Ipurua tampoco cura la frustración
Desnortado. El Eibar ratifica su mal momento al sufrir su primera derrota de la campaña en casa pese adelantarse ante un Sporting que terminó pisoteando a los armeros
El regreso a Ipurua no solo no puso fin a los males que el Eibar venía arrastrando en los dos partidos consecutivos que había jugado fuera de casa, sino que vino a ratificar el mal momento de juego y resultados de un cuadro armero al que ni siquiera le sirvió que Bautista marcara su segundo tanto de la campaña poco después de que se cumpliera el primer cuarto de hora.
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Porque en cuanto el Sporting les borró la sonrisa de un plumazo al lograr el empate solo diez minutos después, el infortunio y el desconcierto se fueron apoderando de los azulgranas, que tras marcharse al descanso en desventaja tras un tanto de rebote de Corpas en propia puerta, no tuvieron ni fuerzas ni capacidad para abrir el paraguas que les protegiera del chaparrón de ocasiones que los asturianos generaron en una segunda mitad en la que acabaron marcando el tercero en el tiempo de prolongación.
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Con este primer revés sufrido en una fortaleza que no ejerció como tal, la escuadra eibarresa enlaza su tercer partido sin ganar tras el empate cedido en Almería (2-2) y la derrota sufrida en Oviedo (1-0), y a expensas de que se complete el resto de la jornada, se descuelga de los puestos cabeceros mostrando más dudas que certezas.
Y no será porque Joseba Etxeberria no esté tocando diferentes teclas para dar con la adecuada, ya que al margen de la previsible inclusión de Carrillo en la plaza que dejó vacante el sancionado Arambarri, el elgoibarrés también decidió dar entrada de inicio a Cristian en detrimento de Hodei, así como a Jorge Puertas el lugar del canterano Madariaga, que había sido titular en Oviedo tras haber sustituido a Guruzeta tras la lesión de tobillo que sufrió en la anterior visita a Almería.
El preparador azulgrana, que ya preveía la batalla campal que se desató en cuanto el balón echó a rodar, había insistido en la importancia de mantenerse unidos atrás para salir hacia arriba a la mínima posibilidad que dispusieran.
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Un golpe de realidad
Tras un suspiro de alivio, el Eibar dio el paso adelante que el entrenador había reclamado en la víspera, y justo cuando se rebasaba el primer cuarto de hora, Bautista regalaba a la afición azulgrana un instante de máxima felicidad al empujar solo ante Yáñez un rechace del propio portero, al que no le sirvió de nada lucirse ante un remate de Xeber Alkain ,a pase de un Antonio Puertas que se había colado hasta la cocina para servirle una sabrosa asistencia.
Todos, menos los cerca de 500 seguidores sportinguistas disgregados por la grada, se las prometían muy felices ante el segundo tanto del curso del delantero guipuzcoano, pero lamentablemente tomar ventaja en el marcador resultó ser contraproducente para los armeros, que vieron como apenas diez minutos después el Sporting neutralizaba la renta local después de que a Dubasín le diera tiempo hasta para controlar un centro lateral de Pablo García ante los morros de Arbilla.
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No fue, sin embargo, la única frustración que el Eibar tuvo que digerir en la primera mitad, puesto que solo diez minutos después de que los visitantes lograran trasladar el empate al marcador, un potente centro-chut desde el flanco derecho del colombiano Otero terminó colándose en la portería azulgrana.
Desgraciadamente, la segunda parte fue aún más tortuosa, con un Eibar entregado ante la superioridad de un rival que, aunque tuvo ocasiones tan claras como el cañonazo de Gaspar que rebotó en el poste, tuvo que esperar hasta el 94 para que el propio ariete gijonés sentenciara tras dejar de nuevo en evidencia a la zaga armera.
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