Un neuropsicólogo recomienda enseñar a consumir las gominolas: «Lo mejor es ser un buen ejemplo»
Álvaro Bilbao recomienda no restringir totalmente el acceso a las golosinas ya que esto puede generar una fijación en los niños
Sábado, 16 de noviembre 2024, 11:44
Nutricionistas y médicos tienen muy claro, avalados por múltiples estudios, que el consumo de golosinas debe ser moderado. En esta idea incide el neuropsicólogo Álvaro Bilbao en sus intervenciones públicas: «Son puro azúcar y cero nutrientes esenciales». Sin embargo sus consejos van más allá del corto plazo, así que lo que recomienda a los padres es prudencia y huir de prohibiciones.
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Álvaro Bilbao cita los estudios del psicólogo Gustav Jung para explicar en uno de sus vídeos que «lo que resistes, persiste, y de hecho tenemos estudios que constatan que cuando demonizamos algunos alimentos o ejercemos una restricción total, algunos niños tienden a evitar estos alimentos a toda costa mientras que otros tienden a obsesionarse con ellos».
De ahí que recomiende: «algunos nutricionistas afirman que ese grado tan alto de restricción en la infancia puede llevar a un consumo mayor en la adolescencia y en la vida adulta». Por ello Álvaro Bilbao, que cuenta con miles de seguidores no solo en sus charlas sino también en sus redes sociales, que «lo más eficaz es ser un buen ejemplo y ayudar a los niños a entender que estos productos son para tomar de forma ocasional pero no pueden formar parte de nuestra dieta habitual».
La clave, según Bilbao, «no reside en la prohibición, sino en la educación alimentaria». Es fundamental enseñar a los niños a discernir entre los alimentos que aportan beneficios nutricionales para su desarrollo y aquellos que, como las golosinas, solo proporcionan calorías vacías. Frutas frescas, verduras, frutos secos sin azúcar añadida y alimentos ricos en proteínas son ejemplos de opciones saludables que deben formar la base de la alimentación infantil.
Álvaro Bilbao, autor de libros como 'Cuida tu cerebro' y 'El cerebro del niño explicado a los padres', defiende por lo tanto que «la prohibición absoluta de las golosinas puede generar una obsesión por lo prohibido en algunos niños, mientras que otros podrían desarrollar aversión a estos alimentos». El objetivo es fomentar una relación sana con la comida, evitando la fijación en productos poco saludables y promoviendo la elección de opciones nutritivas.
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