Hoz, Urraca, Rodríguez, Mínguez y Lahuerta, en un despacho de Onkologikoa. Lobo Altuna

Un mes de la fusión Onkologikoa-Osakidetza

«Remamos juntos en la misma dirección»

Se cumple un mes de la integración de este centro en Osakidetza, un proceso que ha traído «mejoras de coordinación y atención» y que hace de la OSI Donostia una referencia en la lucha contra el cáncer

Jueves, 31 de julio 2025, 00:15

Se venía desarrollando desde hace años, pero fue hace apenas un mes cuando se formalizó la integración total del Instituto Oncológico, Onkologikoa, en la red ... pública de Osakidetza. Un paso decisivo en la apuesta por una atención oncológica universal, integral y de vanguardia. El centro especializado, que durante décadas funcionó como entidad privada dependiente de la Fundación Kutxa, es ahora un recurso plenamente público, integrado en la OSI Donostialdea, tras la aprobación por parte del Gobierno Vasco del decreto de integración por el que Salud asume como un «recurso de titularidad pública» el centro contra el cáncer de Donostia. Con los pacientes siempre en el centro, «la transición ha sido sencilla y ha traído mejoras reales para quienes pasamos por esto», asegura Elena -nombre ficticio ya que esta paciente oncológica prefiere mantener el anonimato-. Médicos y enfermeras coinciden en que «ha sido un proceso paulatino, pero muy gratificante. Hemos ganado en coordinación, en servicios y en capacidad», resumen varios profesionales.

Publicidad

Hay quien podría decir que, a simple vista, el mayor cambio lo han sufrido las batas blancas del personal de oncología, que ahora llevan el logo de Osakidetza y no el del anterior Instituto Oncológico. Poco más, pensarán algunos. Pero quienes trabajan dentro de la red sanitaria donostiarra saben bien que esta fusión ha supuesto mucho más. Una transformación «profunda» en la manera de «atender, coordinar y cuidar» que, además, aporta «mayor reconocimiento y mejor reputación» a la red médica y oncológica de Gipuzkoa. «La monografía oncológica de la que podemos disfrutar ahora, tras la fusión, está convirtiendo a Osakidetza en un punto de referencia no solo a nivel estatal, también a nivel europeo», asegura Txema Urraca, jefe de Unidad de Gestión Clínica Oncológica.

El decreto, que fue aprobado el pasado 30 de junio, despejó todas las dudas sobre la titularidad del edificio y el futuro de los trabajadores: la Fundación Kutxa cedió de forma gratuita a Osakidetza el edificio durante un plazo de «al menos 30 años», con la condición de que se destine a labores relacionadas con la oncología -lo que se da por supuesto-, y el Servicio Vasco de Salud «subroga» al personal sanitario y no sanitario del centro, aunque no como personal estatutario (funcionarios). Eso sí, Julián Mínguez, oncólogo radioterápico, no niega que, «al principio, cuando se dan este tipo de procesos, sientes una serie de incertidumbres. Incluso los que venimos de la sanidad pública, digamos, con una plaza en propiedad», se sincera.

«Hemos aprovechado las virtudes de uno y otro modelo, para llevarlo a un modelo único, que es el que se dispone ahora»

Txema Urraca

Jefe de Unidad Clínica de Oncología

Con todo, califica la fusión de «positiva y amigable. La mayoría ya nos conocíamos antes de iniciarse todo el proceso», señala, haciendo referencia al sinfín de reuniones y congresos que los colegas de profesión comparten con el paso de los años, algo que «ha facilitado la fusión del servicio». Ahora disfrutan de una jefatura única. «No nos diferenciamos los unos de los otros», subraya. Personal del antiguo Onkologikoa o del Hospital Donostia «remamos en la misma dirección y con el objetivo de mejorar la atención y la calidad de los tratamientos», algo que pacientes como Elena, «sin duda agradecemos».

Publicidad

Primeros pasos, en pandemia

El mayor esfuerzo se ha dedicado a «unificar la forma de trabajar», algo que ha resultado «bastante sencillo», apunta Ainara Lahuerta, oncóloga médica. Onkologikoa llevaba meses funcionando, en la práctica, como un ente más de Osakidetza. Pero para culminar la integración era necesario que el Gobierno Vasco aprobara este decreto. «No era tan diferente, en absoluto. Hemos unificado los esquemas de tratamiento, la forma de trabajar en las consultas, la forma de administrar los tratamientos...». Y, a cambio, «hemos obtenido un gran beneficio», explica satisfecha. «Tenemos un hospital de día muy grande, con muchas posibilidades y, al juntarnos dos servicios, de cara a abrir ensayos clínicos o iniciar proyectos, se facilitan mucho las cosas. Ha sido un proceso gradual, paulatino, pero muy gratificante y con grandes resultados», insiste.

