«Abrimos un nuevo y largo camino entre EE UU y Euskadi»

Mucha autoridad y poco tiempo. Así que los discursos de la inauguración del Smithsonian Folklife Festival tuvieron que ser ágiles. Ritmo americano. Solo una voz podía representar a Euskadi en el acto de apertura, así que fue el diputado general de Bizkaia, Unai Rementaria, quien ofreció el 'speach' escoltado literalmente por sus homólogos de Gipuzkoa y Araba, Markel Olano y Ramiro González respectivamente, y por la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad Arantxa Tapia. Agradeció al Smithsonian «por darnos el privilegio de mostrarnos al mundo desde Washington y por ayudarnos a difundir y a perpetuar nuestra cultura y nuestra lengua». Señaló que no hay mejor prueba de que el euskera está vivo que «el hecho de que lo estemos hablando tan lejos de casa, entre vascos de aquí y de allí». Se mostró convencido de que «este evento va a abrir una nueva y larga etapa entre EE UU y Euskadi». El diputado general de Bizkaia concluyó diciendo que «los vascos vamos a ser más fuertes después del Smithsonian Folklife Festival», aunque el entusiasmo de semejante cita se quedó pequeño cuando subió al escenario el congresista demócrata John Garamendi. Animó a todo el mundo a compartir sus historias. Y recordó la de su abuelo, nacido en Lekeitio, y emigrado a EE UU para «trabajar en minas y dar una educación a sus hijos». Como si el mismísimo Donald Trump estuviera delante, transmitió con pasión la idea de que «el pueblo americano está lleno de gente que ha venido de fuera y ha ido creando su futuro». Y para completar la visión humanista del evento, David Skorton, el secretario del Smithsonian Institution, subrayó que «el poder de este festival está en poder preguntar personas cómo se cocina esto o cómo se dice aquello». «Escuchar las historias en boca de los protagonistas es el corazón del evento», que recordaría el director del festival, Michael Mason. Miles de ciudadanos del mundo ya preguntan sobre Euskadi en Washington.