Ayuda. Hugo camina por las calles de Llocnou de la Corona afectadas por la DANA ofreciendo pan. Maite Jiménez
El Diario Vasco en el centro de la tragedia

El héroe de 9 años en el pueblo más pequeño de la DANA: «¿En qué te ayudo?»

Hugo recorre sin cesar las pocas calles de Llocnou de la Corona ayudando a los vecinos en todo lo que necesiten

Beñat Arnaiz y Maite Jiménez

San Sebastián | Enviados especiales a Valencia

Miércoles, 6 de noviembre 2024

Llocnou de la Corona es, por extensión, el pueblo más pequeño de España. Tiene 12.800 metros cuadrados, poco más que un campo de fútbol. Su estado hasta el martes rozaba el de abandono debido a la DANA en Valencia, hasta que llegó el Ejército. «Era la primera vez que venían y estuvieron toda la tarde y la noche limpiando», nos cuenta una vecina desde la puerta de su casa. Interesados por cómo habían vivido los días anteriores hasta la llegada de los soldados, iniciamos una entrevista que pronto se ve interrumpida por la llegada de un niño. «¿Queréis pan? ¿Necesitáis algo?», pregunta en voz alta y entusiasta.

Publicidad

«¿Tienes bolsas de basura?», le responde la mujer. «¡No, pero ahora vengo!», y se marcha corriendo. Sorprendidos por su iniciativa y voluntad, proseguimos la conversación esperando con el rabillo del ojo al regreso del chico, que no tarda ni dos minutos en volver. Entrega las bolsas de basura y le preguntamos qué está haciendo y si nos puede llevar a donde su madre. «Sí, pero rápido que me tengo que ir a trabajar al ayuntamiento». Nos despedimos de la señora y a paso rápido seguimos a este niño cuya alegría y predisposición brillan en la catástrofe.

Él es Hugo, un niño de nueve años y el pequeño héroe de la localidad más pequeña de España. Su madre, Esperanza, explica que «es muy consciente de todo y los primeros días ha costado, porque todo esto ha alterado su vida. Pero es súper colaborador, ayuda a todo el mundo y ha creado su propia rutina. Me dice que se tiene que levantar a las siete de la mañana para ir a trabajar, y ahí va». Hugo hace un repaso de las tareas que lleva a cabo. «Voy tocando las puertas de los vecinos, me dicen lo que necesitan y voy al ayuntamiento o a otro punto y les intento dar lo que piden».

«Voy tocando las puertas de los vecinos, les pregunto lo que necesitan e intento encontrar y dárselo»

Hugo Mota Aliaga

Niño de 9 años

Su hermana Chloe, de 5 años, lo está pasando peor. «Ha habido momentos en los que estaban limpiando con mangueras y nos ha entrado el agua por debajo de la puerta, y se ha puesto a chillar '¡que viene, que viene, que viene!'», transmite Esperanza en la entrada de su vivienda junto a sus dos hijos, su marido, Ricardo, y sus padres, que vivían en el bajo que quedó anegado. «La riada del otro día le ha creado un trauma a la pequeña».

Esperanza y Hugo en el bajo de su vivienda

Evidentemente, Hugo y Chloe deberían estar en el colegio un día como el de ayer y a las once de la mañana, pero el mundo en localidades como ésta se ha paralizado. «Por lo que me comentaron unos vecinos, otros colegios ya han abierto, pero nosotros hemos perdido los dos coches y las dos motos y si no es andando no te puedes mover. Ahora mismo lo primordial es que estemos a limpiar y a estar sanos, y cuando se pueda ya volverán al colegio. Estos días están aprendiendo otras cosas. A colaborar, a ayudar... Están aprendiendo la humanidad, que es lo que estamos sacando de todo esto».

Publicidad

«Estos días no está pudiendo ir al colegio, pero está aprendiendo qué es la humanidad y cómo colaborar»

Esperanza Aliaga

Madre de Hugo

Chloe se marcha al otro lado de la calle a jugar con dos niños mientras que Hugo se queda escuchando lo que dice su madre. «Cuando llegó el aviso, el agua ya estaba aquí. Nos costó mucho subir a las personas mayores porque no querían, sobre todo los que son de toda la vida de aquí. Cuando el nivel del agua bajó, todo se quedó estancado y al día siguiente empezamos a limpiar, aunque lo primordial era comer porque lo habíamos perdido todo. Nos fuimos a un supermercado de aquí al lado que quedó destrozado y cogimos comida, no nos avergonzamos para nada de ello porque necesitábamos comer». Es una acción totalmente entendible teniendo en cuenta que «los tres primeros días estábamos solo los vecinos. Aquí no llegó nadie más porque los túneles que nos comunican con el resto de pueblos estaban todos inundados». Hugo añade con cierto enfado que «la ayuda llegó muy tarde», aunque reconoce que en plena crisis de la DANA esto le está sirviendo también «para hacer amigos».

«Veías muertos por el suelo»

De ese primer día yendo al supermercado recuerda que «pisabas sobre barro y veías muertos por el suelo, era brutal. Es una escena que parece que no nos va a tocar vivir nunca». Mientras ella cogía productos de primera necesidad, «también hubo gente a la que veías con un televisor a la espalda».

Publicidad

Tampoco olvidará las miradas que recibió cuando los accesos quedaron libres y fue a Valencia para comprarle ropa a su padre, que necesita tallajes más grandes que los habituales. «Nos fuimos al centro con lo puesto y la gente nos miraba raro, y eso que por arriba íbamos limpios, pero las botas estaban hasta arriba de barro. Tuvimos que atravesar todo (unos siete kilómetros ida y otros siete vuelta) cuando volvíamos pensaba jolín, allí ellos siguen con lo suyo tomándose una cervecita en el bar y aquí se nos ha parado la vida. Te dan un 'brick' de leche y parece que te están dando la gloria».

Después de más de un cuarto de hora de conversación, Esperanza nos invita a ver cómo ha quedado su casa. En el bajo en el que vivían sus padres –ahora han tenido que juntarse todos en el piso superior– hay un patio interior con varias jaulas de pájaro y unas tortugas que han sobrevivido a la riada, y varios enseres personales que han podido salvar. «Eso ha sido muy complicado, las personas mayores es como su tuvieran síndrome de Diógenes y te dicen que eso no lo tires, lo otro tampoco...»

Publicidad

Lo que Esperanza, Francisco, sus abuelos y también sus vecinos sí van a recordar para siempre es la actitud que tuvo Hugo, el pequeño héroe de Llocnou de la Corona, en los días más difíciles de sus vidas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad