Medio ambiente

Dime cómo te mueves y te diré cuánto contaminas

DV prueba la huella de carbono que deja cada usuario según el transporte elegido para cada recorrido. Un kilómetro en coche son 121 gramos, frente a los 49 en bus o los 3 en bici eléctrica

Macarena Tejada

San Sebastián

Domingo, 28 de abril 2024

Marta Rodríguez vive en el Centro de Donostia, trabaja en Bilbao y sus padres residen en su casa de toda la vida en Pasai Antxo. ... Un día normal, va a la oficina a primera hora en coche, 102 kilómetros. Aparca a las afueras y se coge un autobús que le deja en Gran Vía, 11 kilómetros. Para regresar a su casa, en San Sebastián, repite ese trayecto en sentido inverso. Otros 11 kilómetros en transporte público y 102 en su vehículo. Pero sus movimientos no terminan ahí.

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Si coincide con que es martes o jueves, recoge a sus hijos en el Boulevard de la capital guipuzcoana y se dirigen a Pasai Antxo, a cenar pronto con los aitonas. Otros 12 kilómetros entre ir y volver. En total, Marta hace 216 kilómetros en coche y 22 en autobús cada día o, lo que es lo mismo, contamina 27.148 gramos de CO2 en sus desplazamientos de una jornada. Es la misma cantidad de emisiones que si hiciera un viaje de avión de 141 kilómetros.

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La historia de Marta es también la de miles de guipuzcoanos que utilizan el transporte privado cada día bien para acudir al trabajo, para ir de compras o para comer en un restaurante de las afueras. En torno al 40% de la huella de carbono que genera una persona corresponde al medio de transporte que usa y aunque el avión es el que más CO2 emite, 192 gramos por persona y kilómetro; el coche no se queda atrás, con 121 gramos por persona y kilómetro, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (Idae).

Aunque «la ciudadanía cada vez está más familiarizada con el término huella de carbono», que es la cantidad de gases de efecto invernadero producidos por las diversas actividades realizadas, «y su impacto en el ambiente, todavía queda mucho por hacer», reflexiona Arkaitz Usubiaga, investigador del Basque Centre for Climate Change BC3.

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Transporte público

Solo con un kilómetro en coche una persona emite 121 gramos de CO2; en moto son 53, en autobús urbano, 49; y en auto eléctrico, 43. Si en vez de usar el vehículo privado se opta por el transporte público, las emisiones se reducen considerablemente, bajando a los 49 gramos de CO2 por persona y kilómetro en autobús urbano, 33 en cercanías, 32 en interurbano, 30 en metro y 23 en AVE. Los datos hablan por sí solos y los expertos lo corroboran. «Siempre que se pueda hay que utilizar el transporte público. Debemos ser más racionales y responsables cuando tomamos la decisión de cómo desplazarnos. Antes de coger el vehículo privado, mejor compartir coche o ir en autobús. La bicicleta también es una buena opción para generar cero emisiones», insiste Usubiaga. Y en caso de elegir la eléctrica, apenas se emiten 3 gramos de CO2 por kilómetro, «la de asistencia al pedaleo es con mucho el vehículo que menos impacto genera», según recoge el Idae en su página web.

  

Así, los modos eléctricos son «los más interesantes» desde el punto de vista de las emisiones de CO2. «Al coche eléctrico le corresponden unas emisiones del orden de la tercera parte que su homólogo térmico (de gasolina o gasóleo) y el metro o el AVE aventajan al bus urbano o interurbano con reducciones de emisiones de CO2 cercanas al 30-40%, respectivamente. Si comparamos el AVE con el avión, el ahorro se acerca al 90%».

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El coche usado de modo individual, por su parte, «es muy intensivo» en emisiones de CO2, pero cuando su ocupación aumenta hasta tres o más pasajeros, «el ratio de emisiones por pasajero y kilómetro puede acercarse mucho o incluso ser inferior a los modos colectivos» como el autobús.

Con estos datos sobre la mesa, los expertos como Arkaitz Usubiaga apuestan por «reducir los viajes en coche y en avión, y cambiar al coche eléctrico o al transporte público» siempre que sea posible. Sin olvidar la opción de la bici corriente, sin motor, y también la de caminar. Desplazarse a pie siempre que sea posible es otra de las recomendaciones no solo de los profesionales que analizan el impacto de los gases de efecto invernadero en el planeta, sino también de los expertos sanitarios.

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Las emisiones del transporte generan el 35% de las totales, según el inventario de emisiones de gases de efecto invernadero de Euskadi, con datos de 2021. Y no solo eso. Los gases que emiten el avión, el coche y el resto de vehículos son los «únicos» que han subido desde 2005, en un 9%. «En el resto de sectores ha bajado o se ha mantenido constante», analiza Usubiaga, que explica que «estas emisiones son diferentes a las de la huella de carbono, «que contabiliza todas las emisiones de la cadena de valor, independientemente de dónde ocurran».

Además de las relacionadas con el transporte, destacan las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), que en 2021 fueron 17,6 millones de toneladas de CO2e –CO2e es la unidad común en la que se reportan las emisiones de CO2 y otros GEI– Las emisiones de GEI ese año bajaron un 31% comparado con las de 2005.

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