Mar España: «Los móviles deberían estar prohibidos en las ocho horas lectivas»

- Que los menores están desprotegidos en internet es ya un hecho. ¿Le preocupa?

- Estamos muy preocupados. La propia memoria de la Fiscalía vasca lo resalta. Cada vez se registran más casos de delitos o infracciones donde los menores son víctimas y también donde los menores, en ocasiones, están cometiendo delitos a través de redes sociales como Instagram, WhatsApp o TikTok sin que ni siquiera sean conscientes de ello.

Pongo el caso de los chavales de Almendralejo, donde además en el mismo grupo estaban los hermanos. Uno era agresor y la niña era la víctima. Es inconcebible que niños con 9, 10 u 11 años estén cometiendo delitos, creando perfiles falsos con inteligencia artificial de sus compañeros de clase y perjudicando su imagen para siempre. Eso no puede pasar. Tenemos que empezar a enseñar en la Educación Primaria la responsabilidad penal y que las familias sean conscientes.

- ¿Han aumentado las solicitudes para retirar este tipo de contenido sin consentimiento?

- No excesivamente, aunque desde que pusimos en marcha el canal prioritario hace cinco años hemos recibido 200 retiradas urgentes de contenido. El año pasado tuvimos una efectividad del 100% y conseguimos la retirada de las órdenes que lanzamos en menos de 72 horas. Podemos pedir a las compañías que cierren 'x' cuenta y si nos consta quién lo ha grabado y difundido, por supuesto podemos iniciar un procedimiento sancionador por vulnerar la privacidad. Los padres pueden acabar teniendo que responder administrativamente por los delitos que estén cometiendo sus hijos en internet y desde luego, los niños mayores de 14 años tienen responsabilidad penal. Es muy importante concienciar de que si yo estoy en un grupo de WhatsApp y recibo un vídeo sexual, si lo reenvío, estoy cometiendo un delito, y eso todavía los jóvenes no lo saben.

- La Agencia ha publicado recientemente un protocolo respecto al uso del móvil en los centros. Grabar una pelea en el colegio o difundir una foto de un compañero podría conllevar multas...

- Sí. Desde el punto de vista de privacidad queremos advertir a los centros de que si se produce un tratamiento de datos ilegal con el móvil de un alumno, el centro es guardador de hecho de los menores y puede acabar siendo responsable. También queremos poner en valor a las comunidades autónomas donde ya se prohibió el acceso de móviles, donde se han demostrado ventajas clarísimas: ha disminuido significativamente el ciberacoso y ha aumentado el rendimiento escolar. Entonces, si solo son ventajas y minimizamos el daño, ¿por qué no se prohibe de manera generalizada el acceso a los móviles en esas ocho horas lectivas?

- ¿Qué ha motivado la elaboración de este protocolo? ¿Ha sido un golpe sobre la mesa?

- Estamos muy preocupados y tratamos minimizar el daño. En la agencia, hace cinco años, creamos el grupo de trabajo sobre 'Menores, Salud digital y Privacidad', donde están las sociedades científicas, el Consejo General de Médicos, de Psicólogos y el de Psicopedagogos. Todos los expertos en salud y en neurodesarrollo nos dicen que no es bueno dar un smartphone a un menor que está en pleno proceso de desarrollar su personalidad, su cerebro y su comportamiento. Desde que se creó este grupo estamos escuchando a las sociedades científicas y viendo casos de niños que están cometiendo delitos sin que sean conscientes de las consecuencias de lo que están haciendo y adolescentes que se están suicidando por un caso de venganza sexual y de difusión de vídeos sexuales.

- Hace un llamamiento «a la responsabilidad de las familias»...

- Creo que un paso fundamental es que las familias sean conscientes y que, al igual que a nadie se le ocurriría dar una botella de vino o un paquete de tabaco a un niño con 12 años, ¿por qué se está dando una pantalla con barra libre digital sin ningún tipo de control a niños, a bebés?

Es mucho más fácil retrasar la entrega de un smartphone hasta los 16 años si hay un pacto social. Quiero felicitar a las familias vascas porque parte del movimiento social que se ha creado en nuestro país vino del País Vasco junto con Cataluña.

