«Ahora hay que fortalecer el uso de la mascarilla en bares o comercios»

–¿Qué valoración hace de la retirada de las mascarillas en exteriores?

–Me parece muy bien. Ya era hora. Pero es bueno acompañar esa decisión de quitar una restricción con fortalecer otras medidas para que se pueda controlar en bares, restaurantes, centros culturales o comercios las infecciones en el interior. En esos lugares se están dando 20 veces más los contagios. Por lo tanto, una cosa es quitar las restricciones, pero hay que saber que sigue habiendo muchas contagios procedentes de lugares cerrados. No haría falta añadir más medidas restrictivas en interiores, pero sí facilitar por parte de los gobiernos las infraestructuras que hacen falta para controlar la expansión del virus. Estamos hablando de ventiladores, medidores de CO2 y todas estas cosas que nos ayudan en los colegios, por ejemplo, a dominar el virus en interiores.

–¿No la consideraba una medida efectiva?

–Según iban subiendo las infecciones de esa forma tan explosiva a principios de enero, en ese momento varios países introdujeron la mascarilla en exteriores. Pero me parece que era una medida más política que técnica y que hubiera sido mejor, en ese momento, incidir en buscar medidas para espacios cerrados.

–¿Y en las situaciones en las que no se puede respetar la distancia interpersonal?

–La mascarilla en exteriores donde hay una aglomeración, que es casi como un interior, es evidente que era útil. Pero ahora en exteriores lo que hace falta es que la gente evite las grandes aglomeraciones y, obviamente, que en interiores la gente se la siga poniendo.

–La ministra Darias ha utilizado como argumento que estas han actuado como «efecto barrera» durante las Navidades. Los datos, no obstante, han dicho lo contrario...

–Si tú impones las mascarillas en exteriores, tienes que lanzar a la vez la investigación que demuestre si ha sido útil o no. Y no necesariamente para esta vez, sino para dentro de tres años, si tenemos otro Covid, sabremos si nos sirve o si sirve mucho o poco. Por tanto, las evaluaciones que se hubieran tenido que hacer ahora nos servirían para futuras epidemias. Pero si no evaluamos el impacto que tienen científicamente las restricciones y simplemente las ponemos, obviamente no sabemos si han sido útiles o no. Yo te puedo dar mi opinión, la ministra otra y otra persona, otra.

–¿La suya cuál es?

–Yo creo que no. Por eso siempre he dicho que no era la primera medida que yo hubiera puesto encima de la mesa en la reunión de presidentes en el mes de diciembre. Habría sido muchísimo más importante ayudar a que durante todas las Navidades hubieran sido gratis, como han hecho muchos países, los test. Haber asegurado que los niños en los colegios estuvieran bien ventilados o contasen con medidores de CO2. Y esas cosas no se hubieran percibido como una restricción sino como un facilitador. Pero es verdad que requerían una inversión. En cambio, con una restricción, en el fondo, no necesitas ningún desembolso económico.

–¿Qué tipo de cubrebocas recomienda usar en lugares cerrados?

–Con los datos que hay ahora mismo y con esta ola de ómicron que es tan explosiva, es bueno hacer uso de una FFP2.

–Siempre se ha mostrado partidario de ir suprimiendo restricciones y una de las últimas en Euskadi ha sido el adiós al pasaporte Covid...

–Se ha quitado también porque se ha judicializado otra vez el tema, cosa que, obviamente, es negativa. El pasaporte ha sido muy útil haberlo tenido, y se tomó esa decisión correctamente hace unos meses, para animar a la gente que no está vacunada a vacunarse. Pero se desconoce cuánto ha servido para controlar las infecciones en interiores. Es una restricción que ya se puede ir levantando.

–¿Ha logrado el efecto que se deseaba cuando se implantó?

–Hay algunos estudios que dicen que sí ha tenido un impacto y otros no. No se puede responder científicamente a esa pregunta porque no es como las vacunas o un medicamento en el que se pueda decir que sí sirve o no. Estos estudios necesitan un control muy complejo y científicamente es muy difícil probarlo. Sí se puede decir que las medidas no farmacológicas durante todo el año 2020 y 2021, en general, han sido muy efectivas. Eso sí se sabe y han salvado millones de vidas.

–En esa batería de medidas no farmacológicas, ¿qué peso ha tenido la mascarilla en la calle?

–Muy bajo comparado con su uso en interiores. En relación con otros países, España decidió relativamente pronto que se usaran las mascarillas en lugares cerrados. Eso fue una decisión estratégica correcta.

–Ha dicho recientemente que el hecho de que la sexta ola se esté estabilizando no implica que se esté frenando la capacidad de mutar del virus. ¿Qué podemos esperar?

–Lo que sabemos ahora es que el virus no ha acabado de definirse. El coronavirus sigue con el turbo puesto en relación con su capacidad mutagénica. Esta es la razón por la cual digo que podemos ir quitando restricciones, porque la sexta ola está remitiendo y las hospitalizaciones y todos los indicadores empiezan a ser favorables. No hay que asumir que es final del Covid porque puede volver a aparecer otra mutación.

–¿Es pronto para hablar de una gripalización del coronavirus?

–Sí, cuando se empezó a hablar de este posible nuevo escenario de gripalización del Covid-19 fue demasiado prematuro. Puede dar la sensación a la población de que se puede bajar la guardia. Es decir, ahora mismo nadie está usando una mascarilla en interiores para evitar la gripe, que está entre nosotros. Sí podremos hablar de normalización del Covid como una gripe dentro de dos o tres meses.