Brutal agresión a una joven en Vitoria: «Te vamos a destrozar esa cara de guapa que tienes»

Sin apenas haber pegado ojo, con la cara hinchada, magullada por los golpes, B. L.V. A cuenta cómo pasadas las tres y media de la madrugada, mientras regresaba a casa «tras pasar una noche de fiesta», notó cómo alguien comenzaba a seguirla mientras caminaba por El Batán, una zona especialmente tranquila de la capital alavesa y muy vigilada, con múltiples cámaras de seguridad. En el entorno, a pocos metros del lugar de los hechos, se encuentra la Lehendakaritza y la Delegación del Gobierno. «Me gritaron, 'Eh, tú fascista, te vamos a destrozar esa cara de guapa que tienes' y me empezaron a dar puñetazos. No recuerdo si me tiré al suelo o me tiraron ellos, pero me hice un ovillo mientras me pegaban. No sé por qué pero grité 'papá, estoy aquí' y se marcharon 'ipso facto'. Con mucha sangre y con la cara destrozada llamé a mi padre y compartí mi ubicación con el móvil», relata la víctima, muy afectada, al tiempo que describe a sus agresores, que habrían actuado a cara descubierta, como «muy jóvenes, de procedencia magrebí y diría que estaban borrachos».

Lo más llamativo de este terrible episodio es precisamente la gratuita violencia que destila lo sucedido. Aparentemente no parece haber otra motivación, otra pulsión clara detrás de esta agresión. «No sentí en absoluto en ningún momento que me fueran a agredir sexualmente», asegura la mujer. Tampoco intentaron robarle. Sus asaltantes no se interesaron ni por su móvil, ni su cartera, ni su bolso, ni su reloj. «Tengo la sensación de haber sido víctima de un juego. Lo hicieron por odio. Estoy convencida de que, por su cultura, les parece aberrante ver a una mujer de noche por la calle», sostiene, muy afectada, carcomida por la rabia y todavía tratando de digerir lo ocurrido.

Fuentes de la Ertzaintza consultadas por este diario se limitaron a confirmar que, efectivamente, se produjo un aviso a las 4.20 horas en el barrio de Mendizorroza que coincide con los hechos relatados y que existe una investigación en curso para tratar de esclarecer lo ocurrido. Mientras, las reacciones no se han hecho esperar. La primera, la del alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, que a través de un mensaje en Twitter condenó con contundencia lo ocurrido. «Esto es muy grave. Mi apoyo a la mujer agredida. Mi rotunda condena a los agresores. Las personas no somos mejores o peores por nuestra nacionalidad, sexo o religión. No podemos generalizar. Estos desalmados sí merecen un castigo ejemplar. Gente así sobra en Vitoria Gasteiz», destacó. También el Obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, ha mostrado su repulsa y ha pedido «frenar esta situación antes de que sea demasiado tarde». «Cualquier persona, mujer u hombre, de cualquier edad, debe sentirse libre y segura en nuestra ciudad», ha añadido.