Una sanitaria trabaja dentro de la sala blanca de la nueva unidad de terapias avanzadas del Hospital Universitario Donostia. De la Hera

Casi la mitad de los pacientes con leucemia que utilizan la terapia CAR-T se curan a los dos años

El coste por persona de este tratamiento en el Hospital Donostia es de unos 250.000 euros, frente a los 90.000 del Clínic Barcelona, que ha desarrollado el primer CAR-T público de Europa

Macarena Tejada

San Sebastián

Jueves, 9 de mayo 2024, 06:33

La nueva unidad de terapias avanzadas del Hospital Donostia está a punto de cumplir sus primeros seis meses. Con la vista puesta en el Clínic ... de Barcelona, referente en el tratamiento con células vivas CAR-T para los profesionales de Osakidetza, trata a personas con leucemia en las que la quimioterapia no ha tenido los efectos deseados. La revolución médica de las terapias génicas ha llegado para quedarse, después de comprobar que logran que el cáncer remita en pacientes en los que otros tratamientos como la 'quimio' no ha surtido efecto. Los datos hablan por sí solos. Casi la mitad de las personas con leucemia, linfomas y mieloma múltiple –todas derivadas de linfocitos B– que son tratadas con la terapia CAR-T se curan a los dos años.

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«La supervivencia» de los pacientes que reciben este tratamiento «es claramente superiora los que no lo reciben en el momento clínico», explica Manel Juan, jefe del servicio de Inmunología en Hospital Clínic de Barcelona, que esta semana ha visitado Donostia con motivo de unas jornadas de terapias avanzadas organizadas por el instituto de investigaciones Biogipuzkoa. El CAR-T, que «combina terapia génica y celular», ha demostrado una «efectividad inusual en las nuevas propuestas terapéuticas. Cerca del 90% de los pacientes responde a este tratamiento y todos alargan su supervivencia. Lo que ocurre es que algunos recaen». Es a los dos años cuando se considera que ya no hay recaídas «mucho más allá». Y los que llegan a ese momento curados son cerca de la mitad de los que han recibido esta terapia innovadora, aclara uno de los impulsores del primer y único CAR-T público desarrollado en Europa y autorizado por la Agencia Española del Medicamento (AEM) en 2021 para su uso en pacientes.

Respuesta

«Todos los pacientes alargan la supervivencia con este tratamiento, pero algunos luego recaen»

En la actualidad el Hospital Donostia es el único centro sanitario de Osakidetza que utiliza este tratamiento en todo Euskadi. Pero lo hace a través del llamado CAR-T comercial o farmacéutico, que cuesta al sistema de salud público vasco alrededor de 250.000 euros por persona. Este coste tan elevado se explica porque la nueva unidad de terapias avanzadas trabaja con CAR-T industriales. Esto es, aunque las células se extraigan y administren al paciente en el Hospital Donostia, no se procesan en el mismo centro sanitario, si no que es la industria farmacéutica quien las manipula en puntos de Europa como Países Bajos o en diferentes zonas de Estados Unidos. El objetivo de los profesionales de este centro de la capital guipuzcoana, sin embargo, es llegar a fabricar los CAR-T en el propio hospital y crear el conocido como CAR-T académico, que ya tiene el Clínica de Barcelona. Entre otras cosas, esto supone reducir el coste del tratamiento. Se calcula que en el hospital de la ciudad condal administrar el CAR-T cuesta unos 90.000 euros por persona, al hacerlo ellos mismos.

«Diversos beneficios»

La producción del CAR-T en el propio centro tiene «diversos beneficios», explica Juan. Uno de ellos sería el económico, al tener «un coste menor». El producto del Hospital Clínic de Barcelona «ha sido valorado en más de 89.000 euros de reembolso». Pero no es el único. También tiene ventajas logísticas, porque «se gestiona más fácilmente y se ajusta a la situación del paciente», así como «medioambientales. No se necesitan vuelos con avión para su transporte», a diferencia de lo que ocurre con los CAR-T comerciales que se desarrollan en otros países.

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Un espejo para Donostia

El siguiente paso de Osakidetza sería asociarse al Clínic y ser centro productor de su CAR-T

El jefe de servicio de Inmunología del Hospital Clínic de Barcelona también destaca el «aspecto ético», puesto que para los productos comerciales –como ocurre en Gipuzkoa–, «el paciente que reciba sus células modificadas debe ceder la propiedad a la compañía», pero «en el sistema público el producto funciona por un acuerdo de confianza entre paciente y sistema sanitario que no requiere de la cesión de propiedad a nadie, el paciente la mantiene».

Hace tiempo que el Hospital Donostia tiene la vista puesta en Barcelona, un espejo en el que a los profesionales que lideran la unidad de terapias avanzadas les gustaría verse reflejados en un futuro. De momento, con la nueva sala puesta en marcha a comienzos de este año ya han dado un primer paso hacia ese objetivos. En lo que va de año han evaluado a unas cuarenta personas con linfoma difuso de células grandes y han sido infundidos cerca de la mitad. El siguiente paso sería asociarse con el Hospital Clínic para ser centro productor de su CAR-T y poder fabricarlo en San Sebastián y, después, construir en Donostia el suyo propio. Si bien eso dependerá de la inversión de Salud en aspectos como desarrollo, ensayos clínicos y autorización. De momento, el Clínic tiene un acuerdo con el banco de sangre de Osakidetza para desarrollar un ensayo clínico próximamente.

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