La reurbanización de Pasaia generará 4.000 viviendas y 8.000 empleos

Viviendas, empleos y disfrute ciudadano de la lámina de agua de la bahía. Este podría ser el resumen del anteproyecto (masteplan) de la regeneración de la bahía de Pasaia. Los redactores del documento, el estudio de arquitectura holandés KCAP, explicaron el domingo en Donostia las líneas maestras de la reconversión de la bahía. Los arquitectos expusieron el anteproyecto en el contexto del World Urban Developement Congress (Inta34), que reúne en el Kursaal durante esta semana a 200 urbanistas para analizar el futuro de las ciudades.

KCAP resultó en febrero ganador del concurso organizado por Gipuzkoa Aurrera para diseñar el futuro de Pasaialdea. Ocho meses más tarde, emergen algunas propuestas que permiten atisbar hacia dónde apunta la regeneración. El documento debe estar finalizado para comienzos del próximo año.

El mastesplan se proyecta sobre 70 hectáreas de suelo industrial situadas a lo largo del frente marítimo de la bahía. El anteproyecto prevé reservar el 65% de la superficie a parcelas públicas: 250.000 metros cuadrados se destinarán a parques y zonas verdes. Otros 800.000 se acotarán como parcelas aptas para construir. De estas últimas, 96.000 metros cuadrados se asignarán a funciones públicas: sanidad, ocio, educación y servicios culturales. La regeneración proporcionará, según sus redactores, 4.000 nuevas viviendas, el 60% de promoción libre y el 40% restante de VPO o tasadas. Añaden que se crearán 8.000 empleos.

La venta de estos pisos, patrimonio que se generará sobre terrenos del Estado, permitirá financiar en parte la construcción del puerto exterior. El traslado de la actividad portuaria al exterior liberará los terrenos donde se desarrollará la reconversión de la bahía.

Preservar la identidad

El plan director propone una reconversión urbanística que preserve la identidad de cada localidad o barrio que circunda la bahía. A ella se asoman los cuatro distritos de Pasaia (Trintxerpe, San Juan, San Pedro y Antxo), Errenteria, Lezo y los barrios donostiarras de Altza, Bidebieta, Buenavista y Herrera. El equipo de KCAP señala que no pretende crear una ciudad «basada en un solo carácter, sino en la celebración de la variedad de las diferentes identidades locales, así como la conservación del patrimonio cultural portuario y la apariencia típica de la bahía».

La propuesta define un «archipiélago» de varias intervenciones en el frente marino, estableciendo las condiciones necesarias para la implicación local de los diferentes municipios y barrios, proporcionando espacio para el crecimiento. Este se realizaría «alrededor de los nodos de transporte público».

Las distintas zonas se unifican mediante una red de espacios públicos alrededor de los muelles, a lo largo de boulevares verdes. Uno de los objetivos prioritarios radica en abrir la lámina de agua al disfrute ciudadano. Los muelles y tinglados portuarios, junto al tendido del ferrocarril y la N-I, cercan la bahía e impiden que los ciudadanos lleguen hasta ella en gran parte de su contorno.

La permeabilidad de la bahía al entorno urbano permitirá reservar espacio «para ampliar pistas de regatas, tanto para el ejercicio de deporte individual como para competiciones». El plan director subraya que la bahía será foco de atracción para nuevas actividades gracias a la ubicación de 1.000 amarres deportivos.

KCAP contempla que un moderno sistema de embarcaciones motoras «proporcione nuevas conexiones a través del agua y alrededor de la bahía».

Térmica de Pasaia

El documento también plantea nuevos equipamientos, como un Foro Cultural y un Centro para la Innovación que se convertirán en «atracciones regionales, al mismo tiempo que nuevas actividades generarán empleo en un amplio grupo de sectores».

El anteproyecto apuesta por una estrategia sostenible. En este sentido, recuerda que la central térmica de San Juan dejará de ser operativa en 2022. KCAP indica que puede reconvetirse en incubadora de empresas y centro de aprendizaje para el desarrollo sostenible.

En esta misma línea, el documento sugiere que se utilice la energía renovable proporcionada por la temperatura del agua del mar para producir calefacción y refrigeración eficiente (sistema SWAC). En las edificaciones se colocarán paneles solares. «De esta manera -indican los arquitectos holandeses- la regeneración de la bahía se convertirá, en sí misma, en catalizador para la economía de la innovación y el conocimiento en el campo del desarrollo urbano sostenible».