- ¿Quién regula los derechos digitales de los menores?

- La propia ley orgánica de Protección de Datos, que tuvo una enmienda en el Congreso y se añadió un título décimo, el de la garantía de los derechos digitales, desde el año 2018. Y ahí sí que habla, en el artículo 84, de que los padres y las madres tienen que procurar el uso equilibrado de los dispositivos digitales. Y en el 92, que los centros educativos y cualquier persona, cuanto física o jurídica que se relacione con menores de edad, tiene que garantizar la protección de internet del menor. Desde hace cinco años estamos trabajando en este tema. En diciembre del año pasado publicamos la Estrategia Global sobre Menores, Salud Digital y Educación, que recoge acciones prioritarias a desarrollar. Por ejemplo, en el anteproyecto de la Ley de Protección Integral de la infancia y la adolescencia, se ha incorporado, como pedimos, elevar el acceso de 14 a 16 años para que los menores puedan prestar consentimiento para tratar sus datos personales.

- ¿Cómo es posible que un menor tenga vía libre para acceder a una página porno?

- Por eso son superimportantes los sistemas de verificación de edad. Hemos probado con éxito que funcionan en lo que hemos llamado pruebas de concepto, es decir, en los tres principales sistemas operativos que son iOS, Android y Windows. Nos hemos reunido con toda la industria de internet y nadie ha podido desmontarlo. Sin estos sistemas de verificación, basta un 'clic' para que un niño con 8 años, cuando le regalan el smartphone, vea imágenes y vídeos salvajes que a ti y a mí nos darían pesadillas. Violar a un cadáver, a un bebé... son cosas tremendas. Y es lo que están viendo los adolescentes, porno duro. Por otro lado, hemos iniciado procedimientos sancionadores en España a las páginas principales de pornografía, con multas de hasta 500.000 euros. Ninguna cumplía con una verificación de edad adecuada de los menores y esto es salvaje. También nos estamos coordinando con otras autoridades europeas para que las redes sociales o las páginas de pornografía de mayor impacto en los jóvenes tengan unas garantías de acceso exclusivas de adultos.

- Ha mencionado la necesidad de alcanzar un pacto social...

- Sí, porque no basta solo con un cambio normativo. Es necesario la implicación de todos: familias, Gobierno, comunidades autónomas -con las competencias más importantes que tienen en educación y en salud-, la industria de internet (videojuegos, buscadores...), la propia industria del porno, y las empresas que fabrican los dispositivos electrónicos. Hace falta una estrategia conjunta.

- 'Fumar mata'. ¿Haría falta un mensaje igual de contundente para el uso de internet por parte de los menores?

- Al igual que la industria tabaquera advierte de ello cuando compramos un paquete de tabaco, espero que algún día, cuando se venda un teléfono a un menor, se regule la publicidad de que puede provocar adicción y daños en la salud física y mental. Y por otro lado, al igual que se hace el seguimiento de un bebé, de cómo está y cómo va aumentando el percentil, los sistemas de salud podrían establecer desde edades tempranas cómo prevenir los riesgos, advertir de que no pueden consumir pantallas porque es la etapa máxima de plasticidad cerebral, etcétera. En el mundo analógico, las familias podemos ver los peligros físicos, pero en el mundo de internet los algoritmos que utilizan las redes sociales, la industria del porno y de los videojuegos perjudican gravemente la salud de los menores. Son algoritmos ilegales, adictivos y engañosos que van a estar influyendo en el comportamiento y en las decisiones de esos menores. Por eso la importancia de hacer un acompañamiento y supervisión con sistemas de control parental.

- ¿Estamos a tiempo de salvar a esta generación?

- Bueno, creo que ya hay daños que en algunos casos están siendo irreversibles. Por ejemplo, a nivel de salud física, los médicos están viendo problemas de miopía irreversibles por este consumo de pantallas. A nivel de salud mental, uno de cada tres adolescentes está medicado por problemas de ansiedad y de depresión y han aumentado los casos de hospitalización, al igual que la tasa de suicidios un 300%; el coeficiente intelectual y el índice de lectoescritura han bajado... Es decir, ya tenemos indicadores que nos advierten de que algo grave está pasando

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