El atún rojo podría trasladar su zona de cría al Golfo de Vizcaya y otras regiones más frías en 50 años
Un estudio internacional concluye que el aumento de temperatura del Mediterráneo, su principal zona de reproducción, hará que la especie tenga que trasladarse a otros lugares para desovar si quiere garantizar su supervivencia
¿Imaginan al atún rojo de almadraba convertido en un icono de la gastronomía vasca? Esto que ahora puede parecernos ciencia ficción puede ser una ... realidad dentro de medio siglo por el cambio climático. Una investigación internacional concluye que el aumento proyectado de la temperatura del agua en el Mediterráneo -la principal zona de reproducción de estos túnidos- en los próximos 50 años podría provocar la reubicación potencial de las zonas de cría de esta especie, trasladándolas hacia el Golfo de Vizcaya u otras áreas de temperaturas más frías.
El regreso del atún rojo a las aguas del norte de Europa ha quedado acreditado en los último años y es, según los expertos, «un éxito para la conservación» de la especie. Pero ahora, el estudio dirigido por la Universidad de Southampton, en colaboración con el centro tecnológico AZTI y el British Antarctic Survey, entre otros, y cuyo resultados acaba de publicar la revista Nature, da un paso más y recoge la posibilidad de que en el futuro la población de atún rojo que actualmente se reproduce y se cría en el Mar Mediterráneo tenga que reubicarse en otras regiones para poder sobrevivir en un escenario de calentamiento global. De ser así, esto significaría que la especie ya no pasaría por el Estrecho de Gibraltar en su ruta desde el Atlántico para desovar en el Mediterráneo. Un viaje que entre mayo y junio es sinónimo de temporada de almadraba en Cádiz, uno de los principales potenciales económicos de la provincia y una de sus joyas gastronómicas, y cuyo futuro, si se cumplen las previsiones del estudio, se antoja complicado.
«Esto plantea la necesidad de adaptar la gestión de la pesca de esta especie de acuerdo con su futura distribución y el establecimiento de nuevas áreas de cría y productividad», indican los investigadores. Lo que viene a poner el foco también en el traslado de la industria pesquera en torno a este especie a regiones más al norte, entre ellas el Golfo de Vizcaya. Así lo explica Clive Trueman, catedrático de Ecología Geoquímica de la Universidad de Southampton y autor principal del estudio. «Hemos descubierto que temperaturas superiores a los 28ºC repercutirán negativamente en el crecimiento del atún rojo. Basándonos en proyecciones de modelos climáticos globales, demostramos que la mayor parte del Mar Mediterráneo superará ese umbral en los próximos 50 años, haciendo que sea demasiado cálido para los juveniles de atún rojo que nacen allí. Esto podría llevar a un traslado potencial de las zonas de cría fuera del Mediterráneo, como al Golfo de Vizcaya u otras regiones más frías, exponiendo a los juveniles de atún a las pesquerías existentes de otras especies».
El atún rojo desova a ambos lados del océano Atlántico y los investigadores han detectado que esta tendencia no se limita solo al Atlántico este. «También estamos viendo que en el Atlántico oeste el atún rojo se está reproduciendo fuera del golfo de México, especialmente frente al noreste de los Estados Unidos, en el Slope Sea. Esto podría deberse al aumento de temperatura dentro del Golfo de México en verano, que ya supera en gran parte la temperatura óptima del atún rojo. Aunque aún no se puede confirmar como la causa, podría indicar que la población del Atlántico este y Mediterráneo actúe de manera similar, buscando alternativas para la reproducción» agrega la investigadora experta en gestión pesquera de Azti, Igaratza Fraile.
Lo que está por ver es cómo se adaptará la especie a esas nuevas zonas de reproducción, porque de ello dependerá no solo su supervivencia si no también la sostenibilidad de las pesquerías, se advierte en el estudio.
En el marco de este cambio de comportamiento en los hábitos del atún rojo, cabe recordar que el pasado mes de abril, Itsas Balfegó, una compañía creada por la catalana Balfegó y el centro de investigación Azti presentaron al Gobierno Vasco un proyecto para iniciar la actividad de engorde de atún rojo vivo con la instalación de dos jaulas sumergibles a unas 3,688 millas náuticas del puerto de Getaria. El proyecto tiene como objetivo «iniciar la actividad de engorde de atún rojo vivo en Euskadi procedente de capturas realizadas por barcos de pesca en el Cantábrico». Para ello, plantea transferir las capturas en vivo realizadas por pesqueros de cerco «haciendo pasar los ejemplares vivos desde la red de cerco hasta una jaula de transporte flotante en alta mar» para ser trasladados hasta la instalación de engorde, dos jaulas de 50 metros de diámetro.
Un método innovador para el estudio basado en el análisis del otolito
Para determinar la temperatura límite para el desarrollo de los atunes rojos, el equipo de investigación, compuesto por científicos de ocho países, empleó un novedoso método de análisis utilizando una pequeña estructura calcárea llamada otolito. Está ubicado detrás del cerebro de los peces óseos y ha sido tradicionalmente utilizado para determinar la edad de los peces. Sin embargo, en esta investigación, la química de los otolitos se utilizó para medir el consumo de energía del atún rojo, y ha evidenciado una disminución de consumo energético a temperaturas superiores a 28ºC, pudiendo volverse letárgicos, generar carencias nutricionales o incluso enfermarse.
El profesor Trueman, pionero de este innovador método, explica: «Todos los peces tienen un tejido pétreo en el oído llamado otolito, o 'piedra del oído', que les permite percibir el ruido y mantener el equilibrio. Nuestro nuevo trabajo utiliza las variaciones en los niveles de isótopos estables naturales de carbono y oxígeno en el otolito para revelar la tasa metabólica individual de cada atún. Esto puede indicarnos cuándo las aguas se están calentando demasiado para que los peces puedan soportarlo: es como un rastreador natural de la forma física».
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