«El descenso de matrículas pone en peligro la viabilidad de algunos colegios»

– Ha sido un curso intenso. ¿Qué valoración hacen desde la dirección?

– La valoración es positiva, miramos el futuro con esperanza, pero no negamos que el contexto social es complicado, especialmente por esa acusada bajada de la natalidad que está afectando a todas las redes educativas en el número de matrículas. Nosotros, con la que está cayendo, nos damos por satisfechos con los datos de matriculación que hemos cerrado para el curso que viene.

¿Qué les dice eso?

– Que las familias de Euskadi nos ratifican como la red principal del País Vasco. Estamos muy agradecidos por la confianza que depositan en nosotros año tras año. No es fácil mantener activos 122 colegios, de los cuales hay varios ya con más de 100 años de historia. El sistema educativo de Euskadi se ha podido sostener históricamente por el aporte de Kristau Eskola.

– Cuando parecía que ya estaba resuelto, el conflicto del convenio colectivo ha resurgido con fuerza en las últimas semanas. ¿En qué punto están ahora?

– Estamos trasladando ese acuerdo de fin de huelga –firmado en febrero– al articulado del convenio. Es obvio que ha habido un conflicto entre ambas partes, eso es así. Nos está costando entendernos. Cuando alcanzamos el acuerdo en febrero fue una buena noticia, porque para nosotros era importante entrar en el periodo de matrículas con todo despejado.

– ¿Por qué?

– Porque no queríamos que las familias tomaran una decisión así de importante en un clima de huelga y crispación. Quiero destacar una cosa, que cuantos más centros podamos mantener desde Kristau Eskola más puestos de trabajo estarán garantizados. Eso es algo muy importante para nosotros. Desde el máximo respeto que tengo por todas las partes, ahora apelo a la responsabilidad para poner fin a este problema.

– ¿A qué se refiere?

– A la demagogia que ha habido en parte del proceso. Se han difundido informaciones falsas por parte de los sindicatos y yo siempre digo que una mentira dicha 20 veces sigue sin ser una verdad.

– ¿Qué opina del cierre del colegio donostiarra Karmelo –comprado por el grupo Scientia School en 2019–?

– Aquí también quiero dejar claro que no nos gustó nada, en absoluto, que los trabajadores nos acusaran hace unas semanas de querer hacer negocio con la educación. Eso es rotundamente falso. A partir de aquí, ellos saben que tienen todo nuestro apoyo, pero nosotros no somos los empleadores, es el grupo Scientia. En este sentido sí que puedo decir que las prácticas que ha llevado este grupo no están acordes con los valores de Kristau Eskola.

– ¿Van a tomar alguna medida?

– Estamos revisando todo lo que ha pasado y haciendo un profundo análisis interno para conocer todos los detalles. Que a nadie se le olvide que nosotros somos también parte afectada en este problema.

– Hay algunos centros que, para evitar su desaparición, se fusionan, como en el reciente caso de Larramendi, Jesuitinas y Santa Teresa. ¿Se van a dar más casos en el futuro?

– Es probable. Conocemos las dificultades que están atravesando algunos de nuestros colegios. El descenso de las matriculaciones por la caída de la natalidad pone en peligro la viabilidad de algunos, y en esos casos les hablamos sobre la posibilidad de la fusión con otros colegios. No son procesos fáciles ni rápidos, hay algunos que acaban bien, como el que ha citado, y otros que no han cristalizado. Se llevan siempre en estricta confidencialidad y requieren de muchísima generosidad por todas las partes.

– ¿Por qué algunos centros de Kristau Eskola están cambiando ahora su titularidad?

– Eso es algo que responde a la reorganización interna de las instituciones. Las instituciones religiosas, como muchos saben, no están precisamente creciendo y por eso necesitan nuevas organizaciones internas para seguir existiendo. Lo que sí me gustaría dejar claro es que por mucho que la entidad titular del centro esté en Madrid, el proyecto educativo va a ser el mismo.

– ¿Las familias vascas que eligen llevar a sus hijos a colegios cristianos siguen haciéndolo por convicción religiosa?

– Algunas sí. Otras, y no pasa nada por reconocerlo, no. Hay quienes nos eligen por la calidad de nuestro proyecto educativo y no por nuestras convicciones religiosas.

– Cambiando de tercio, sigue existiendo mucha confusión entre las familias con el tema de las cuotas en la concertada. ¿Lo puede aclarar?

– Claro. A ver, si la nueva ley vasca de educación –aprobada en diciembre de 2023– hubiera determinado que la gratuidad era plena desde ese mismo día, eso habría significado que la financiación para los centros también tendría que ser plena desde ese primer día... Y eso no se anunció así. Se habló de una progresión, y quedó escrito, que apuntaba al año 2034 para el cumplimiento final de la financiación plena para los colegios. Es decir, una familia de la concertada va a pagar en este mes de septiembre menos que hace un año, y en 2025 el gasto será aún menor... Es una medida progresiva.

– Las publicaciones de los índices de vulnerabilidad han generado en los últimos tiempos mucha polémica. ¿Qué le parecen?

– En primer lugar, en Kristau Eskola la atención al vulnerable y al diferente la llevamos en el ADN. En este aspecto no voy a dejar que nadie nos dé ni una sola lección. Cuando leo eso de que 'la concertada segrega' me enfado muchísimo, porque es falso. Dicho esto, cuando el Departamento de Educación nos hace el planteamiento de los índices de vulnerabilidad para evitar la segregación escolar, nosotros decimos que sí, pero tampoco podemos estar de acuerdo al 100% en todo con ellos.