«La fusión es la mejor opción de futuro»
En mayo de 2023 tres colegios donostiarras anunciaron que se unían y ocho meses después elaboran su integración «con ilusión, mucho trabajo y una parte dolorosa»
El anuncio en mayo de 2023 de la fusión de tres colegios donostiarras fue la constatación de que la baja natalidad está ya cambiando el panorama educativo actual. Los colegios viven inmersos en la preocupación de lo que el futuro va a depararles y qué camino deben tomar ante la falta de niños, que en el peor de los casos obliga a sus responsable a decir adiós a su proyecto educativo tal y como ha sucedido esta semana con la confirmación de que el Sciencia Karmelo de Donostia, con 290 estudiantes, cierra sus puertas a finales de curso.
Ocho meses después de que Santa Teresa Ikastetxea, Larramendi Ikastetxea y Jesuitinak Donostia pusieran la maquinaria en marcha para que esa unión fuera una realidad que comenzó en septiembre pasado en las aulas de los niños más pequeños (0, 1, 2 y 3 años), ahora trabajan en los siguientes pasos de manera «intensa», no exenta de «alguna que otra discusión», pero siempre con un «espíritu de construcción».
«Aspiramos a ser un colegio de referencia con dos líneas potentes por curso; hay que ver cómo va la natalidad»
Garbiñe Moreno
Santa Teresa Ikastetxea
Los tres directores –Jokin Guilisagasti, de Larramendi; Mari Fe Arruti, de Jesuitinak; y Garbiñe Moreno, de Santa Teresa, que están dando forma al nuevo colegio ubicado en el edificio de Ibaeta (Santa Teresa Ikastetxea)– se reafirman en el convencimiento de que la opción de una fusión «era la mejor de las posibilidades» porque les otorga un futuro que por separado no hubieran conseguido. «No podemos más que mostrar gratitud por la apuesta que han hecho las congregaciones», dicen cuando se les pregunta por el próximo cierre del Karmelo. «Empatizamos mucho con su dolor, para nosotros la fusión era la mejor opción de futuro», asegura Jokin Guilisagasti.
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Tienen claro ya cuáles serán los siguientes pasos en el trazo gordo. El próximo curso, 2024-25, irán a las «instalaciones de Ibaeta» todos los alumnos de Infantil y Primaria de «los edificios del Antiguo (Larramendi) y de Aiete (Jesuitinak)». Esa manera de decir, dejando atrás el nombre propio de cada colegio, es intencionada. «Forma parte de la pedagogía que estamos haciendo», explica Garbiñe Moreno. «Para que nadie sienta que un centro tiene más peso que otro. Esto es un trabajo a tres bandas en el que todos tienen el mismo peso», insiste.
«No podemos más que mostrar gratitud por la apuesta que han hecho las congregaciones en optar por la fusión de los tres»
Jokin Guilisagasti
Larramendi Ikastetxea
Para 2025-26 los estudiantes de 1º, 2º y 3º de la ESO irán a Ibaeta y los de 4º y Bachiller, al Antiguo hasta que completen sus estudios. Eso supone que Jesuitinak dejará de tener alumnos para junio del año que viene, cuando acabe el curso de 2025. «En Aiete las instalaciones se quedarán vacías de estudiantes tal y como las conocemos ahora», dice Mari Fe Arruti. «Eso supone también nuestro propio proceso de duelo porque son muchos años y te da pena».
Más allá de esas fechas hay planes que hay que dar forma. «Estamos mirando abrirnos a grados de FP pero todavía no sabemos si sería en Ibaeta o en el Antiguo», explica Guilisagasti. «Nos movemos entre qué vamos a hacer el año que viene y cuál es la velocidad que le vamos a poder imprimir a la transformación del centro que queremos ser».
«La parte más dolorosa es la de los trabajadores, se está trabajando en dar una salida, pero no será posible para todos»
Mari Fe Arruti
Jesuitinak Donostia
Aspiran a ser un colegio «de referencia con dos líneas potentes en cada curso, pero luego hay que ver cómo va la natalidad», indica Arruti. «En breve se abren las matrículas para las aulas de Infantil y Primaria para el curso que viene y tenemos que ver qué respuesta tenemos por parte de las familias». Momentos antes ha compartido con sus compañeros su felicidad porque esta semana se incorporan cinco bebés al aula de 0 años. «Es una alegría, no lo voy a ocultar».
En estos meses han sentido más de una vez «el vértigo» de todo lo que han tenido que gestionar. «¡Y lo que nos queda!», exclaman. Son prudentes en su resumen desde el pasado mayo hasta aquí. «La integración de alumnos y personal está yendo bien. Además contamos con la comprensión de las familias, algo fundamental para nosotros». Han buscado en todo momento que la transición sea «lo más sencilla posible». Entre las medidas: autobuses lanzadera desde el Antiguo y Aiete a Ibaeta. «Estamos aprendiendo mucho, a veces con el método de prueba error».
Les queda mucha letra pequeña entre cómo plantear las clases, qué proyectos se pueden hacer o cómo presentar la materia. «Los tres hacemos cosas parecidas, vamos buscando el consenso», dice Guilisagasti. La parte «más dolorosa» es la del personal. «Se está trabajando en dar una salida a los trabajadores, pero no será posible en todos los casos, esa es una realidad», explica Moreno.
Entre la «multitud de cosas pendientes» está el propio nombre del colegio. «Tiene que estar para finales de mayo. No es una tarea sencilla», señala Moreno. Lo que ya ha empezado es el contacto entre los alumnos. «Es la parte más bonita. Algunos comparten autobús y se van conociendo. Además tocamos juntos en la Tamborrada este año y en Olentzero participamos de los tres centros».
École Larrun aclara que mantiene su actividad docente
El colegio francés en Donostia Larrun École Basco Française se vio ayer obligado a aclarar que continúa con su actividad «con total normalidad», debido a que comparte edificio con el centro Sciencia Karmelo Ikastetxea que el martes anunció que cerraba sus puertas a finales de este curso por el descenso constante de matriculaciones a causa de la baja natalidad. A través de un comunicado dirigido a las «familias» y «amigos» del centro, que abrió sus puertas en el curso 2020-21, quiere «dejar claro» que la situación del su colegio vecino «no afecta en nada a École Larrun». «Probablemente os habréis enterado del cierre del colegio Scientia Karmelo (centro con el que compartimos edificio)», arranca la nota, y explica que «Larrun école basco-française es un proyecto independiente, una cooperativa de enseñanza que alquila una parte de un edificio para desarrollar su actividad» por lo que «sigue su desarrollo con total normalidad, creciendo de un nivel cada curso y desarrollando su proyecto pedagógico y lingüístico único en el territorio». Además en la nota muestran «toda nuestra solidaridad y apoyo para los equipos docentes de Scientia Karmelo y a las familias afectadas. Esperamos que todo pueda solucionarse de la mejor manera posible». El centro ubicado frente al estadio de Anoeta en el barrio de Amara ofrece una inmersión trilingüe a sus alumnos de Educación Infantil en euskera, castellano y francés. Este es su tercer curso educativo donde estudian alrededor de un centenar de alumnos provenientes fundamentalmente de las comarcas de Donostialdea y Bidasoa. Con la etapa de Infantil ya completa este año han iniciado la de Primaria. En su puesta de largo oficial celebrada en enero del año 2022, sus responsables se marcaron como objetivos «avanzar en la creación de una ciudadanía transfronteriza» y destacaron que el proyecto se basa en la «innovación, experimentación y en un modelo pedagógico pionero».
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