Una etiqueta del sistema Nutri-Score en una caja de pizzas. DV

Las etiquetas de nutri-score, bajo revisión académica: «No considera todos los componentes de los alimentos y tiene sesgos»

Expertos plantean que una actualización del modelo de etiquetado permitiría valorar con mayor equilibrio productos tradicionales frente a los ultraprocesados al penalizar alimentos tradicionales como el aceite de oliva

J. F.

Jueves, 16 de octubre 2025, 13:44

El interés del consumidor por lo que incorpora a su cesta de la compra y el cuidado por la salud a través de la alimentación es creciente, de ahí la importancia que se concede al etiquetado de los envases y la información nutricional que éstos ofrecen. En pleno debate sobre su utilidad ha irrumpido la voz del académico de número de la Real Academia Europea de Doctores, Rafael Urrialde, quien ha calificado el sistema Nutri-Score como deficiente, destacando que a su parecer «no funciona».

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La crítica principal radica en que el sistema Nutri-Score «no tiene en cuenta todos los componentes de los alimentos». Urrialde puntualiza que esta deficiencia se observa, por ejemplo, «con el aceite de oliva». El académico argumenta que la metodología de Nutri-Score «no es equitativa» y «hace sesgos dependiendo de la composición». Estas limitaciones son la razón por la que, en su opinión, el sistema resulta ineficaz.

Ante las deficiencias percibidas en Nutri-Score, Urrialde ha abogado por un sistema de etiquetado alternativo. En lugar de utilizar el esquema actual, el experto propone utilizar etiquetados frontales con alertas específicas sobre el consumo en exceso de ciertos componentes. Estas alertas «deberían enfocarse en ingredientes como grasas, azúcar y sal».

Mejorar la claridad y la responsabilidad en la comunicación alimentaria es clave, especialmente en un momento en que la consistencia en la información alimentaria se considera una condición indispensable para la salud pública y la confianza del consumidor. El debate en torno a los sistemas de etiquetado frontal en los envases ha escalado en Europa, centrándose en la adopción e implementación del logotipo Nutri-Score. Aunque países como Francia, Bélgica, España, Luxemburgo, Alemania, Países Bajos y Suiza lo han adoptado oficialmente, o lo están considerando, las críticas persisten en la academia y los sectores agroalimentarios.

Así funciona Nutri-Score

Nutri-Score, sistema que defiende la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) es un logotipo frontal que utiliza una escala de cinco colores (del verde oscuro al naranja oscuro) asociados a letras de la A (mejor opción nutricional) a la E (menos buena opción nutricional). Su propósito es permitir a los consumidores evaluar rápidamente la calidad nutricional de los alimentos envasados y comparar productos dentro de una misma categoría o entre grupos similares.

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El sistema se basa en un algoritmo que fue desarrollado originalmente en Gran Bretaña en 2005 por un equipo de investigadores de Oxford para regular la publicidad dirigida a niños, y fue adoptado por la Food Standards Agency (FSA). Francia adaptó este algoritmo en 2015 para crear el Nutri-Score, conocido inicialmente como 5C. La metodología original establece puntos negativos («A») para componentes considerados desfavorables (calorías, azúcares simples, ácidos grasos saturados y sodio), y puntos positivos («C») para elementos favorables (proteínas, fibra, y porcentaje de frutas, hortalizas, leguminosas, frutos secos y aceites de oliva, colza y nuez). La puntuación final se obtiene restando los puntos favorables de los desfavorables, con ciertas condiciones basadas en la cantidad de puntos negativos y el contenido de elementos favorables.

El algoritmo de Nutri-Score utiliza un enfoque «transversal» donde todos los alimentos se calculan bajo los mismos criterios, aunque se hacen excepciones para tres grupos específicos: quesos, grasas añadidas y bebidas. La información necesaria para el cálculo proviene de la declaración nutricional obligatoria en el reverso de los envases.

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Argumentos a favor del Nutri-Score

Los defensores de Nutri-Score, incluidos investigadores y organizaciones de salud pública, señalan que el sistema es una herramienta práctica respaldada por una base científica sólida.

Validación científica

  • El perfil nutricional subyacente al cálculo del Nutri-Score ha sido validado por más de 70 artículos científicos publicados por diferentes equipos internacionales, demostrando que permite clasificar los grupos alimentarios de forma coherente con las recomendaciones nutricionales

  • Numerosos estudios demuestran su eficacia y su superioridad sobre otros formatos de etiquetado propuestos por actores económicos

  • Se ha demostrado que es el más fácil de identificar y entender, incluso en poblaciones con bajo nivel socioeconómico o con pocos conocimientos de nutrición

  • Su puntuación se asocia con la prevención de enfermedades crónicas relacionadas con la nutrición, como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, el síndrome metabólico y la obesidad.

