Tecnología

Alexa, ¿por qué no me planchas la ropa?

La IA y los dispositivos conectados han conquistado ya (casi) todos los rincones del hogar. Eso sí, la ilusión de que se ocupen de las tareas domésticas aún es una utopía...

Iñigo Galparsoro

San Sebastián

Sábado, 29 de noviembre 2025, 09:09

Hace casi dos décadas, las mentes más brillantes de Pixar dibujaban un futuro con el que muchos aún sueñan despiertos: ¿y si la tecnología lo hiciera todo por mí? Para ilustrarlo, tiraron de ingenio con una secuencia frenética en la popular película de animación 'WALL-E': en ella las máquinas están al servicio de los humanos y les dan de comer, les transportan e incluso les amenizan el tiempo libre mientras descansan plácidamente en sus tumbonas flotantes... ¿Y si proyectamos esta situación a nuestro hogar? ¿Hasta qué punto puede liberarnos la tecnología de las tareas domésticas en plena revolución de la IA? Veamos la (cruda) realidad.

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    Cocinar

Que tiemblen los Arzak, Arguiñano y compañía. Y es que robots de cocina, ollas programables o freidoras de aire como los de Thermomix, Mycook o Xiaomi se han hecho con un hueco importante en muchos hogares. Y todo gracias a la multifunción que ofrecen las apps dedicadas. Las máquinas pican, trituran, cocinan al vapor o amasan como auténticas chefs (con excepciones), al tiempo que son capaces de seguir recetas guiadas, adaptar la temperatura y hasta notificar cuándo está el plato en su punto. Eso sí, aunque algunos modelos se pueden controlar parcialmente con asistentes de voz y sus 'skills' (Alexa, Xiao AI, etc.), por desgracia aún no hay un botón que sirva un marmitako directamente en la mesa...

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    Lavar los platos

Con el estropajo (casi) convertido en recuerdo vintage, el lavavajillas ha asumido ya la ardua tarea de dejar los platos como los chorros del oro. Es más, la conectividad de algunos modelos de Bosch, Samsung o Siemens permite manejarlos a través de la voz (vía recetas IFTTT), adaptar el programa óptimo en función de la suciedad, automatizar los horarios a la tarifa más económica e incluso cambiar el ciclo de carga en remoto vía app. Eso sí, una vez finalice el programa no nos libraremos de levantarnos de nuestro sofá para recoger la vajilla.

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    Limpiar el polvo

En algunos hogares, los robots aspiradores son ya un miembro más de la familia. Y, además, los únicos que no sueltan un gesto de desaprobación cuando se les pide esmerarse con ahínco. Totalmente integrados en el hogar inteligente, modelos como los de Roborock o Dyson limpian el polvo gracias a su IA, sus sensores Lidar y el mapeo 3D. Su control remoto es muy intuitivo, ya que permiten revisar por qué dependencias han pasado, los horarios, etc. Pese a ello, siguen teniendo limitaciones: necesitan recargar pilas cada dos horas y, sobre todo, sufren imprevistos varios con escalones, juguetes o calcetines sucios.

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    Guardar y comprar alimentos

Una suerte de Amazon Go... a pequeña escala. ¿Acabas de sacar los tomates del frigorífico? Las cámaras internas lo detectan al instante. ¿Necesitas controlar las fechas de caducidad? La IA se encarga de ello. Y no, ya no tendrás que lamentar la falta de queso o mantequilla: si los algoritmos de aprendizaje lo advierten, ofrecerán comprarlos directamente desde el panel exterior. Un dispendio tecnológico... sólo al alcance de los bolsillos más pudientes.

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    Hacer la colada... y planchar

Tanto las lavadoras 'smart' como las secadoras más modernas permiten cambiar de ciclo en remoto, dispensar detergente o recomendar programas en función de la ropa. Eso sí, hay malas noticias: no hay quien pueda con la plancha. Los sistemas más avanzados cuentan con app propia, pero sus ventajas apenas van más allá de simples tutoriales, recordatorios y un programa que permite despreocuparse del tejido... pero que obliga a dar varias pasadas para acabar con las arrugas. Otros prototipos prometen un planchado automatizado para alisar arrugas en hasta 12 prendas, pero... La tortura continúa, a no ser que optes por una ducha con agua muy caliente y vapor...

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    Regar las plantas

Olvídate de llenar una botella con agua para dar vida a esas orquídeas del salón: para eso han nacido las macetas inteligentes. Y es que cuentan con un sistema automático de sensores en función de la humedad de la tierra: cuando está seca, activan la bomba de riego, sin intervención humana. Lo más llamativo es que vía app permiten comprobar la temperatura del sustrato, la humedad e incluso la intensidad de la luz, que puede incluso modificarse. Esta vez sí, Alexa puede compensar nuestras ausencias de memoria...

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Pero hasta ahí. Y es que el asistente de Amazon solo hace de traductor y no habla el mismo idioma que sus 'amigos' digitales (Samsung SmartThings, Google Home, etc). ¿Y entonces? Nuestro futuro soñado pasa por Matter, un estándar universal de conectividad a través del que los electrodomésticos 'smart' pueden comunicarse entre sí. Y a partir de ese momento, sí, quizá podamos tumbarnos plácidamente en nuestro sofá y empezar a soñar a futuro con encontrarnos la colada terminada... y una cena en la mesa cortesía de Alexa.

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