Candi, el otro caso trans que coincide en el tiempo con el ertzaina acusado de malos tratos
Este asturiano que se cambió de sexo el año pasado tiene dos condenas por malos tratos
M Madinabeitia
Martes, 27 de agosto 2024, 14:05
El caso del ertzaina detenido el pasado fin de semana tras amenazar con un cuchillo de cocina a su mujer en la vivienda que ambos compartían con sus dos hijas pequeñas en el barrio donostiarra de Txomin se ha adentrado en un camino judicial laberíntico.
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El cambio de sexo al que se sometió el agente en noviembre podría provocar que el suceso no sea tramitado como un caso de violencia de género. En ese caso, acabaría en un juzgado ordinario como un delito de violencia común o doméstica, ya que la pareja residía en el mismo domicilio donde tuvieron lugar los hechos.
El caso, tan mediático, ha coincidido en el tiempo con otros que se están dando a conocer en el resto del Estado. Como por ejemplo sucede con Candi, una mujer transgénero con dos condenas por malos tratos. Según informa el diario ABC, Candi está registrada como mujer transgénero desde julio de 2023. Cuando recibió el primer DNI que la identifica en femenino ya había pasado una primera etapa en la cárcel tras una condena por violencia de género a su primera pareja.
Ahora, este asturiano que lleva décadas viviendo en Sevilla sigue a la espera de una petición de indulto de otra condena por malos tratos a su siguiente pareja. Ambas denuncias y condenas señalaban a Cándido del Cerro, el hombre que hasta hace un año habitaba en el cuerpo de Candi.
Aunque en ambas relaciones quedó demostrada la culpabilidad de Cándido, Candi se declara ahora inocente e insiste en que su cambio de sexo no guarda relación con los diferentes procesos judiciales abiertos, ni tampoco con el salvoconducto que para numerosos defraudadores ha supuesto la ley trans que impulsó Irene Montero. «Yo no he intentado hacer ningún fraude de ley, pero quiero insistir en que aquel delito se cometió en el año 2015 y ya está prescrito».
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Candi explica que empezó a sentirse mujer en 2020, después de su paso por la cárcel. Un sentimiento que «más o menos» afloró tras haber tenido relaciones con compañeros de cautiverio. Lamenta que durante todo este proceso esté sufriendo «mucha discriminación», especialmente «por parte de los cuerpos de seguridad del Estado, que se fijan más en mi físico que en lo que siento como persona».
Candi lamenta que su caso se haya solapado en el tiempo con el del ertzaina trans que la semana pasada fue detenido por agredir a su pareja tras registrarse como mujer. «Es una estupidez porque las mentiras tienen las patas muy cortas. Mi caso es el de un padre que fue a pedir explicaciones tras enterarse que a sus hijos se los habían llevado a un centro tutelado, con una hija de quince años en coma etílico. Ella fue la que me golpeó».
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