Cientos de personas piden paralizar «todas las grandes infraestructuras»
El diputado general participó en la manifestación de Donostia. Los organizadores animaron a «mantener la lucha para paralizar estos proyectos destructores» y reclamaron un nuevo modelo social
IÑIGO ARTOLA
Domingo, 5 de febrero 2012, 11:16
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Cientos de personas, entre ellas el diputado general Martin Garitano, se manifestaron ayer en Donostia para pedir la paralización de «las grandes obras de infraestructuras» que están en marcha en Gipuzkoa. Los manifestantes mostraron su rechazo a proyectos como el Tren de Alta Velocidad, el puerto exterior de Pasaia, la incineradora, la cárcel de Zubieta, el Metro de Donostialdea, la ampliación del aeropuerto de Hondarribia y la plataforma logística de Gaintzurizketa. Reclamaron un «nuevo modelo social que se base en el respeto a la naturaleza y en el bienestar social».
La manifestación fue convocada por diferentes colectivos que persiguen la paralización de estos proyectos, entre ellos el grupo contra tren de alta velocidad AHT Gelditu! Elkarlana, la coordinadora de plataformas contra la incineración, el Grupo Contra el Superpuerto de Pasaia o el sindicato EHNE. La protesta salió pasadas las 17.30 horas del kiosko del Boulevard encabezada por tres pancartas en las que se pedía una «Gipuzkoa diferente», un cambio en el modelo social y una tercera pancarta crítica con el TAV.
Entre los manifestantes se encontraba el diputado general, Martin Garitano, acompañado por varios dirigentes de la izquierda abertzale, entre ellos Rufi Etxeberria, Joseba Permach y Joseba Alvarez. También participaron Mikel Izagirre, representante de Ezker Anitza-IU, y Rebeka Ubera, portavoz de Aralar en las Juntas Generales.
Al finalizar la manifestación, se leyó un comunicado en el que se reivindicó la paralización de estas infraestructuras y se mostró el rechazo al actual modelo de desarrollo, mientras se exigía un nuevo modelo social «que no metropolice nuestro territorio, destrozando los recursos naturales, el medio ambiente y despoblando zonas rurales».
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A su vez, los convocantes recordaron que «Gipuzkoa es un territorio pequeño, pero en los últimos años debido al crecimiento y a la ola de la globalización económica se han llevado adelante muchos proyectos en nombre del progreso, muchos de ellos irreversibles». Los manifestantes denunciaron el «hasta ahora modelo antisocial dominante por despilfarrar los recursos imprescindibles para responder a necesidades sociales básicas como la educación o la sanidad».
«Cultura del hormigón»
Los convocantes criticaron que algunos representantes políticos «quieran neutralizar y bloquear en las instituciones las demandas sociales, manteniendo la presión a favor de proyectos destructores. Estos agentes políticos son defensores de los grandes intereses económicos privados que están detrás de todas las grandes infraestructuras».
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Además, consideraron que «todas las respuestas no están en las instituciones. Para conseguir éxito es imprescindible agitar la conciencia de la población», por lo que abogaron por «seguir trabajando y manteniendo la lucha para paralizar todas las grandes infraestructuras».
Por su parte, Ernesto Merino (Aralar) criticó el modelo de desarrollo impulsado en Gipuzkoa por el anterior Gobierno foral (PNV-Hamaikabat) basado, a su juicio, en «proyectos desmedidos que han supuesto un endeudamiento insostenible para las administración pública». «Pensamos que es hora de acabar con la cultura del hormigón», agregó Merino, quien precisó que Aralar «no está en contra de las infraestructuras», sino de aquellas que «no son sostenibles y no suponen beneficios» para los ciudadanos.
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La manifestación concluyó con una parodia en el kiosko del Boulevard, donde se denunciaron con humor «la política de hormigón» del Gobierno Vasco.
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