«Si los gobiernos asumen las medidas acordadas el BCE no tendrá que intervenir»
Apuesta por implementar «cuanto antes» los acuerdos alcanzados en la cumbre de junio
ALEXIS ALGABA
Sábado, 28 de julio 2012, 05:10
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Dejó de ser miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo el pasado 30 de junio, pero su posición le proporciona una visión completa sobre los retos y soluciones a los que se debe enfrentar Europa en los próximos meses para asentar las bases y salir de la crisis. José Manuel González-Páramo acuña el término «euro 2.0» para calificar la «unión total» necesaria en el viejo continente para otorgar confianza a los inversores. España perdió con su salida del BCE el pasado mes su único representante en esta institución, lo que algunos ya ven como un «castigo» al país por su decadente economía. «Esa afirmación yo no la pienso hacer», recalca González-Páramo en una reunión con periodistas tras asistir a la clausura del seminario 'Las Reformas Estructurales de La Economia' en los Cursos de Verano de la UPV en San Sebastián.
- ¿Ve excesivo el optimismo creado a raíz de las declaraciones del presidente del BCE, Mario Draghi, defendiendo a ultranza el euro?
- No existe ninguna novedad en las declaraciones. Insiste en la postura habitual de la institución. Quizá la novedad es que se insistió en el mensaje de que 'el BCE está aquí para garantizar la estabilidad de la moneda única', que al fin y al cabo es la función para la que fue creado.
- Entonces es exagerada la reacción de la bolsa y la prima de riesgo.
- Yo tengo una valoración muy positiva de lo que sucedió el jueves en la medida que reafirma el compromiso de la institución con la realidad del euro, pero parece una reacción tan exagerada como la que hemos visto hacia la otra dirección en pasadas semanas con la prima a posiciones inasumibles.
- ¿Las palabras de Draghi podrían cristalizar en decisiones concretas del BCE?
- Estoy convencido que la institución no tiene límite alguno en su capacidad para prestar ayuda a entidades financieras solventes. Si estima anunciar una nueva operación a tres años lo hará, si estima relajar las normas sobre garantías lo hará, y si ve oportuno iniciar un nuevo programa de adquisición de activos también lo hará. La función del banco es actuar en la economía para facilitar el acceso al crédito de empresas y familias y por eso estará a la altura de lo que se necesite.
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- ¿El BCE tiene la llave para acabar con la actual situación de incertidumbre?
- El BCE influye en el mercado y tiene credibilidad porque se ajusta al mandato que los políticos de Europa le dieron, asegurar la estabilidad de precios y, segundo, contribuir al resto de políticas económicas de la unión, entre ellas, la estabilidad financiera. Eso implica que cuando ha garantizado la estabilidad de precios puede tender puentes para cubrir etapas intermedias en la reconstrucción del euro. Lo que el BCE no puede hacer es tender puentes a ninguna parte. Un ejemplo es el programa de compra de títulos de deuda pública que en este momento sigue vivo y está actuando. ¿Qué nos está enseñando? Que cuando los mercados creen que los políticos europeos están comprometidos con la construcción de una Europa más unida entonces tiene efectividad la intervención y bajan las primas de riesgo. Pero en el momento que el mercado duda de los compromisos de los políticos, lo que supone el pilar de llegada del puente que tiende el BCE, es cuando esté pierde toda su eficacia y las primas suben.
- Entonces, ¿la efectividad de las decisiones del BCE se encuentran supeditadas a que los gobiernos apliquen las medidas esperadas?
- Así es. Todo depende de la prisa que se den los gobiernos europeos para hacer efectivos los compromisos adquiridos en la cumbre de junio. Durante el otoño la Cumbre Europea se debe poner de acuerdo en la hoja de ruta para construir lo que podríamos denominar 'euro 2.0', que es la suma de una unión monetaria, bancaria, fiscal y política. Ese va a ser el gran debate de este otoño y si los mercados llegan al convencimiento de que ese proceso es irreversible y que el 'euro 2.0' llega para quedarse, posiblemente tampoco haría falta la intervención del BCE.
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- ¿Entre esas decisiones para calmar los mercados debería incluirse la salida de Grecia del euro?
- Rotundamente no. La salida de un país del euro carece de sentido tanto político como económico. Nadie gana y todos pierden. No se puede desmontar el euro como si fuera un puzzle. Es tan difícil deshacer el euro como deshacer una tortilla una vez batidos los huevos. Porque en el momento que un país salga del euro, lo que le estamos explicando al mercado es que el euro se puede disolver. Si sale un país, posiblemente sea el pistoletazo de salida para que salgan más. El euro no fue creado como resultado del análisis de un conjunto de profesores de laboratorio universitario. El euro es la visión política de una Europa proyectada al futuro. En un futuro deberían sumarse más países.
- ¿Qué escenario se plantea en España para los próximos meses?
- No me gusta aventurarme, pero si España cumple los objetivos con la Comisión Europea en términos de déficit y reformas, si el programa bancario de la UE sigue adelante y se aprueban las cantidades oportunas una vez que se comprueben los problemas de capital banco a banco...si todo eso avanza no debería haber una dificultad especial. Si el país cumple con sus compromisos debería producirse un tránsito suave y estable hacia el otoño.
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