Como persona en tratamiento oncológico, Elena -que prefiere no revelar su identidad o detalles de su situación médica-, solo tiene buenas palabras para el equipo que le rodea. Han pasado cuatro años desde su diagnóstico y es plenamente consciente de la fusión y de cómo esta afecta al paciente. O, al contrario, de lo poco que ha alterado la atención y el tratamiento recibido. La sensación es de «mucha seguridad y confianza. Pensar en la fusión es aceptar que la red oncológica es más grande, con mejores medidas para tratarnos a todos los pacientes oncológicos... Solo veo beneficios. Es tranquilidad. Para mí y para todas aquellas personas que ahora pueden acceder a un tratamiento, porque no todos pueden permitirse uno privado», apunta.

Publicidad

«Me tranquiliza que la red oncológica sea más grande y con mejores medidas para tratarnos. Solo veo beneficios»

Elena

Paciente

Por si fuera poco gestionar una fusión de tal calibre, los expertos señalan que hubo ciertos obstáculos en el camino, como la pandemia de Covid-19, un imprevisto que precipitó los primeros pasos de la integración de servicios. Los comienzos -explica Anabel Hoz, enfermera de Atención Continuada y Hospital de Día- giraron en torno a los servicios que presta este último centro, donde se administran los tratamientos de quimioterapia. Admite que fue un cambio «precipitado, ya que al coincidir con la pandemia todo se hizo más deprisa y resultó más complicado. Había diferentes maneras de trabajar, programas informáticos distintos...». Sin embargo, asegura que «todo ha ido bien, no ha habido ningún problema y creo que es una ayuda para el paciente que nos hayamos unido. Contar con un hospital de referencia centralizado, con todos los servicios -radioterapia, oncología médica, pruebas diagnósticas, farmacia, hospital de día y unidades de hospitalización-, es positivo».

Para las urgencias oncológicas, la fusión también supone un «alivio». Tanto las que se hagan «por teléfono, para responder las dudas de los pacientes y también las urgencias presenciales, porque evitamos en gran medida que los pacientes vayan a urgencias del Hospital Donostia y que estén allí un montón de horas esperando», apunta.

Publicidad

A su lado, Vanesa Rodríguez, enfermera de Medicina Nuclear, añade que «la integración ha supuesto una inversión importante en maquinaria para nuestro servicio». Y no solo eso. Las enfermeras también sienten que han salido ganando en lo que a la comunicación interna se refiere. «Nos es mucho más fácil coordinarnos con un hospital de día, con planta de hospitalización, con cuidados paliativos... tenemos mejor acceso que el que teníamos antes». La sensación general es que, en muchos aspectos, «llevamos años trabajando como un único centro».

Eso sí, es a partir de la reciente fusión oficial cuando la OSI Donostialdea será capaz de seguir creciendo. A nivel tecnológico, se esperan «importantes mejoras. Estamos en un momento muy dulce, donde no hay que esperar años para que se apliquen estas mejoras sino que día a día vamos caminando hacia delante», insiste Mínguez.

Publicidad

Con esta esperada integración «se conjugan dos potencialidades muy grandes. La de tener un único edificio en el que centralizas gran parte del tratamiento oncológico y, al mismo tiempo, estás dentro de una grandísima organización. Se trata de aprovechar las virtudes de uno y otro modelo, y llevarlo a un modelo único, que es el que se dispone ahora», celebra Urraca. Esto es algo que pacientes como Elena agradecen y valoran. «No soy nacida aquí, vengo de otro país de Europa, y por lo que sé, Donostia tiene muy buena reputación. Hay países desarrollados que no tienen las capacidades que hay aquí», reconoce.

Prontoterapia, en 2027

La integración de Onkologikoa en la OSI Donostialdea convierte al Hospital Donostia «en el centro más importante de Euskadi a nivel asistencial», tal y como celebraron el lehendakari, Imanol Pradales, y el consejero de Salud, Alberto Martínez, el mes pasado con la aprobación del decreto. Y, a la espera de que el futuro edificio de protonterapia comience a recibir a sus primeros pacientes en 2027 -si los trabajos avanzan según los plazos previstos-, también «será un centro de referencia en la lucha contra el cáncer en todo el sur de Europa».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad