Euskadi ha registrado 8 solicitudes de eutanasia desde que se aprobó la ley

Según se especifica en la norma, pueden solicitar la eutanasia aquellas personas que padecen un sufrimiento físico o psíquico debido a un padecimiento grave, crónico e imposibilitante o a una enfermedad grave e incurable, que una persona experimenta como intolerable y que no ha podido ser mitigado por ningún otro medio. Una condición fundamental para solicitar la eutanasia, recuerdan desde la asociación Derecho a Morir Dignamente, es que la persona solicitante «sea capaz de saber lo que está pidiendo y de entender lo que se le está diciendo por la consecuencia de la toma de decisión. Si esa persona ya no es capaz por su situación sanitaria, la decisión la sustituye el documento de voluntades anticipadas. Si no existe este documento y el paciente está incapacitado no se puede solicitar la prestación de la ayuda para morir será aprobada». La Ley 3/2021 del 24 de marzo que regula la eutanasia materializa jurídicamente la despenalización de esta prestación a través de una ley «muy garantista», – según indican desde el Servicio Vasco de Salud–, en sus procedimientos tanto para quienes aspiran a la muerte asistida como para los y las profesionales sanitarias que objetan en conciencia a la realización de estas prácticas.

Tras décadas de un profundo debate –social, ético, jurídico, político y sanitario–, hace algo más de tres meses llegó al Estado esta ley que introduce en el ordenamiento jurídico este nuevo derecho individual, la eutanasia, – que etimológicamente significa, «buena muerte»–, y que sitúa a España junto a Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Canadá como uno de los primeros países del mundo que regulan esta prestación.

Con anterioridad a la puesta en marcha de la prestación de la eutanasia, Euskadi completó todas las actuaciones que prevé la ley para garantizar el cumplimiento de este derecho. Entre ellas, destaca la creación de la Comisión de Garantía y Evaluación, compuesta por representantes de las tres diputaciones vascas, profesionales sanitarios de diferentes Organizaciones Sanitarias Integradas de Osakidetza y del Departamento vasco de Salud.

También se realizó el despliegue de la información y sensibilización necesarias para que la ciudadanía y los y las profesionales de la salud conocieran sus derechos y obligaciones en relación a la nueva norma. Además, el Departamento vasco de Salud ofreció formación al personal sanitario sobre la Ley desde los puntos de vista técnico, ético y jurídico. En la primera semana que la norma estuvo en vigor más de un millar de profesionales sanitarios vascos solicitaron formarse para aplicar la eutanasia.

Asimismo, se llevaron a cabo otras derivadas de la aplicación de la ley, como son los necesarios cambios en la historia clínica electrónica; facilitar la labor del médico responsable y del médico consultor, así como de la propia comisión, y también la formalización del registro para la objeción de conciencia, en el que desde el pasado día 22 de junio cualquier profesional sanitario de cualquier ámbito en Euskadi, puede declarar su objeción de conciencia ante la prestación de la ayuda para morir.