«Escribir fue mi salvación tras cerrar el bar»
Tolosa. La antigua capital de Gipuzkoa es una villa que destaca por su pujanza cultural, deportiva, social y festiva, y cuyas historias Javier Zurutuza rescata cada semana en sus crónicas
Domingo, 27 de julio 2025, 00:09
Javier Zurutuza llega veloz, aparcando su inconfundible bicicleta, a la cita con este periódico. Lo hace enfundado en un chandal del Tolosa CF. Quiere ser retratado con él, para testimoniar su sentimiento hacia un club deportivo que dice ser «parte de su vida», y del que su aita le hizo socio el mismo día en que nació. «Con un entusiasmo que contagia, empieza a desgranar las vivencias nostálgicas de una villa por la que siente devoción, y cuyas historias costumbristas refleja cada semana en la edición local de este periódico. «Es que de mi pueblo me gusta todo», confiesa.
La vida de Javier, jubilado de 77 años, está indisolublemente ligada al Shanti, un bar familiar que era mucho más que un bar, y que llevaba el nombre de su padre. «Él nos enseñó todo de la vida a mi hermano y a mí», asegura emocionado. «No sabía decir nunca 'no' a nada ni nadie; por eso el Shanti se involucró tanto colaborando en muchísimas actividades festivas, sociales y culturales de Tolosa. El era consciente de lo duro que es el negocio de la hostelería, y nos dio un consejo: 'el bar para vivir, pero nunca se os ocurra vivir para el bar'».
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El Shanti fue pionero en muchas cosas. Tuvo el primer equipo sinfónico de música, la primera televisión, y promovió el primer equipo femenino de fútbol del pueblo, del que Javier fue su entrenador. «Estoy muy orgulloso de esa etapa de mi vida, llegamos a ser campeonas», recuerda. La ciudadanía tolosarra ayudó a levantar el negocio cuando una bomba destrozó el local en 1979. «El pueblo nos apoyó, fue emocionante».
Zurutuza trabajó en el Shanti desde su juventud a 2004. «Nací allí, nuestro piso estaba arriba, eran otros tiempos, no salíamos del edificio». Había pasado prácticamente toda su vida detrás de la barra y por eso, cuando lo dejó, se desmoronó. «Vivía inmerso en una tristeza permanente, no le encontraba sentido a nada», cuenta.
Javier confiesa que pudo salir adelante cuando, en 2005, recibió el encargo de este periódico para que escribiera crónicas futbolísticas 'diferentes', que se salieran del esquema tópico de una crónica deportiva. «Empecé escribiendo de fútbol y del Tolosa CF pero pronto pasé a relatar historias de la vida social del pueblo. Fue mi tabla de salvación. Es un trabajo que me hace feliz, me permite sentirme vivo». Javier dice que le gusta descubrir historias de gente humilde, relatos costumbristas, anécdotas, desgranar opiniones hechas 'desde el corazón'… «Muchas veces me meto en jardines, siempre se me escapa algún gazapo, pero me encanta que la gente me pare en la calle y me corrija».
Junto al Shanti, el Tolosa CF y sus crónicas, y por «supuesto mi familia», dice, hay otro elemento vital en la vida de Zurutuza: la música. «Me hubiera encantado ser rockero», confiesa. Tocó la batería en numerosos grupos locales que proliferaron en los años 60 y 70, y acabó siendo un músico de la BBC, 'bodas, bautizos y comuniones'. «Qué feliz fui entonces».
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Así es mi pueblo
- – ¿Cómo describirías Tolosa?
– Tremendamente activo social y culturalmente. Muy por encima de un pueblo de su tamaño. Amante de sus fiestas, solidario, con ganas de hacer feliz a su gente.
- – ¿Qué es lo mejor de vivir aquí?
– La cercanía. Es una ciudad pequeña pero tiene todos los servicios. No hace falta coger el coche para nada. Además, el mar está a quince minutos y el monte, a sólo cinco.
- – ¿Y lo peor?
– El hacerte mayor y no poder disfrutar de todo lo que te ofrece.
- – ¿Su txoko favorito?
– Un banco al sol del mediodía hablando con la gente. oyendo la radio, leyendo...
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Y el próximo domingo... Urnieta
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