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Euskadi implantará la app Radar Covid para rastrear positivos de forma anónima

La aplicación móvil se estrenó ayer en Aragón, Andalucía, Extremadura, y Cantabria, y llegará al resto del Estado antes del 15 de septiembre

Estrella Vallejo

San Sebastián

Viernes, 21 de agosto 2020, 06:23

Un ejemplo gráfico y que está a la orden del día: Un establecimiento es clausurado por el positivo de Covid-19 de varios de sus trabajadores. El propio local avisa en redes sociales y coloca una nota en la puerta. En paralelo, el Departamento vasco de Salud lanza una alerta para que todos los clientes que hayan pasado por el local entre tal y tal día acudan a realizarse una PCR. Los resultados del muestreo masivo revelan un número determinado de positivos. Y ahí es donde entra en juego la labor de los 270 rastreadores que hay en Euskadi y que, papel y boli en mano, empiezan a realizar entrevistas personalizadas a cada uno de los contagiados para saber con quién han estado, cuándo y dónde, en los últimos días. Los protocolos que se establecieron al inicio de la pandemia para frenar la expansión de los brotes se cumplen, pero entre contactos de riesgo que han existido pero que no se notifican por desconocimiento, los desplazamientos entre comunidades o países, y que algunos (fundamentalmente jóvenes, según expusieron las autoridades) se niegan a revelar encuentros con otros amigos, hace que esta modalidad analógica de rastreo deje tantos flecos sueltos como para confeccionar tres chaquetas.

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Por ello, hace meses que la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital trabaja en la implantación de la app móvil de rastreo Radar Covid, desarrollada por la empresa Indra, para identificar esos contactos de riesgo de forma anónima, automática y más efectiva. Una app que Euskadi implantará en las próximas semanas, según a confirmado el Gobierno Vasco a DV.

Tras una prueba piloto satisfactoria que se efectuó en julio en la isla canaria de la Gomera, esta herramienta se puso a disposición de las autoridades sanitarias, y ayer entró en funcionamiento por primera vez en Andalucía, Cantabria, Aragón y Extremadura. El resto de comunidades autónomas ya están llevando a cabo el trabajo técnico necesario para integrar la aplicación con sus sistemas sanitarios y que pueda estar disponible antes del 15 de septiembre en el conjunto del Estado.

El funcionamiento es muy sencillo. Si dos terminales que se han descargado la app han estado a menos dos metros durante más de 15 minutos, ambos guardan el identificador anónimo emitido por el otro, y en caso de que alguno diera positivo, se notificaría a ese contacto de riesgo, pero en ningún momento se sabría ni la identidad ni la ubicación en la que coincidieron.

A pesar de tratarse de una buena noticia, es inevitable pensar que este método de rastreo llega con cierto retraso, teniendo en cuenta que otros países europeos lo tienen implantado desde hace meses; que podía haber sido de gran ayuda para fomentar un turismo seguro y, que por si fuera poco, Euskadi podría haber contado desde hace tres meses con «estos EPIs digitales, complementarios a la labor de los rastreadores», señala Iñaki del Río, director de innovación de Ibermática.

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La empresa guipuzcoana, de la mano de Tecnalia, desarrolló ya en abril la app Epidig, similar a la que ahora saca el Gobierno central, y que en mayo ya la estaban utilizando los 5.000 trabajadores que componen las plantillas de estas dos compañías.

La propuesta fue rechazada entonces por el Departamento vasco de Salud, que también ha declinado ahora manifestarse al respecto sobre esta cuestión. No obstante, sí ha mostrado su interés en que la ciudadanía vasca pueda valerse de Radar Covid para lograr entre todos un rastreo del virus más efectivo.

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«Hay mil ejemplos de cosas que se podrían hacer ya de forma digital, pero los que trabajamos en tecnología vemos que los grandes avances son vistos con recelo por los gestores de lo clásico y los políticos, porque si salen mal, se pierden votos», comenta Del Río.

Además de esa cierta mesura política y el recelo que todavía despiertan medidas globales de digitalización, parece lógico pensar que las comunidades autónomas optaran por esperar -lo que hiciera falta- e implantar una única aplicación para el conjunto del Estado. «Y lo entiendo. Lo que no entiendo es que esta herramienta de rastreo llegue a estas alturas», reitera. «Las medidas masivas hay que hacerlas con cuidado, pero en situaciones excepcionales hay que ser excepcionalmente ágil».

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En otros lugares del mundo

  • Francia. 'StopCovid'. En uso desde comienzos de junio. Descargada por el 3,5% de la población.

  • Alemania. 'Corona-Warn-App'. Disponible el 16 de junio. Tasa de descarga: 20%.

  • Irlanda. 'Covid Tracker'. En marcha el 7 de julio. La usa el 30% de la población.

  • Reino Unido. Tuvo un primer intento fallido, y no ha sido lanzada a todo el país.

  • Italia. 'Immuni'. Primer país europeo en implantar la app el 2 de junio.

  • China. . La descarga es obligatoria. Tiene localizadory asigna un color (verde, amarillo o rojo) en función del contacto con positivos, para autorizar o no la entrada en ciertos lugares.

