César Palacios: «De todos los fichajes, el de Llorente fue el más rápido en cerrarse»

–El camino hacia el ascenso es casi tortuoso ¿Cómo valora la trayectoria?

–Creo que estamos en una situación buena, con un equipo que transmite confianza pese al sufrimiento, porque hay que aceptar que la Segunda es así. Ya dijimos en su momento que necesitábamos tiempo, porque todo era nuevo y debíamos aceptar que estábamos en Segunda. Va a haber momentos malos y buenos, pero debemos creer en lo que hacemos y en lo que somos.

–Llegó a un equipo tan desmembrado y fue necesario realizar hasta 16 fichajes. ¿Esperaba una tarea tan ingente?

–Tener la oportunidad de venir aquí fue ilusionante, atrayente y un reto plagado de responsabilidad, siendo consciente de que el Eibar no es el mismo equipo que estuvo antes en Segunda, sino un club grande que bajó de categoría después de estar siete años en Primera, con un gran potencial y que se ha convertido en un ejemplo de gestión para todos. Vine sabiendo que se había marcado la meta de volver a la máxima categoría y desde el primer momento sabíamos que necesitábamos jugadores que supieran a la perfección lo que es la Segunda, y que tuvieran el hambre de llegar al máximo. Tuvimos la suerte de poder cumplir con la mayor parte de nuestros deseos.

–¿Quisieron retener a alguno de los que se fueron?

–Sí que hubo algún jugador que quisimos, pero si las dos partes no quieren no hay nada que hacer. Están los que quisieron estar y los que tenían ilusión por ayudar al club y han sabido trasladarlo a los que han llegado.

–¿El nombre que se ha labrado el Eibar pesó más que el dinero a la hora de fichar?

–Al planificar la plantilla, los nombres que barajamos debían ser opciones reales y viables, lógicamente. A todos los que llegaron les ilusionaba este proyecto por lo que representamos como club, por la cercanía que trasmite y por el objetivo que persigue. Además, teníamos potencial económico y todo ayudó para que me transmitieran ganas de seguir.

–Menudo pelotazo que dieron con el fichaje de Fernando Llorente. ¿Cómo se explica que todo un campeón del mundo acabe jugando en el Eibar?

–Por circunstancias que confluyeron. Todo se precipitó por la lesión de Franchu, que se sumaba a la baja de Fran Sol. En el control de jugadores en paro estaba Fernando y, aunque en principio era una quimera solo pensarlo, resultó que este club, por su trayectoria y por lo que representa, se ha convertido en un lugar con atractivo hasta para un jugador tan importante y mediático. Cuando se lo planteamos el jugador nos transmitió su deseo de venir. Fue un acuerdo rapidísimo. Curiosamente, de las operaciones que hemos hecho esta temporada, fue la más rápida y sencilla de cerrar. Por las situaciones de máximo nivel y presión que ha vivido nos puede aportar mucho.

–Conviene aclarar que el acuerdo es para esta temporada, sin cláusulas de continuidad.

–Se plantearon diferentes opciones, pero decidimos centrarnos en el presente y seguro que si sale bien no va a haber ningún problema por ninguna de las dos partes para hacer lo que convenga. Ambos transmitimos muchas ganas de unirnos y el tiempo dirá si saldrá bien.

–¿La exigencia de subir pesa?

–Somos conscientes de que debemos ser un claro aspirante al ascenso. Nos marcamos la obligación de competir hasta el final. Hay que ser humildes, trabajadores y serios, y obviamente también competitivos. Lucharemos por subir, pero si no se consigue, no se va a acabar el mundo, seguiremos luchando. Si el equipo lo da todo, no se le podrá reprochar nada. Estamos en noviembre y los objetivos se consiguen en mayo. No podemos perderle el respeto a nadie.

–Una curiosidad personal. ¿Ha hablado con Fran Garagarza?

–Desde que empecé como manager deportivo hemos tenido mucha relación, nos hemos ayudado mucho y le tengo mucho respeto y cariño. Es toda una institución en este club, pero al igual que lo viví yo, creo que necesitaba pasar su duelo personal, separarse un poco del fútbol y también del club.

–Vive los partidos con muchísima pasión. ¿Va a poder llegar vivo a mayo?

–Para mí el fútbol es corazón y pasión y no entiendo vivirlo de otra forma. Llevo poco tiempo aquí pero a mí el escudo del Eibar me hierve en el corazón. Firmaría sufrir como hasta ahora si seguimos consiguiendo los resultados que nos mantengan arriba.