Mabel Lozano: «Detrás de la prostitución está la trata de mujeres y la vulneración de sus derechos»
Directora y activista ·
La toledana asegura que «la educación a los jóvenes y la elaboración de una ley que proteja a las víctimas» son las maneras de abolirlaClaudia Turiel
Lunes, 23 de septiembre 2024, 06:34
Mabel Lozano comenzó su carrera como presentadora y actriz, pero es al otro lado de las cámaras donde la toledana ha encontrado el espacio para ... denunciar la trata de mujeres. A través de sus últimas obras 'Ava', ganadora en su categoría de un premio Goya 2024, y 'PornoXplotación', presentados el pasado jueves en Pasaia en un evento organizado por la asociación Gipuzkoa Feminista, Lozano hace una llamada de atención a «la clarísima demanda que gira entorno a esta vulneración de derechos contra niñas y mujeres».
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– ¿Qué consecuencias tiene que los jóvenes tengan acceso a los móviles desde edades cada vez más tempranas?
– Empiezan a consumir pornografía antes, desde los 9 años. No se habla de sexualidad en las casas, ni en familia, por lo que no tienen ninguna referencia, y pueden pensar que lo que ven en el porno, como violaciones grupales, es lo que les gusta a las chicas. Y una vez lo consumen, ¿qué es lo siguiente? Practicarlo. Y si no tienen con quién hacerlo, acuden a los prostíbulos.
– ¿Por qué está tan normalizada la prostitución?
– Porque en nuestro país es alegal. No es ni legal, ni ilegal. No es delito en ninguna parte del territorio español. La trata sí lo es, pero claro, ¿qué hay detrás de la prostitución? Trata de mujeres. Los rostros de las mujeres prostituidas tienen algo en común, y es que todas ellas llegan de países donde la pobreza y los problemas políticos abundan, y las oportunidades para las mujeres escasean.
«En países como Países Bajos o Alemania sigue habiendo muchísima trata. Son paraísos sexuales»
– ¿La representación en el cine ha contribuido en la 'glamourización' de estas mujeres?
– Yo no te digo que las 'Pretty Woman' no puedan existir. Puede que sí, puede que haya mujeres que ganen mucho dinero y que les encante tener relaciones sexuales con montones de hombres. Yo no las conozco, pero no te voy a decir que no existen. Ahora, lo que sí conozco es el porcentaje mayoritario de mujeres migrantes, jóvenes, con hijos menores a su cargo, que no han tenido otra elección y que están ahí porque es la única opción que tienen para hacer lo que todos queremos: sobrevivir, comer y dar de comer a sus hijos. No es más, no quieren ser princesas ni tener castillos. Ese es el rostro.
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– En Países Bajos o Alemania la prostitución está legalizada. ¿La trata de mujeres en estos países ha disminuido?
– Sigue habiendo muchísima trata. Hemos visto que el sistema holandés, alemán... es de total explotación a las mujeres. Las ofertan con 'tres polvos, dos perritos calientes y cuatro cervezas'. Son paraísos sexuales donde a los proxenetas les han dado maletas de hombres de negocio. Porque en el fondo y en la superficie, el sistema prostitucional está pensado por y para explotar la materia prima, que no es otra cosa que una mujer.
– ¿Qué se puede hacer para que la sociedad sea consciente de la magnitud del problema?
– Lo importante es la educación sexual. La sexualidad tiene que ver con el deseo compartido, con las relaciones igualitarias... No con relaciones de poder, donde alguien puede comprar a una mujer en situación de prostitución y hacer de todo con ella.
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«Las luces de neón han estado ahí toda la vida y no nos paramos a pensar lo que ocurre dentro»
– ¿Es esta educación sexual a la que se refiere, la manera de abolir por completo la prostitución?
– Tiene que ser todo. Tenemos que llegar a una legislación que las proteja a ellas. Una ley integral contra la trata con perspectiva de género, porque no la hay. ¿Alguien podría pensar hace 20 años que íbamos a estar en vuelos de 14 horas sin poder fumar? Ahora vemos que antes se podía fumar en espacios cerrados y nos escandalizamos y pensamos, '¡qué horror!'. Espero que algún día veamos imágenes con luces de neón con seres humanos a los que están comprando, pegando, violando, explotando y digamos, '¿cómo es posible que esto existiera?'.
– Las luces de neón son un clásico en los viajes largos de carretera y nadie se para a pensar en lo que pasa ahí dentro.
– Es que si no son consumidores es un problema que no les toca, no les importa. Es decir, paso por las luces de neón, por donde he pasado toda la vida, y ya está. Y no me pregunto '¿pero qué tipo de mujeres hay ahí?'. Porque efectivamente, no soy yo ni es mi hija. Con lo cual, como no soy yo ni es mi hija, pues tampoco me preocupa mucho. Pero claro, puede ser mi hijo, mi marido, mi hermano, mi novio... quien está consumiendo este producto.
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– ¿Cuál es el perfil de los consumidores?
– No hay un perfil. Son hombres ilustres, ricos, afamados, albañiles, panaderos, jubilados, estudiantes... De todo. Y yo me pregunto: ¿qué hacen comprando un ser humano, que ni siquiera quiere estar ahí? Si hubiera podido elegir, ahí no estaba, porque la prostitución no tiene nada que ver con la sexualidad. Tiene que ver con el poder. Yo creo que ese es el morbo que encuentran los hombres, esta idea de que 'te he comprado y vas a hacer lo que a mí me dé la gana'. El poder hacer con un ser humano lo que les dé la gana porque, supuestamente, han 'alquilado ese trozo de carne'.
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