Tengo 63 años y en mi época era impensable que una mujer saliera vestida de soldado tocando el tambor. Solo había opción de ser cantinera ... o abanderada. Incluso de barril solo se podía salir con falda, nada de pantalón y gorro cocinero. Por eso me alegra ver ahora que cada vez hay más tamborradas que integran a mujeres en cualquiera de sus puestos, que se van dando pasos adelante aunque aún falta mucho por hacer. No nos podemos conformar. Y fiestas como el día de San Sebastián son un buen escaparate, una ocasión perfecta, donde participa toda la sociedad, para reivindicar la verdadera igualdad, esos espacios para las mujeres que todavía están vetados en algunos ámbitos.
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La labor y las políticas de las instituciones son fundamentales para ir dando pasos en un camino que no tiene vuelta atrás, que cada año debe ir ganando terreno, pero al que aún le faltan muchos kilómetros por delante para alcanzar un objetivo irrenunciable. Este 20 de enero es el que cuenta con más tamborradas mixtas desfilando por las calles, pero no significa aún que sean igualitarias, sigue habiendo reticencias a determinados cambios, y costumbres que todavía hay que salvar.
Quiero ser positiva. Me alegro de que cada año se den más pasos. De ver a las mujeres en todos los espacios y casi todos los puestos. Pero una vez rotas las filas de las compañías, también falta un paso fundamental, uno de los más importantes tanto para esta fiesta como para otras, que las mujeres puedan, podamos, disfrutar de la Tamborrada durante las 24 horas con plena libertad, sin miedo. No tener que ser mujeres valientes para salir de fiesta, para volver a casa.
Y con ese anhelo, espero que disfrutéis de este día, sea desde dentro tocando en una tamborrada como hice yo un año con mi hija o desde fuera, como ahora, con la cena, la Izada, las tamborradas...
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