Contacto vía bluetooth

El director de Innovación de Ibermática cuenta que las primeras aplicaciones que salieron al mercado para rastrear los contactos de riesgo, lo hicieron en China y Singapur. Lo hacían a través del GPS de los dispositivos móviles y por tanto, sabían quién había estado con quién, en qué lugar y cuándo.

Esta fórmula resultaba «demasiado invasiva y en occidente no tenía cabida, por el hecho de que el Gobierno podría saber en todo momento dónde te encuentras». Es por ello, que las herramientas que se empezaron a desarrollar en Europa se basaron en un protocolo DP-3T de código abierto, que permite un almacenamiento de información local sin que ninguna autoridad pueda saber quién es el 'contaminante' ni el 'contaminado'.

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Dicho de otro modo, si dos móviles tienen descargada la app y están cerca «intercambian información, pero nadie sabe dónde han estado ni quiénes son. Solo que estos dos teléfonos a los que se les asigna un código que se actualiza constantemente y que es aleatorio han estado juntos. Esa información se queda en el teléfono, no viaja a ningún lado, por lo que la privacidad es infinita», insiste Del Río, en referencia a la app Epidig, aunque la descripción es también aplicable al funcionamiento de Radar Covid.

Estas herramientas lo que hacen es ir registrando los contactos en el propio dispositivo. En el momento en el que una persona que tiene descargada la aplicación ha dado positivo en Covid-19, por responsabilidad social, lo notifica en la app. En ese momento le llega un código que debe introducir, y automáticamente se envía una notificación a los contactos de riesgo con los que dicha persona ha estado en los últimos 14 días.

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Pero no a todos. Únicamente a aquellos que hayan estado a una distancia inferior a dos metros y durante un periodo mínimo de 15 minutos. En adelante, la propia aplicación facilita instrucciones de cómo proceder. En caso contrario, esto es, en caso de no coincidir jamás con un positivo en Covid, «no pasará nada, y la aplicación seguirá funcionando en el 'back'», comenta Del Río.

No obstante, el talón de Aquiles de este método de rastreo se encuentra precisamente en que tanto su uso como la notificación de los resultados positivos son absolutamente voluntarios, por lo que el éxito de la herramienta en Euskadi, dependerá del énfasis que ponga el Ejecutivo vasco en promover el uso de Radar Covid, que ya cuenta con dos millones de descargas en el conjunto del Estado. Según varios estudios realizados, se estima que estos recursos son válidos si son utilizados al menos por el 35-40% de la población.

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Apps sin fronteras

A mediados de abril, la Secretaría de Estado de Inteligencia Artificial anunció su participación en el proyecto europeo PEPP-PT -siglas en inglés de Rastreo Paneuropeo de Proximidad para Preservar la Privacidad- que pretende facilitar el cruce de información entre las aplicaciones implantadas en los distintos países de la UE. De tal forma que sí, por ejemplo, un turista alemán viaja a Donostia y tiene un contacto de riesgo, que su aplicación pueda advertirle aunque ya haya regresado a su país.

Actualmente, la Comisión Europea está desarrollando el marco legal y técnico que haga posible esta cuestión. «Es sencillo mancomunar todos los servidores y hacer que los países cuyas apps se basan en el DP-3T 'hablen' entre sí», comenta el responsable de Ibermática. Y enumera Alemania, Italia, Hungría, Lituania, Portugal, España... La parte más compleja, dice, no es tanto técnica como burocrática.

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Las aplicaciones para seguir la huella del virus se expanden por el mundo

Mientras España seguía en fase de pruebas en la isla canaria de la Gomera el pasado mes de julio, Francia, Alemania, Italia o Irlanda, entre otros, ya contaban con una aplicación de rastreo del Covid para complementar la labor de los rastreadores 'analógicos'. Aunque tampoco fueron pioneros, lo hicieron siguiendo los pasos de otros países que en Asia ya habían implantado esta herramienta, anque sus características y su uso poco o nada tienen que ver con las europeas.

El uso de estas aplicaciones en Europa es voluntario y además, la mayoría -excepto la francesa y la inglesa- están basadas en un protocolo DP-3T, que intercambia la información entre dispositivos de manera anónima a través de bluetooth. En China, en cambio, su descarga es obligatoria, se vale del localizador de estos móviles por lo que el Gobierno puede saber quiénes han estado en contacto, cuándo y dónde, y además, se asigna un color verde, amarillo o rojo en función del riesgo de contagio que el usuario haya podido tener. Esto permite a las autoridades chinas restringir el acceso de ciertas personas a determinados lugares.

El objetivo con el que estas aplicaciones de rastreo empezaron a implantarse en Europa fue otro. No tanto de control como de prevención e información. Así, Italia fue el primer país europeo en sacar 'Immuni' el pasado 2 de junio.

A comienzos del mismo mes hizo lo propio Francia. Sin embargo, 'StopCovid' ha tenido una penetración baja en la población francesa y solo se la ha descargado el 3,5%. Quizás que la garantías de privacidad fueran algo menores ha tenido algo que ver. De hecho, la app desarrollada en Reino Unido, cuya información también viaja a un servicio que es algo menos privado, no se ha llegado a poner en marcha en el conjunto del país.

Para el 16 de junio, Alemania ya tenía disponible 'Corona-Warn-App' y se estima que la utiliza en torno al 20%. Irlanda por su parte, cuenta con Covid Tracker desde el pasado 7 julio y su penetración es a día de hoy del 30%.

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