«El poste eléctrico ya no es excusa para arreglar el camino del baserri»
Tras más de dos meses de las lluvias de junio, el barrio Larrunbe de Ikaztegieta celebra que «por fin» hayan arreglado la infraestructura eléctrica
Un quebradero de cabeza menos. Es lo que se ha quitado Imanol Maiz después de ver que el poste eléctrico que colgaba al lado de su caserío desde las lluvias del 13 de junio que azotaron con violencia las comarcas de Goierri y Tolosaldea no forma ya parte de su paisaje. Este vecino del barrio Larrunbe de Ikaztegieta denunciaba hace semana y media en este periódico la situación que vivía desde hace más de dos meses, y casualidad o no, todo se ha arreglado en un abrir y cerrar de ojos.
El problema consistía en que la tormenta de aquella noche de junio, que dejó 109 litros por metro cuadrado en dos horas en Alegia, arrancó casi de cuajo el poste eléctrico de hormigón que daba la electricidad al barrio, donde hay varios caseríos y dos empresas. Es importante el matiz de 'casi', porque el poste no cayó por completo y se sostenía sobre sus propios cables. Además, como la electricidad llegaba a los hogares y negocios del barrio, la compañía eléctrica, Iberdrola, no lo consideraba una avería.
Las lluvias ampliaron la anchura del arroyo próximo al baserri –el cauce original era el que pasaba por debajo del pequeño 'túnel' que se ve a la derecha de la imagen que acompaña esta información– y el poste eléctrico pasó de estar al lado del arroyo a encontrarse en él, por lo que Maiz buscó un nuevo emplazamiento para la infraestructura y a finales de julio firmó con Iberdrola el contrato para reubicarlo en terrenos de este vecino de Ikaztegieta. A partir de ahí, no hubo más noticias. «Les pregunté cuándo iban a venir a instalarlo y en esas fechas de julio me dijeron que en menos de un mes», explicaba Maiz. «Les llamé de nuevo en la primera quincena de agosto y la respuesta que recibí fue que el poste no estaba en stock».
Casualidad o no, la semana pasada se precipitaron los acontecimientos. «El lunes –25 de agosto– salió el reportaje en DV y al día siguiente la alcaldesa de Ikaztegieta, Alba Garmendia, me envió un mensaje diciéndome que habían llamado los de Iberdrola para informar que iban a ir el jueves a empezar a instalar el nuevo poste», relata con sorpresa y un humor que esconde cierta indignación por la manera de proceder. «¡Vaya casualidad!».
Sobre cómo fueron los últimos días, Maiz transmite que debieron de ser frenéticos para los operarios. «El miércoles, un día antes, ya estaban haciendo el nuevo agujero. El sábado también estuvieron trabajando y el lunes estaba todo el cableado y la estructura montadas e instaladas en el nuevo emplazamiento», a unos metros del arroyo. Y no solo eso. «El poste de hormigón que colgaba desde hace más de dos meses también lo quitaron. El tema con Iberdrola ya está olvidado», celebra Imanol Maiz. «¡Han sido muy eficientes, lo han hecho en un 'di-da'. Si se trata de una casualidad, ha sido muy grande».
«El lunes salió la noticia y el martes Iberdrola llamó para informarnos de que iban a pasarse el jueves... ¡Vaya casualidad!»
Imanol Maiz
Vecino del barrio Larrunbe de Ikaztegieta
Los trabajos para arreglar el entorno y dejarlo como estaba antes de la tormenta de junio no terminan ahí. El agua también se llevó por delante el camino y el puente de acceso al baserri del barrio Larrunbe de Ikaztegieta. Al menos, «el poste de Iberdrola ya no es excusa para acometer esa obra», y la reciente aprobación de los 1,2 millones de euros de la Diputación de Gipuzkoa destinados a los ayuntamientos castigados por las lluvias empiezan a despejar el horizonte. «Ahora queda hacer el camino de acceso. El antiguo puente sigue ahí, lleno de restos y de basura, y no sé si para ello se necesita un proyecto nuevo o qué hay que hacer, pero como las lluvias hicieron más grande el arroyo, la Agencia Vasca del Agua también tiene algo que decir en esto como es lógico. Por lo tanto, veremos cómo lo gestionamos porque no se puede llegar al baserri en coche».
Atravesando el arroyo a pie
Con las ayudas aprobadas, Maiz entiende que «la pelota está ahora en el tejado de los ayuntamientos, y habrá que ver de lo que recibe cada consistorio cuánto podría dedicarse para arreglar el camino de acceso a nuestro barrio y caserío». Durante este tiempo está accediendo al baserri dejando el coche unos metros más arriba y atravesando a pie el arroyo, posibilidad que es real ahora cuando apenas hay agua, «pero cuando empiece a llover va a ser casi imposible pasar y menos para mi padre, que tiene 83 años y va todos los días excepto los domingos al baserri a hacer trabajos de mantenimiento».
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