Cabe señalar además que un estudio de simulación sugirió que el despliegue de Nutri-Score en Francia podría reducir la mortalidad anual por enfermedades crónicas en un 3.4%

Objetivos de salud pública

  • El sistema tiene el objetivo de informar al consumidor en el momento de la compra para que tome decisiones más saludables

  • También se busca incitar a la industria alimentaria a reformular sus productos, reduciendo el contenido de nutrientes desfavorables, para obtener una mejor clasificación (A o B). El Comité Científico del Nutri-Score considera que el algoritmo funciona bien globalmente, aunque ha introducido mejoras para corregir limitaciones, manteniendo la coherencia general del sistema

  • El Nutri-Score permite al consumidor comparar la calidad nutricional entre alimentos de la misma categoría o de categorías diferentes que se consumen en el mismo momento (como los alimentos del desayuno)

  • Las organizaciones de consumidores en España, como la OCU y la CECU, apoyan Nutri-Score, pidiendo que se adopte de forma obligatoria a nivel europeo

Posturas críticas

A pesar del apoyo científico, el Nutri-Score enfrenta un rechazo significativo por parte de la industria agroalimentaria (especialmente los sectores de aceite de oliva y cerdo ibérico), partidos políticos de la oposición en España, y algunas sociedades científicas de nutrición.

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- El académico Rafael Urrialde ha calificado a Nutri-Score como deficiente y ha señalado que «no funciona» porque no tiene en cuenta todos los componentes de los alimentos, mencionando como ejemplo el aceite de oliva.

- Se argumenta que la metodología del Nutri-Score «no es equitativa» y «hace sesgos dependiendo de la composición».

- La crítica principal a la versión original se centró en que productos con propiedades muy saludables, como el aceite de oliva, obtenían una calificación intermedia (amarillo o C) debido a su alto contenido en grasas, mientras que refrescos «light» podían obtener un semáforo verde. Esto se debe a que el Nutri-Score se basa en el contenido por 100 gramos/mililitros, y no por porción de consumo, lo cual penaliza alimentos concentrados como los aceites.

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- La Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) se ha posicionado mayoritariamente en contra de Nutri-Score, oponiéndose a su aval.

- Italia ha solicitado la exclusión del etiquetado frontal para las Denominaciones de Origen Protegidas (DOPs) e Indicaciones Geográficas Protegidas (IGPs), y se opone al Nutri-Score, considerándolo «simplista y muy peligroso» porque penaliza alimentos tradicionales y esenciales de la dieta mediterránea, como el aceite de oliva, los quesos y el jamón. Italia propone un sistema alternativo, el Nutri-Inform, basado en porciones y un sistema de «baterías».

- Algunos expertos señalan que el sistema de Nutri-Score, al basarse en un algoritmo de compensación (puntos positivos compensan a los negativos), puede ser utilizado por la industria para reformular mínimamente productos ultraprocesados (por ejemplo, añadiendo fibra o proteínas) y que obtengan una A o B sin ser realmente saludables.

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- Nutri-Score no contempla factores importantes para la salud, la identidad y la tradición, como el disfrute sensorial, la confianza en los productores, el método de elaboración o la procedencia de la materia prima.

- Existe el riesgo de que los consumidores comparen incorrectamente productos de categorías muy distintas (como cereales de desayuno con sardinas en lata) basándose únicamente en la letra y el color.

Alternativas propuestas

Durante los últimos tiempos han surgido diversas alternativas. Así Urrialde propone sistemas de etiquetado frontal con alertas específicas sobre el consumo en exceso de grasas, azúcar y sal. También se han considerado etiquetar advertencias con sellos, como los de Chile o México, que los detractores de Nutri-Score consideran más efectivos para desincentivar la compra de productos no saludables, ya que indican la presencia de nutrientes en exceso, al estilo de las cajetillas de tabaco.

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Nutri-Score, y los sistemas tipo semáforo simple, tienen la limitación de no considerar la presencia de edulcorantes acalóricos en la versión original, lo que permite que refrescos «light» obtengan una calificación favorable a pesar de su nulo valor nutricional.

Ante las críticas sobre su coherencia con las recomendaciones nutricionales, especialmente respecto a alimentos como el aceite de oliva y los quesos, el Comité Científico Europeo de Nutri-Score ha ido introduciendo algunas modificaciones a su algoritmo. Estas actualizaciones tienen como objetivo corregir limitaciones como la clasificación de aceites, pescados grasos, productos integrales, frutos secos y quesos, y penalizar más a los alimentos con alto contenido de azúcar o sal.

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Modificaciones recientes en el algoritmo de Nutri-Score

  • Mejor diferenciación de alimentos en función de su contenido de sal y azúcar

  • Mejor diferenciación entre alimentos de grano entero, ricos en fibra, y los refinados

  • Mejor clasificación de pescados azules y aceites con bajo contenido en grasas saturadas (como el aceite de oliva, que en la última revisión pasó a ser clasificado como B)

  • Mejor diferenciación entre lácteos azucarados y no azucarados, así como entre tipos de quesos

  • Mejor clasificación de la carne de pollo en comparación con la carne roja

Estas modificaciones buscan una mejor alineación entre las clasificaciones obtenidas por Nutri-Score y las recomendaciones dietéticas vigentes en los países europeos que lo han adoptado. El nuevo algoritmo para alimentos sólidos se implementaron para productos comercializados desde el 31 de diciembre de 2023.

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