Astana y Bahrain paran a los de la fuga

Abierto un pequeño hueco entre Roglic y McNulty, los directores mueven sus piezas en la partida de ajedrez. Mientras Aranburu no cede y mantiene un duelo particular con Pogacar, que tira del maillot amarillo, el equipo Jumbo para a dos hombres de la fuga, Tolhoek y Foss. Lo mismo hacen Astana con Fraile, Bahrain con Padun y Movistar con Mas y Verona. Esperan al grupo de Roglic y Valverde para vaciarse en los quince kilómetros que restan hasta Azitain, al pie de Krabelin. En su operación defensiva, UAE descuelga a Hirschi, presente en el grupo de escapados, para intentar que el grupo del líder enlace con el de sus directos rivales. La diferencia es corta, de unos 15 segundos, entre unos y otros.

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Km. 59

Superioridad numérica y mayor velocidad

La persecución llega al duro repecho de la variante de Soraluze. La ventaja aumenta ligeramente y roza los 20 segundos. Roglic sigue sin dar la cara, bien arropado por sus compañeros y ciclistas de otros tres equipos. UAE no encuentra colaboración. Hirschi no basta para reducir la diferencia de tiempo. La distancia crece hasta los 25 segundos.

Km. 63,3

Turno para los segundos espadas y para Pogacar

Comienzan las rampas de Krabelin, la empinada subida que conduce al santuario de Arrate por donde muchos años equipos y medios de comunicación han descendido para evitar las aglomeraciones posteriores al final de la Euskal Bizikleta o de etapas de la Itzulia. La renta ha crecido a 41 segundos. Fin de trayecto para Fraile y Aranburu, escuderos de Ion Izagirre. También para Foss y Verona. Turno para los segundos espadas, Tolhoek en el Jumbo y Enric Mas para Movistar. Atrás, no puede más Hirschi, lo cual obliga a Tadej Pogacar a retomar la cabeza del grupo perseguidor, menos numeroso que el de cabeza. Otro momento clave de la Itzulia. Corresponde a Tolhoek y Mas resistir la reacción de un Pogacar que llega a su terreno. También va a ser fundamental que McNulty responda.

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Km. 63,8

Pogacar lima ligeramente la desventaja y McNulty resiste

Buena parte de las cartas están ya sobre la mesa, si bien algunos guardan un par de ellas con frialdad a la espera del momento oportuno. La labor del ganador del último Tour surte efecto. La diferencia se reduce a 29 segundos y por momentos da la impresión de que los perseguidores se acercan bajo el impulso del joven esloveno. Sin embargo, las imágenes del helicóptero pueden llevar a engaño, porque todos los ciclistas avanzan despacio en rampas que superan el 20% de pendiente en diversos puntos. Acaban de iniciar un kilómetro con una media del 13,5%. Los organismos comienzan a flaquear. Llevan 60 kilómetros sin tregua.

Km. 64,2

Flaquea Pello Bilbao en el grupo perseguidor

Roglic sigue de mano en la partida, a rueda de Mas y Tolhoek, el siguiente que da por concluida su función. Pello Bilbao no aguanta el ritmo impuesto por Pogacar con McNulty pegado a su rueda trasera y Vingegaard, enviado especial de Jumbo, atento a cualquier movimiento. Cede el de Gernika. Carrera de eliminación. Restan todavía 50 kilómetros para la línea de meta, hora y media de esfuerzo, pero quien más quien menos sabe que los dos próximos van a decantar la Itzulia. Así sucede.

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Km. 65

El maillot amarillo no puede seguir a Pogacar y dice adiós

Mediada la ascensión a Krabelin, Brandon McNulty dice basta. Descolgado. Pogacar y su director deciden seguir adelante. No sirve para nada esperar. El de Phoenix ha dicho adiós a la victoria. Vingegaard continúa a la rueda del líder de la montaña, lo mismo que Adam Yates. Ambos tratan de aprovecharse de su trabajo.

Km. 65,1

Roglic actúa y no deja acercarse a Pogacar

Prácticamente al mismo tiempo del desmoronamiento de McNulty, actúa en primera persona Primoz Roglic. Sobrepasa a Mas y decide imponer su ritmo. Con el maillot amarillo fuera de combate, no quiere que llegue a su altura Pogacar, quien liberado de su líder se acerca a 18 segundos. El jefe de filas del Jumbo, vestido con el maillot verde, apea del grupo por este orden a Ion Izagirre, Alejandro Valverde y Mikel Landa. Únicamente le aguantan el ritmo Gaudu y Carthy, con los que se dirige a la cima del alto de Krabelin. Lleva una marcha más que Pogacar, respecto al que aumenta la ventaja hasta situarla en 30 segundos en la cima. Media Itzulia era suya a pesar de que restaban 42 kilómetros a meta.

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