Técnicos e investigadores inspeccionan la parte trasera del edificio donde se produjo el fatal suceso. O. O. G

Investigan el origen del fallo de la caldera de Zaldibia, que fue revisada en noviembre

Casi una veintena de ertzainas, bomberos, técnicos y peritos se personaron ayer en el piso donde el miércoles fallecieron una joven de 25 años y su bebé

Oskar Ortiz de Guinea

San Sebastián

Viernes, 1 de abril 2022, 09:05

«Nos va a costar mucho olvidar esta tragedia». A la salida de la frutería situada frente al portal de la calle Santa Fe, donde ... la víspera una joven de 25 años y su bebé de 17 meses fallecieron como consecuencia de la inhalación de monóxido de carbono mientras dormían, una vecina de esa misma calle resumía ayer a media mañana el sentir de la población de Zaldibia, que volvió a verse invadida por la numerosa presencia de ertzainas, bomberos, peritos y técnicos de gas. Todos ellos, en busca de respuestas al mal funcionamiento de la caldera que generó la sustancia letal que acabó con las vidas de Soledad y Dylan. Se da la circunstancia de que la instalación había superado con normalidad la última revisión periódica hace menos de cinco meses.

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En concreto, fue el pasado 4 de noviembre cuando la caldera recibió el visto bueno de la empresa distribuidora de gas –cuyos técnicos volvieron a inspeccionar ayer el lugar–, según confirmaron ayer a este periódico desde el departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco, que también estuvo presente ayer en la vivienda a través de técnicos de la delegación territorial de Industria.

El mismo miércoles, un vecino ya apuntó este extremo al asegurar que «la caldera fue revisada hace no mucho». La empresa no quiso corroborar este dato entonces y se limitó a comunicar su «completa colaboración con la investigación» que está dirigiendo la Ertzaintza. El presidente de la comunidad sí que había «oído» que la revisión había sido relativamente reciente pero, lógicamente, «no podía» ratificarlo.

El caso es que en la mañana de ayer, 30 horas después de que el marido y padre de las víctimas alertara al centro de Emergencias-SOS Deiak, la caldera «no ha funcionado», según pudo constatar una de las alrededor de 20 personas que llegaron a estar en la vivienda donde la familia residía de alquiler. Esta circunstancia impidió que los bomberos pudieran detectar la posible presencia de monóxido de carbono, que un día antes solo fue detectado en el domicilio damnificado. Por supuesto, tampoco se registró fuga alguna de gas, tal como sucedió durante las verificaciones realizadas la víspera. Una de estas personas sostuvo que «habría que arreglar la caldera» para poder analizar así su funcionamiento. La alcaldesa de Zaldibia, Eztitxu Mujika (EH Bildu) también se dio una vuelta ayer por el lugar, en el que el miércoles estuvo toda la mañana hasta el levantamiento de los cuerpos de los fallecidos. Entonces ya apuntó que le habían trasladado unos «problemas en la caldera».

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La vivienda se encuentra en la planta baja del número 58 de la calle Santa Fe, en pleno centro de la localidad. Consta de dos habitaciones, un baño y una cocina americana donde se encuentra la caldera. Sus tres ventanas dan a la parte trasera del edificio, con vistas a la presa del arroyo Amundarain. Es en esta fachada donde está anclado el entramado de las tuberías de gas, al que ayer se asomaron peritos, técnicos de gas y también algún bombero. Justo al otro lado de este afluente del Oria, a escasos metros de este piso, se encuentra la Zaldibiako Partzuergoko Haurreskola a la que Dylan acudía a diario.

Revisión bienal

Una vecina del portal explicó que el domicilio donde tuvo lugar la desdicha estuvo vigilado por una patrulla de la Ertzaintza durante toda la noche, y también lo hizo durante el día de ayer. La presencia de tantas personas generó cierta expectación en esta población de alrededor de 1.630 habitantes. Llegó a correr el rumor de que se había registrado alguna nueva anomalía relacionada con el gas, pero fue una falsa alarma derivada del amplio desplazamiento de unidades de bomberos: tres camiones y dos vehículos todoterrenos. Pero todo se debió a que el dispositivo del parque de Goierri había acudido al completo para verificar la instalación de gas y, a su vez, estar listo para acudir con inmediatez en caso de ser requerido por alguna urgencia.

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Desde la empresa de gas y desde la delegación de Industria recordaron la obligatoriedad de realizar la inspección periódica de las instalaciones de gas cada cinco años, así como de una revisión bienal, aunque también se tramitan contratos en los que se requiere un examen anual por parte de la firma suministradora.

La ikurriña que ondea a media asta en la plaza del ayuntamiento recordaba ayer los tres días de luto decretados en esta localidad de Goierri. Aunque al margen de esto, la población tenía muy presente la desgracia que se cebó con la familia de origen argentino que hacía cinco años se había asentado en Zaldibia. En las terrazas de los bares Illati y Arrese, en la frutería Mae o en los aledaños del número 58 de la calle Santa Fe, el infortunio que se llevó a Soledad y Dylan y marcó para siempre a Lucho, fue objeto de constantes comentarios. «Da igual que los conociéramos o no. La familia y los amigos se quedan destrozados, pero como seres humanos no es difícil ponernos en su lugar. Solo de pensarlo, me pongo mala», decía una vecina de «unos portales más abajo» de donde se investiga qué pudo fallar en la caldera revisada en noviembre.

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